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¡Se alzaron!

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Y se alzaron. Estaban cansados de la falta de gas doméstico, de la escasez de gasolina; se agotaron de sufrir por la crisis en el acceso al agua potable. Sí, explotaron porque no soportaban más los apagones recurrentes y a pleno mediodía, debido a esto tomaron las calles, echaron abajo un carro de las fuerzas de represión y protestaron con la fuerza de su rabia, de la indignación y de la frustración por las calamidades padecidas.

Así los ciudadanos de Boca de Uchire, allí justo en la frontera entre los estados Anzoátegui y Miranda, decenas de venezolanos no aguantaron más y se alzaron en contra de un modelo de hambre, problemas y necesidades.

Los vecinos del municipio San Juan de Capistrano en Anzoátegui, a la voz del «¡Ya basta!» tomaron las calles y mostraron todo su rechazo a la usurpación, todo su repudio hacia un sistema de gobierno que nos ha hundido a todos en el lodo más grande de miseria, caos y represión que se tenga memoria en toda América Latina.

Los uchireños se alzaron, pero no son los únicos que la están pasando mal. En cada rincón de Venezuela existen esos mismos problemas y como en Boca de Uchire cada vez hay más malestar y más rabia entre millones de venezolanos que tienen que pasar las de Caín por culpa de la incompetencia de quienes se mantienen írritamente en el poder.

Venezuela entera está a un tilín de alzarse como se alzaron los uchireños, y es que lo sucedido al oeste del estado Anzoátegui no fue un caso aislado, sino que ya suman varios episodios de rabia colectiva en distintos puntos del país.

Casos de protestas en Bolívar, Nueva Esparta, Barinas, Portuguesa, Monagas, Zulia, Mérida, Carabobo y muchas entidades más, demuestran que la caldera está hirviendo y que en cualquier momento puede explotar.

Y en Miraflores los usurpadores lo saben muy bien, por eso ponen mucho afán en mantener a Caracas surtida de gasolina, con gas doméstico y con menos fallas en los servicios públicos; ellos saben que al interior puede mantenerlo a distancia, pero una explosión ciudadana en la capital sería fatal para los secuestradores de las instituciones del Estado.

Empero, la presión social va en aumento y esta ya empieza a acercarse y a sentirse. La escasez de combustible golpea a Caracas y el caos ya es casi indetenible; en Miraflores, llenos de pánico, han dado la orden de que la poca gasolina que se produce en el país sea reservada para los capitalinos, y es que el pavor de ver a los grupos que ellos mismos armaron tomando las calles caraqueñas es espeluznante para Maduro y su combo.

El país está a punto de estallar; ni siquiera 15% que a duras penas aún sigue confiando en lo que representa el PSUV está conforme con el modelo de gobierno y sus efectos en la sociedad venezolana. Los mismos que se autoproclaman como «chavistas» no están conformes con lo que está sucediendo, además ese casi 85% del resto de los venezolanos está decidido a luchar por un mañana mejor, con libertad, pan y futuro.

Así como se alzaron en Boca de Uchire, se pueden alzar todos los venezolanos y si esto ocurre no existiría ejército, colectivos o milicianos que detengan a una sociedad enardecida y dispuesta a todo. ¿El consejo de los sabios? Fácil, Maduro renuncia y vete a tiempo antes de que la catástrofe llegue a ti.

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