Este planeta deja su memoria histórica en muestras conservadas o ruinas de monolito, sepulcro, pirámide, panteón, mausoleo, estatua. En rastros arqueológicos precisos que detallan la vida cotidiana de culturas antiguas. En imágenes la primitiva cavernaria, jeroglífico, pintura, fotografía, cine, televisión. La música instrumental y cantada resulta más confiable pues diatribas personales y grupales, batallas, guerras, imperios, masacres, tiranías, desastres naturales, nada ni nadie logra borrar su origen transmitido como herencia instintiva de boca en boca durante milenios.
Abundan huellas de siglos bíblicos en pergaminos, restos de las medievales herramientas para tortura rutinaria de la Inquisición como expone el Museo de la Santa Inquisición en Lima, donde los peruanos exhiben las celdas subterráneas de tribunales de aquel Santo Oficio. Sobre el nazismo sobresalen paredes con rastros de campos de exterminio y cámaras de gas presentes en el suelo polaco de Auschwitz, de Yad Vashem de Jerusalem y el Memorial del Holocausto en Washington DC. Del aniquilador masivo trabajo forzado estalinista deja constancia Archipiélago Gulag (Premio Nobel de Literatura 1970) de Alexander Solzhenitsyn, sobreviviente de esta práctica fascista vigente que elimina ancianos, debilitados y enfermos.
Según el Archivo Cubano, Fidel Castro destruyó los secretos paredones donde fusiló a centenares de opositores y sometió a los prisioneros en La Cabaña, datos también divulgados por el periodismo investigativo y múltiples narraciones de corte literario. En fin, luce imposible o muy difícil esconder todo lo que ocurre bajo y contra la luz solar.
La Era Ciber genera una tecnología de doble filo. El positivo permite variados y rápidos avances industriales, científicos, artísticos. El negativo demuestra con claridad el retroceso humano a su animalidad salvaje, compulsión expresada en expuestos al ojo público los arsenales y pruebas con armas químicas, atómicas y nucleares a la vez con monumentos de cautiverio, penal y tumba. Hoy mismo se verifica la dinámica de la recién derrotada tiranía siria porque el pueblo libre y envalentonado abrió el gigantesco presidio Saydnaya, matadero principal en las afueras de Damasco, donde fueron ejecutados miles de disidentes. Queda como símbolo de cincuenta años dinásticos Al-Assad.
Dentro del legado chavista es imprescindible destacar El Helicoide, que está ubicado en el casco central de Caracas, sede del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional), sitio que recoge de inmediato a los secuestrados, legales opositores abiertos con los inventados por el régimen, muchos retenidos allí por años, otros repartidos en celdas del interior, todos condenados de facto mediante tortura sistemática, desaparición forzada y negativa absoluta para los sobrevivientes y sus familiares a que puedan ejercer sus defensivos derechos constitucionales.
Son mazmorras infernales, antros dirigidos y activados por la delincuencia gubernamental. En su momento tendrán registro en primera plana para la historia nacional y global de la perversión psicótica por ellos etiquetada como heroica ideología del unipartidismo patriótico.
Abierto El Helicoide, ¿será hospital, museo, universidad, tribunal? Cualquier opción nunca lo borrará como ícono de la criminal revolución chavista totalitaria que culmina en su actual terrorista triada Vladimir Padrino, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello.
Si la amnistía es necesaria perdona, pero nunca olvides. Porque lejos de frase trillada, es verdad que la justa justicia tarda pero siempre llega.