Recientemente vimos que Estados Unidos sancionó a Rosneft Trading por comercializar petróleo venezolano. Las medidas comenzarán a hacerse efectivas en 90 días. Hay que preguntarse: ¿será esto suficiente para que dejen de hacerlo? La interrogante viene porque ya la empresa rusa Rosneft tiene sanciones financieras por Estados Unidos desde hace 6 años. ¿O será que estas medidas restrictivas a la empresa Rosneft por negociar con Pdvsa, así como las amenazas a Repsol, son para favorecer a Chevron, Halliburton y otras empresas norteamericanas para que sigan operando en Venezuela?
Ignorando como ignoro de política exterior rusa, me atrevería a decir que Rusia incrementará la apuesta con Venezuela. El asunto aquí está claro: Venezuela es una ficha de negociación en el tablero geopolítico, es a Rusia lo que Ucrania a Estados Unidos. Esto gracias a que la dupla Castro-Chávez convirtieron a nuestro país en una pieza de intercambio.
Debo decir, con toda responsabilidad además, que a mi juicio es una total torpeza estratégica de Estados Unidos imponerle medidas económicas restrictivas a empresas rusas que tienen relaciones con el gobierno de Maduro. Con esta acción es más probable que ambos gobiernos (el de Putin y el de Maduro) incrementen su cooperación, con lo que el juego se pone más difícil, así además lo ha hecho saber el gobierno ruso en sus declaraciones posteriores a conocer de estas nuevas medidas del gobierno de Trump.
Es verdad que las sanciones no son las culpables de las fallas eléctricas, malos servicios públicos, ni del asalto al erario público de parte del chavismo-madurismo, y el mejor ejemplo que tenemos es que las sanciones no impiden traer camionetas para los enchufados. Sin embargo, no puedo celebrar estas sanciones, pues van a significar es más sufrimiento para el común, que se empeore aún más la escasez de gasolina, pero además no existe un patrón en el mundo en el que este tipo de sanciones haya realmente alcanzado su fin.
Desde Unidad Visión Venezuela lo hemos dicho y lo mantenemos: las sanciones son de distinta naturaleza, las que pegan en la economía tienden a fortalecer a nivel interno a los que detentan el poder, porque afectan directamente a la población, y por ende este se hace cada vez más dependiente de las migajas de los que tienen el poder.
En resumen, las sanciones no son el método más efectivo, porque a mayor crisis mayor dependencia, clientelismo y control social. Por otro lado, la coalición dominante se cohesiona.
Las sanciones no son una victoria. Victoria será el día que recuperemos la democracia, superemos el aislamiento y se levanten todas las sanciones, se le dé un viraje a esta política hambreadora del “socialismo del siglo XXI”, que nos tiene sumergidos en la peor crisis económica, política y social.
No hay forma de «asfixiar a Maduro» con sanciones sin asfixiarnos a nosotros primero. Siempre hemos sido sus primeras víctimas.
Decía @mayiraandreina: “La única forma que tengo como venezolana de rechazar el gobierno de turno, las malas políticas, el mal estado de los servicio públicos, la decadencia en el tema de la salud y todo lo que hoy en día nos afecta es votando, sí, votando y cuidando los votos“.
El gobierno perverso, autoritario y hegemónico de Nicolás es enemigo del pueblo de Venezuela, al cual saquea y destruye. Igualmente, el «otro gobierno» -el de Guaidó-, también es enemigo del pueblo solicitando invasión y sanciones que ayudan a Maduro a matar de hambre y miseria a los venezolanos.
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