El gobierno fake de seudosánchez tiene sus logros diplomáticos: felicitaciones de los terroristas de Hamás; espontánea –y afortunadamente estéril– campaña del autócrata por la solución de los dos Estados, como si tal vía cupiera ahora mismo en la agenda de nadie serio; subsiguiente enemistad del gobierno de Israel, cuyo ministro contra el Antisemitismo tiene bien calado al megatroll de la Moncloaca; sumisión humillante al sultán marroquí; retrato al carboncillo, de lo más fiel, firmado por el presidente argentino como respuesta al penúltimo gruñido de Óscar Puente: «¡grnghhr!». Hagamos balance ahora, así parecerá que tuvo algún sentido el artificial punto de inflexión que Pedro Fakeman se sacó de la manga. Punto de inflexión, por cierto, infecto; con tufillo de colonia cutre en un culebrón venezolano, pero culebrón chavista, o sea, del todo kitsch, pero insinuando las negras intenciones de posibles patrullas parapoliciales. El acelerón golpista de Sánchez es, sobre todo, una ofensa: si te tienen que matar por escribir contra el poder de un fatuo sin código ni moral, o por abrirle diligencias a su esposa, o por mandarle a la UCO, o por hacerle oposición al tití (seudogorila), que sea con un poco de estilo. Caer señalado por un cursi incurable que no sabe hacer el rabo de la o me parece intolerable.
¿Te había dicho ya, doctor ful de Estambul, presidente de nadie, conocedor de nada, que después de amenazarnos en TVE y en El País solo te queda liquidarnos, o quedar como el boceras que eres? Piénsalo, no hay más. Amenazas, amenazas… Yo te digo dónde puedes alojar tu índice admonitorio. A mí me da miedo Adriana Lastra, que igual tiene know how de dinamitera. Tú no. Tú, o bien eres un Chávez, un Maduro, un Ortega, un Morales, un Petro, un Lula, un Castro, otro Castro, un Díaz-Canel de verdad, o bien eres un fantasma que nos ha medido mal. Así que dale: ¿crimen o ridículo? ¿Eres Maduro o Cantinflas? ¿De qué estás hinchado? ¿Piensas reponer la motorizada de Prieto, vas a darles nuestra dirección? ¿O te la vas a envainar? Porque lo que es amenazarnos, ya nos has amenazado. Has dado el paso. Y si vuelves a hacerlo nos vamos a reír (aún más) de ti. Y si insistes, se va a partir el pecho el Parlamento Europeo al unísono cuando lo contemos. Decídete. ¿Eres el Che o un payaso? Yo creo que un payaso, pero nunca se sabe, las amenazas siempre hay que tomárselas en serio.
Tan en serio como tienes que tomarte tú la reacción de aquellos a los que amenazas subido a la mentira. No gozaréis de impunidad. Punto. Te has acostumbrado a élites que se rilan y te has creído que toda la España pública era igual de cobardona y pusilánime. Lo tienes claro, perdonavidas. No nos vayas a confundir con el IBEX, con la patronal o con la academia, estamos hechos de otra madera. Algunos nunca jugaremos sucio, pero puedes estar seguro de que jugaremos duro. Chatín. Bocas.
Artículo publicado en el diario El Debate de España