Hay una patología psiquiátrica que lleva a los que la padecen a creerse sus propias mentiras. Es decir, cuando se inventan un suceso que no ha ocurrido y lo relatan, creen sin dudarlo que están diciendo la verdad. O cuando dicen una falsedad respecto de alguien. La realidad es la que ellos creen que es, al margen de que pueda ser una falsedad absoluta. Y no alteran esa realidad por malicia sino simplemente por la patología que padecen. Quienes hemos tenido cerca a personas que padecen este problema sabemos lo complicado que puede llegar a ser el tratamiento.
Sin ninguna pena por Pedro Sánchez ni afán alguno de aminorar la trascendencia de sus mentiras, cada día estoy más convencido de que Sánchez padece esta patología. Lo más grave que hemos visto hasta ahora en el escándalo de Koldo es el infamante ataque de Pedro Sánchez a Isabel Díaz Ayuso. Si esa denigración del hermano de la presidente de la Comunidad de Madrid es toda la defensa que puede hacer Sánchez de Koldo, la mujer de Koldo, el hermano de Koldo, Ábalos, el guardaespaldas de Ábalos y el hermano del guardaespaldas de Ábalos que presidía el Zamora CF, podemos acabar viéndolos a todos pasar una larga temporada a la sombra y a costa de nuestros impuestos.
Decir que no se investigó al hermano de Díaz Ayuso por las compras que se hizo durante la pandemia es verdaderamente infamante. Porque todo el mundo sabe que fue investigado por la Fiscalía Anticorrupción («¿Quién manda en la Fiscalía?») y por la Fiscalía Europea. Supongo que el presidente del gobierno no pretenderá decir que esas dos fiscalías están bajo control del PP como insinúa habitualmente del Poder Judicial en España.
Yo no voy a discutir si Sánchez es amoral. Sospecho que sí, pero no quiero entrar en ello. Porque me cuesta creer que pueda ser tan amoral y perverso como para estar constantemente mintiendo con obviedades que todo el mundo sabe que son mentira. ¿Qué sentido tenía decir que no se había investigado a Tomás Díaz Ayuso? ¿De verdad creía que con esa mentira iba a hacer daño a Alberto Núñez Feijóo? Hay que tener una patología muy avanzada para hacer una afirmación como la que lanzó el presidente del gobierno en Marruecos y pensar que eso tiene recorrido. No me consuela nada decirlo, pero en Sánchez no es simple maldad lo que le lleva a mentir. Es una patología mucho peor que hace que España esté en manos de un tipo que debería estar en el psiquiátrico. Ni los suyos se atreven a intentar ponerle la camisa de fuerza. La situación es tan grave que ya ni su núcleo duro ha respondido a Díaz Ayuso cuando ella ha contestado a las afirmaciones de Sánchez que «me gusta la fruta». Si yo fuera ella, se lo habría dicho más veces y con más intensidad.
Artículo publicado en el diario El Debate de España
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