¿Es posible amanecer en plena oscuridad? Vuelves con tu cantaleta de estilo, como cobardía de guapetón de barrio. Eres vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, para desde tu bodrio televisivo decir esas sandeces respecto de los encuentros para restablecer negociaciones hacia un acuerdo nacional por Venezuela. ¿Cuál es tu temor ante elecciones libres y verificables internacionalmente? ¿Por que afirmas lo siguiente?: “Nos sentamos para que entiendan, nosotros llegamos aquí para quedarnos”…“y por las malas no van a poder, y por las buenas tampoco, porque no nos van a ganar nada”.
Según lo anterior, y usando tu mismo estilo para que también me demandes, como hiciste para robar la sede de El Nacional a Miguel Henrique Otero y su familia, te pregunto, poniéndote sobrenombre así como le dices a Guaidó “Juanito Alimaña”: tú, un Pablito Cabello Escobar cualquiera, ¿y si te ganamos las elecciones que harás? ¿No entregarás? ¿Te pondrías en posición de narcoterrorista cual un Pablito Escobar? ¿Así ha de terminar tu historia?
Previamente tú, Cabello, nos habías advertido precisamente sobre una de las artimañas, que cual “alimañas” si utilizas al arreglar elecciones presidenciales a conveniente antojo; con intempestivos e impuestas condiciones, como hicieron las de mayo de 2018. Pero sí de la Constitución se tratase, y de buscar salidas al drama venezolano, estas, según efectivamente se señala el deber de realizar las mismas en el año del fin del período presidencial de seis; que en este caso serían en 2024.
Realizar elecciones presidenciales adelantadas en 2023 sería aceptación implícita de la gravísima crisis de incapacidad del dictador Maduro y su combo-parodia de gobierno, para atender la gravísima problemática que han engendrado en la sociedad venezolana. Además en los 7 millones de conciudadanos que han tenido que huir del territorio, y de las muertes de mengua, dentro del mismo, que ocasiona. Decenas de miles de ciudadanos: niños, ancianos, mujeres y hombres venezolanos mueren por culpa de tal incapacidad, y la de su socialismo del siglo XXI. Día a día sufren, apenas respiran y agonizan, pudiéndose salvar sus vidas y recuperar nuestra nación.
Desde la necesidad muy urgente de dar comienzo a una transición política, más que elecciones, con la salida de Maduro del cargo, al tiempo de desmontar el “parapeto Guaidó”, se eliminarían las dos incompetencias. Que como tú sabes, Diosdado, y sabes que también nosotros sabemos, son una patética y mortal deslealtad del sector castrense para con nuestra patria venezolana, a la que juró defender de enemigos internos y externos.
Con nombramiento de una Junta Militar-Cívica que encamine la transición y viabilice el proceso de aproximaciones sucesivas, hacia el levantamiento de sanciones internacionales, podríamos iniciar la verdadera recuperación socioeconómica e implementar de inmediato ¡un canal humanitario ¡de extrema urgencia!
Si esto se entendiese como lo correcto, sería comenzar a hacer todo lo indispensable ¡para salvar vidas! en lugar de continuar segándolas.
Establecer dicha Junta de Transición Patriótica, venezolanista, e iniciándose con la liberación de los prisioneros políticos una nueva etapa del país, nos colocaríamos en otra dimensión histórica, distinta pero de igual tenor que como cuando ese magnífico ejemplo a la muerte de Gómez, Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita a la cabeza del proceso, se cumplió con extraordinario valor republicano y conciencia patria para nuestro país, que primero quiere libertad, orden, básica institucionalidad, para volver a reconstruir una más efectiva democracia, y así verdaderamente entrar al siglo XXI.
Telegrafiándonos tus amenazas Diosdado, no solo no nos atemorizan sino que nos ayudas a hacerle entender a los desprevenidos que, con buena intención e ingenuidad, en medio del reto de escogencia democrática de un líder-candidato presidencial para Venezuela, lo que subyace y así podríamos reinterpretarlo, son los profundos temores que albergan de una segura derrota de haber justas elecciones. De allí la presión para que no hagamos reales primarias de oposición. De ser porfiados y perseverar en realizar dichas elecciones primarias limpias, bajo acordada y bien llevada observación internacional, prefiguraremos y luego acudiremos a una elección presidencial abierta, bajo la mirada de nuestro propio pueblo y del mundo.
Paradójicamente, mi respuesta para ti, Diosdado, es que dejes el miedo. Si quieres ser parte de un cambio del actual terrible estado de nuestra nación, y quedarte con coraje en nuestro país a enfrentar una justicia transicional y de búsqueda de rectificación y reconciliación; lo que así quede para nuestra historia será entonces que ayudes a impulsar la vía de salida de Maduro, que es lo que para ti, y para las fuerzas armadas podría significar una salida de bien, y por lo que te reafirmo como doliente de mi nación lo importante es ¡salvar vidas!
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