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Saab…¿De nuevo en el redil?

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Alex Saab

El jolgorio del madurismo frente a la liberación de Alex Saab tiene sus bemoles. No voy a detenerme en subrayar lo que otros ya han escrito sobre la empinada cuesta que ahora le toca superar al libanés/colombiano/ venezolano de cara a sus “socios” venezolanos.

Es claro que más temprano que tarde habrá largas y extensas tenidas para explicarles a sus colegas del séquito gubernamental hasta dónde este “colaborador de la DEA” y al mismo tiempo paradójico héroe revolucionario los comprometió a cada uno en sus declaraciones formales a las autoridades norteamericanas.

Que no quepa duda que antes de su indulto para negociar su entrega a Miraflores a cambio de nacionales norteamericanos, aquellos que se encargaron de investigar su connivencia con el narcotráfico, sus fraudes, sus lavados de activos, sus negocios, sus crímenes de toda naturaleza, entraron en todo el detalle de las operaciones y de sus complicidades a escala planetaria. Tengamos también en cuenta que tal como lo asegura Voice of America, la mayor organización internacional de noticias multimedia de Estados Unidos, el beneficio del indulto “no significa inocencia”. “Un indulto –dice VOA- es una expresión del perdón del presidente y normalmente se concede en reconocimiento de la aceptación de responsabilidad en el delito por parte del solicitante”.

Otro sesgo de este asunto tiene que ver con el largo trecho que le toca recorrer al barranquillero Saab frente a las autoridades judiciales de su país, Colombia. Los juicios que allí le vinculan con negocios turbios y con personajes que están siendo enjuiciados a su vez por enriquecimiento ilícito y vinculaciones con la narcoguerrilla son unos cuantos y de los más graves.

Además de eso hay que preguntarse de qué manera afectará a las relaciones entre los dos países la protección otorgada en suelo venezolano por parte del régimen de Nicolás Maduro, donde no solo lo han ungido como su representante diplomático de manera de sortear sus responsabilidades legales externas con su inmunidad, sino que además le han otorgado la condición de negociador plenipotenciario en el proceso de tratativas en marcha con Estados Unidos.

Para la institucionalidad que reina en Colombia, institucionalidad que ha sido y es motivo de tradicional orgullo nacional, estos hechos cobran una importancia superlativa. Las autoridades judiciales colombianas están siendo burladas flagrantemente por el gobierno del país vecino en un asunto de interés nacional.  Gustavo Petro podrá ponerse de perfil en estos delicados asuntos y continuar hablando al interior de su país y frente a terceros de una cooperación binacional colombo-venezolana en lo económico que no se dirige a ningún sitio, pero sus propios nacionales lo pondrán frente a la necesidad de reclamar congruencia de su par venezolano y colaboración con la justicia nacional.

Otro tanto ocurre en Italia donde el grosero oropel de su fortuna también puso en evidencia un entramado de operaciones irregulares de gran calado. Allí, según el Corriere de la Sera le han sido incautados 10 millones de dólares y, de acuerdo con e reputado medio, la “Unidad de Moneda Financiera” de ese país, liderada por el general Giovanni Padula, al indagar el origen del patrimonio de Saab “identificó un lavado de dinero internacional complejo y conspicuo que comienza desde Venezuela, pasa por empresas en paraísos fiscales, se detiene en el centro de Roma y es bloqueado antes de llegar a Rusia”.

Así las cosas, no es aquí donde termina el capítulo que comenzó en Cabo Verde.  Esto pica y se extiende, pero se torna cada vez más complejo para los involucrados. El festejo de los maduristas, el “milagro” como lo llama Saab, es solo para la galería.

En la realidad aquí comienza otro episodio de distinto tenor, pero no menos exigente.

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