La reciente “detención” (que es en realidad un secuestro por parte del brazo judicial del terrorismo de Estado de Maduro) de la defensora de derechos humanos y académica Rocío San Miguel representa la escenificación por parte de la dictadura de Maduro de varios símbolos muy importantes para analizar el futuro nacional en el corto y largo plazo.
1) El secuestro de Rocío San Miguel es símbolo de que Maduro ha decidido jugarse todo en función de permanecer en el poder. La supuesta normalización que algunos ilusos habían planteado como camino hacia unas elecciones democráticas no es más que un espejismo. Maduro fortalece su terrorismo de Estado, poniendo presa a un triple símbolo:
a. De una activista de derechos humanos, representando que su terror no es solamente sobre dirigentes políticos, sino también y mucho más importante, sobre la sociedad civil.
b. Una líder de una ONG, señalando que sin necesidad de la legislación planteada arremete contra esas organizaciones, revelando la característica totalitaria del régimen.
c. Una analista del entorno militar, revelando que algo pasa en el seno de las Fuerzas Armadas que preocupa al régimen y que lo fuerza a crear conspiraciones ilógicas y que instrumentalizan la represión del Estado como una defensa contra conspiraciones antigobierno.
2) El secuestro de Rocío San Miguel es símbolo de la seguridad de Maduro de que no tendrá consecuencias negativas por sus arremetidas de persecución sobre inocentes ciudadanos. Esto desde un doble ángulo:
a) A nivel internacional, Estados Unidos que pudiera ejercer su poder de quasi-hegemón en la región, se contenta con declaraciones insulsas y no es capaz siquiera de reestablecer las sanciones que ya había establecido contra el régimen de Maduro. Esto representa que ese país juega un rol de cómplice de régimen de terror instaurado en Venezuela. Las razones de esto son varias, que van desde la debilidad de Biden frente a las dictaduras de izquierda, por afinidad ideológica, hasta las presiones de medios económicos tanto gringos como venezolanos que se benefician de la dictadura, hasta el interés electoral de Biden de disminuir las migraciones de venezolanos en época electoral.
Ni hablar del resto de la comunidad internaciona0, destacándose el régimen socialista de Sánchez, quien puso su afinidad ideológica sobre el deber de defender a una ciudadana española de una ilegalidad cometida por otro Estado.
b) A nivel nacional, confirma lo erróneo de la estrategia de la “oposición” al basarse solamente en la opción electoral, la cual está sesgada a favor de Maduro. Las elecciones que se realizarán este año no serán más que un medio de Maduro para consolidarse en el poder, mediante unas elecciones fraudulentas, con un candidato de “oposición” títere que aceptará el fraude y legitimará así a Maduro, estableciéndose en el país un régimen al estilo de la dictadura del PRI, que Vargas Llosa llamó la “dictadura perfecta” pues disfraza un régimen autoritario de democracia al tener una “oposición” colaboracionista, que le ayuda a su legitimación.
3) El secuestro de Rocío san Miguel es símbolo de la putrefacción de la supuesta “oposición” al régimen. La PUD no es más que un instrumento de Maduro en su esfuerzo por consolidarse en el poder.
Gerardo Blyde quedó “in fraganti” en su declaración al pedir “desescalar” la represión. Este término según la RAE es “Descenso o disminución graduales en la extensión, intensidad o magnitud de una situación crítica, o de las medidas para combatirla.”. Es decir que para la PUV es normal que haya presos políticos torturados por el régimen. Estos tendrían una disminución gradual, ¿de cuántos 10 por año?, lo cual llevaría 20 años en terminar con esta situación, en el caso negado de que no se detuviera uno sólo más. Las torturas se disminuirían gradualmente también según el pedido de Blyde, ¿Cómo, siendo menos letales para todos, o selectivas, solamente para algunos y otros no?
La característica colaboracionista de la oposición está evidenciada en esta deplorable declaración de Blyde, en vez de pedir lo elemental que se ELIMINE la persecución contra los opositores, piden que se disminuya gradualmente ¡qué barbaridad ¡
Finalmente hay que analizar el rol a jugar por la oposición que no es la PUV, particularmente María Corina Machado. Su insistencia en seguir con la estrategia colaboracionista de la “oposición” la hace a ella una secuestrada más del régimen: está atada a la estrategia de legitimación de Maduro por medio de una elección legitimadora del régimen. En este particular el secuestro de Rocío San Miguel es también un símbolo de que se llegó a un punto de inflexión: María Corina y otros líderes democráticos como Ledezma, Velásquez y Pérez Vivas o se desvinculan nítidamente de este proceso colaboracionista al régimen por una oposición comprada por Maduro, planteando el camino de la resistencia cívico-militar, o terminarán sumidos en el colaboracionismo derrotista que ha tenido la oposición como norma en estos últimos años.