A veces me conmueve la inocencia de unos cuantos, y unas cuantas, que salen dándose golpes de pecho por el proceso cubano, por la mismísima revolución bolivariana, y ni hablar de aquellos, y de aquellas, que casi se rompen la caja torácica al golpearse el pecho por el adolorido pueblo palestino. También me ocurre que monto en cólera con los mismos especímenes al pensar en cómo se puede ser tan ignorante de tomo y lomo.
Entre esos seres tan preñados de solidaridad, ellos y ellas, los más aspaventeros son aquellos de agudos conflictos en lo que a su identidad sexual refiere. ¿Será que esos atormentados saben lo que encarnan Hamás y Hezbolá? Para darles el beneficio de la duda copio una muy breve descripción de una y otra. Hamás es una organización política y paramilitar palestina que se declara yihadista, nacionalista e islamista. En lo que toca a Hezbolá, o Hizbulá como gustan de decir algunos, que quiere decir literalmente Partido de Dios, es un partido político y grupo paramilitar musulmán chií libanés.
Ambos grupetes se han dedicado a tocarle las narices al pueblo judío y sus gobiernos por largo tiempo. Los amigos israelíes muchas veces han pasado por pendejos al dejar quietas algunas agresiones y no caer en provocaciones de beduinos envalentonados. Hasta que dijeron basta y empezaron a, como dicen los amigos mexicanos, partirle la madre a esa reata de apestosos.
Es necesario escribir que, a los musulmanes, árabes, turcos, o como se le antoje a usted llamarlos de manera genérica, fueron fundamentales para el nacimiento de la denominada civilización occidental. A comienzos del siglo VIII de nuestra era, ellos invadieron la península ibérica y sus alrededores para crear lo que llamaron Al-Ándalus. Los autores árabes medievales designaron así a la totalidad de las zonas conquistadas por tropas musulmanas en lo que ahora es España, Portugal, Francia, Andorra y Gibraltar. Los aportes culturales fueron de una riqueza que no ha sido valorada adecuadamente. Era otro tipo de creyente el de aquellos tiempos. Pero sería necesario extenderse de manera infinita, así que volvamos a nuestros días.
En aras de una supremacía divina, el Islam se ha convertido en una guillotina cultural que ha penetrado Europa y diversas zonas del planeta. Y estos islamistas de ahora son misóginos por más no poder; machistas, homófobos y sectarios como no los ha parido madre alguna. ¡Y saltan legiones de mujeres a pedir por la libertad de Palestina! ¡Y se enardecen lesbianas, homosexuales y transexuales al clamar contra los malvados Israelíes que oprimen a sus amados palestinos! ¡Y braman hasta el paroxismo blancos sajones protestantes ante el atropello judío a la libertad religiosa! Ya quisiera verlos paseando y contoneándose por las calles de Teherán.
Ese modelo es el mismo de los “procesos revolucionarios” en donde quiera que se hayan llevado a cabo. En la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, el primer Estado socialista del mundo, pese a ciertas disposiciones legales los homosexuales fueron perseguidos y despedidos de sus trabajos por simplemente serlo. En 1933 Stalin criminalizó tales actividades con castigos de hasta cinco años de trabajo forzado. En 1934 un artículo del nuevo Código Penal Soviético prohibió la “homosexualidad”. Al morir Stalin, hubo una “liberación” hacia las cuestiones sexuales, pero los actos homosexuales siguieron siendo ilegales. Perdonen el criollismo: cero maricoteo.
La Revolución cubana fue implacable con lesbianas y homosexuales. El caso del escritor Reinaldo Arenas fue de una vileza inaudita. Ernesto Guevara, el Che, fue uno de los más enconados verdugos de esas minorías. ¡Y ahora su cara es un estandarte de la comunidad LGTBI!
No es preciso abundar en lo que significó para Irán la caída del Sha y la asunción de los ayatolás. ¿Es necesario ahondar en el caso de Venezuela? El calvario que vivió la jueza María Lourdes Afiuni por cumplir con la ley resultó espeluznante. La prisión de la abogada Rocío San Miguel, para citar otro caso, sin hacer una lista de las mujeres que han sido torturadas y asesinadas, a lo largo de estos 25 años de martirio que lleva Venezuela a cuestas, provocan arcadas.
Y con toda esa barbarie hay un universo de cretinos que clama por solidaridad con semejantes engendros. Estoy convencido de que en sus cabezas apenas hay tres neuronas que van de un lado al otro al compás de un abanico.
© Alfredo Cedeño
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