Apenas faltaban unas pocas horas para finalizar el año 2019, estaba disfrutando de unos días de descanso familiar, en mi amada isla de Margarita; cuando mi teléfono comenzó a recibir llamadas y mensajes de una grave situación que se desarrollaba en el Centro de Arresto y Detenciones Preventivas de Cabimas, mejor conocido como Retén de Cabimas, el cual se encuentra ubicado en el sector La Misión, parroquia Ambrosio del municipio Cabimas, en el estado Zulia de la República Bolivariana de Venezuela.
Durante todo ese año 2019, desde la organización que dirijo Una Ventana a la Libertad, habíamos denunciado, gracias al trabajo de monitoreo hecho por nuestra investigadora en esa zona del país, de la grave situación que se vivía en ese centro de detención preventiva venezolano. Fugas, motines, enfermos en situación de gravedad, en su mayoría tuberculosos, nos había hecho ponerle atención especial a este centro.
Según los registros de Una Ventana a la Libertad, lo que se conocemos es que “un mes después de que el CONAS desalojara la entrada del penal, el 22 de diciembre de 2019, inició una guerra entre los pranes. Según las investigaciones, el ataque lo comenzó el líder del pabellón B. En la refriega le arrancaron parte de la cabeza a uno de sus líderes del pabellón C de un disparo. En esa ocasión los cadáveres permanecieron por más de 12 horas a la intemperie en el patio del recinto. En respuesta a ese ataque, los pranes del pabellón C organizaron, cercano a las 5:00 de la tarde del 30 de diciembre de 2019, su contraataque. Primero estallaron las granadas, luego las ráfagas de tiros y posteriormente se llevaron a los caídos para la parte posterior del penal. Desde allí intentaron incendiar todo el Pabellón ‘B’, donde están recluidos unos 200 internos. ‘Las denotaciones hicieron correr a los oficiales de la garita’, detalló un interno. A los 40 minutos empezaron a circular por las redes los videos de los oficiales del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (CPBEZ) refugiados en la pared frontal del penal. Uno de los que grababa decía mientras sostenía su móvil: ‘Plomo parejo. Tomaron el control. Tiraron cuatro granadas’. Pocos minutos después se divulga una turba en medio de una humareda. Quien filmaba aseguraba: ‘Te quemé el pabellón’. Unas 20 horas después llegó al penal una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Subdelegación Cabimas, y otra del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Los primeros retirarían los cadáveres y los segundos una granada que no estalló”.
Esto era parte del horror que se vivía en el Retén de Cabimas. De allí tomamos la decisión, en Una Ventana a la Libertad, de solicitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) medidas cautelares de protección a los reclusos de este recinto y el nuevo año 2020 nos puso de carreras para preparar esta solicitud, la cual materializamos el 8 de enero de este año.
El 6 de febrero de este año, la CIDH, otorgó las medidas que habíamos solicitado y exigió al Estado venezolano lo siguiente: “a) adopte de forma inmediata las medidas que resulten necesarias para proteger la vida e integridad personal de las personas beneficiarias. Estas medidas deben ser adoptadas por el Estado atendiendo a las condiciones diferenciadas de las personas que se encuentran privadas de su libertad, en especial, las mujeres embarazadas y aquellas que sean madres; b) adopte las medidas pertinentes para adecuar la situación descrita a las normas internacionales aplicables en materia de tratamiento de personas privadas de libertad, las cuales pueden incluir decomisar las armas que se encuentren en poder de los internos, reducir el hacinamiento y mejorar las condiciones de detención, brindar atención medicas a las personas que lo requieran, proveer personal capacitado y en número suficiente para asegurar el adecuado y efectivo control, custodia y vigilancia del centro, separar a las personas condenadas de aquellas que no lo están, entre otras medidas; c) concierte las medidas a adoptarse con la representación de la presente medida cautelar; d) informe sobre las medidas adoptadas tendentes a la investigación de los hechos alegados que dieron origen a la presente resolución, para así evitar su repetición”.
Hasta ahora el horror que se vive en el Retén de Cabimas continúa, igual o peor que antes, hemos visto protestas de presos en la calle, solicitando atención, como lanzar el cadáver de un preso muerto por tuberculosis a la calle y no dudo que seguiremos viendo cosas similares.
Los presos venezolanos no son prioridad de este régimen, tampoco de muchos ciudadanos que celebran esta situación. Estamos ante un sistema penitenciario fracasado, donde los presos es lo que menos importa, el objetivo es mentirle al mundo diciendo que tenemos el mejor sistema penitenciario del mundo.
Después de esto, en el Macondo venezolano cualquier cosa es posible.
@cnietopalma