OPINIÓN

Reprobado por la historia

por Julio César Arreaza Julio César Arreaza

 

 

No abrigamos ninguna duda de que este régimen forajido será reprobado por la historia. Hoy día vivimos los prolegómenos de este fenómeno. Cuando se tienen niños y adolescentes presos no es difícil colegir que estamos en el final del camino aciago.

Si actúas mal en la vida no dudes de que el mismo destino te lo va a cobrar. Esta cosa ha llegado a grados de criminalidad inauditos, que incluye el mayor fraude de la historia.

Tienen el alma negra y mentes retorcidas para actuar así.

Seguimos con perseverancia difundiendo las ideas de la libertad e insuflando la esperanza de un pronto renacer democrático, con el desafío de construir una república sobre bases firmes ciudadanas y morales que será ejemplo del mundo. Constituye en sí una deuda con nuestro propio honor y dignidad venezolana.

Asumimos la esperanza como la fuerza motivadora para la búsqueda de un futuro mejor para todos. Supone también una conexión con la fe para ir conformando la virtud de los fuertes.

Miramos la realidad y vemos condiciones materiales objetivas, perdieron a Argentina y Brasil, cuentan con medio Petro, se anuncia una nueva y dura realidad norteamericana; y no es nada bueno haberse casado y servir de cabeza de puente del mundo oriental, que viene con el regalito de entrada del terrorismo de la cultura islámica.

No buscan el bien de la gente, sino el camino ominoso de los propios intereses que opacan a los intereses superiores de la nación.

Imbuidos en una brutal corrupción ponen a las cosas delante de las personas y los vínculos. Es su objetivo la permanencia en el poder para dañar a los débiles. Anestesiaron las capacidades de la gente para percibir el sinsentido con la distracción y la mentira consuetudinaria. Serán reprobados por la historia. El camino de los malvados siempre se trastoca.

Deploramos el fallecimiento en custodia de Jesús Manuel Martínez Medina, cabal demócrata de la patria chica de Aragua de Barcelona, como anteriormente registramos la muerte de Edwin Santos. Se trata de los nuevos mártires del espíritu de auténtica disidencia que se esparce por el país. Algo muy distinto de la estructura colaboracionista que vive de la disidencia como negocio, porque son pusilánimes y trompos servidores del régimen.

María Corina Machado sigue siendo el fenómeno político por encima de las más variadas mezquindades. Con las convicciones democráticas íntegras cumpliremos nuestra vocación hasta el final.

¡Libertad para Javier Tarazona, los policías metropolitanos, los comandos de Vente, Rocío San Miguel, Dignora Hernández, Henry Alviarez, Carlos Julio Rojas, los menores de edad presos, y los hermanos Guevara! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!