El Departamento de Comercio del Gobierno de Estados Unidos de América acaba de sancionar 5 nuevas empresas chinas por complicidad con el sistema de represión impuesto por la República Popular China contra el pueblo de los uigures (federalregister.gov/d/2023-06663).

Los uigures es un pueblo musulmán de lengua turca, asentados en el extremo occidental de China, en la llamada Región Autónoma Uigur de Xinjiang (RAUX). Fundada oficialmente el 1 de octubre de 1955, es la región más extensa de China, por delante del Tíbet. La RAUX es una zona formada principalmente por desiertos y montañas, limita con Kazajstán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Afganistán, la Cachemira india, Rusia y Mongolia.

Durante su examen del informe periódico de China (2018), el Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial expresó su alarma por los numerosos informes sobre la detención en centros de reclusión de un gran número de personas de etnia uigur y otras minorías musulmanas, con el pretexto de contrarrestar el extremismo religioso y contribuir al desarrollo, la creación de empleo y la mitigación de la pobreza en RAUX (OACNUDH, 2022). El gobierno chino declaró que dichos centros son de formación profesional para personas que habían cometido delitos menores (GJ/56/2022).

Durante años, las investigaciones han demostrado que los uigures se enfrentan a continuas formas de violencia económica como la discriminación laboral y salarial, a la expropiación forzosa y la confiscación de tierras. La situación actual añade dos dimensiones más: el desarrollo del sector de la seguridad y la institucionalización del trabajo forzoso (ASPI, 2021). Cientos de nuevas empresas del sector de la seguridad, muchas de ellas identificadas y sancionadas internacionalmente, se han instalado en la región. Estas empresas estarían experimentando con muestras de la población para el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) con enormes bases de datos, pruebas de drones y otros equipos militares, todo ello justificado por la retórica de la lucha contra el terrorismo y la necesidad de un «estado de excelencia» (Murphy, 2021).

El gobierno chino ha favorecido el desarrollo del sector de la IA sobre la violación de los derechos humanos, para acumular conocimientos y tecnologías exportables. Además, en estos lugares donde ya no se aplica el derecho común, el trabajo forzoso se ha trivializado, sin margen para la negociación de las condiciones y bajo amenaza de aplicar cualquier método de represión. En resumen, el gobierno chino desarrolla un «capitalismo del terror» sostenido en la acumulación de ganancias basada en el miedo de las minorías étnicas (Freeman, 2022).

Diferentes investigaciones revelan una vasta empresa de reingeniería social. Algunos informes señalan la proliferación de internados para los hijos de los detenidos y el establecimiento de la separación familiar a largo plazo (Zenz, 2021). Otros señalan un aumento significativo de los matrimonios interétnicos, cuya importancia es difícil de estimar. Los investigadores han revelado que el gobierno chino, a través de los medios de comunicación, promueve este tipo de uniones invitando a los jóvenes de otras provincias chinas a emigrar a la RAUX y establecerse con mujeres uigures. El gobierno chino describe el nuevo matrimonio de mujeres uigures con sus «invitados» chinos, como parte del proceso de para reforzar la construcción de la «gran familia nacional» (Grose, 2020).

Al mismo tiempo, los planes de reurbanización de los espacios domésticos y públicos han transformado no sólo el paisaje rural y urbano, sino también las formas de sociabilidad y expresión de la identidad uigur (Grose, 2020). Estas transformaciones impuestas llegan hasta la apariencia física, especialmente de las mujeres, a través de una serie de normativas sociales (Grose, 2020). La imposibilidad de reunirse en lugares de culto o de celebrar reuniones familiares o de aldea supone también la imposibilidad de transmitir y compartir información y experiencias. La imposibilidad de reunirse en lugares de culto o de celebrar reuniones familiares o en las aldeas significa también la prohibición de transmitir y compartir información, rompiendo el vínculo social.

En este preocupante contexto, los investigadores están llamados a identificar y conceptualizar la situación: ¿cómo nombrar lo que está ocurriendo en la región uigur? Algunos evocan un genocidio cultural, término que no cubre ninguna realidad jurídica (Clarke, 2021). Otros se refieren a crímenes contra la humanidad, considerando que no se ha establecido la intención genocida (Ross, 2021). Por último, otros exploran seriamente el concepto de genocidio (Smith, 2020), en el que la intención podría estar implícita en la imagen que dan todos los elementos reunidos.

 


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