OPINIÓN

Reporte reciente de la Universidad de Escandinopla

por Carlos Sánchez Torrealba Carlos Sánchez Torrealba

Ave constelada por Mario Abreu

En los Estudios sobre la Incertidumbre, desarrollados en la Universidad de Escandinopla hacia finales de la década de los cincuenta del siglo pasado, se hicieron varios hallazgos que todavía pueden resultar interesantes y oportunos para el desarrollo de la sensibilidad, porque ser humano es todavía una posibilidad.

Científicos sociales, así como otros doctos en saberes biológicos de tan importante universidad, llegaron a revisar la duda como problema y a desarrollar nuevos aportes al campo de este asunto ambiguo, más allá de los dilemas. Es decir, con precisión certera copiada luego por los relojeros suizos, alcanzaron a plasmar un panorama mucho más nítido, luego de dos guerras mundiales, varios enfrentamientos intestinos y otros excesos bélicos de dimensiones nucleares globales.

Fijando la atención en los renacuajos, las ranas, los sapos, otros anfibios y su relación en términos plásticos con las amebas y el medio acuoso en el que se va desarrollando el embrión en muchos de los seres vivos y luego de terminar de medir las dimensiones correctas del globo terráqueo, llegaron a la conclusión de que el agua nos define, mejor, nos constituye, aunque no seamos delfines. “Somos agua y todo se ha disuelto, comenzando por el sentido común, se han adelantado a decir algunos de los expertos, como primera gran conclusión de sus experimentos y observaciones en campo.

Otro grupo de especialistas, rezagados, asombrados, mojados por las primeras divulgaciones de sus colegas también han salido al paso para complementar lo dicho por quienes les antecedieron. En lo que podría llamarse la segunda gran conclusión del equipo, pero no menos importante, han dicho que no es de agua que está lleno el globo y estamos constituidos, sino que lo que estamos es llenos de vacío. Han dicho: Vivimos una era de vacío.

Más recientemente, fijando la atención en nosotros y tratando de entender a la región como un cuerpo social, la Asociación de Especialistas en Patafísica de la Facultad de Medicina de la misma Universidad de Escandinopla, establecidos en distintos grupos de trabajo en diversas ciudades y pueblos de los países del sur, han venido haciendo una serie de estudios rizomáticos de interés glocal.

Últimamente, han identificado un conjunto de aspectos y síntomas experimentados por los venezolanos en los veinticinco años más recientes del presente siglo y de este milenio que apenas comienza.

Llegaron a nuestras manos los primeros borradores del extenso documento y hemos tratado de descifrar la caligrafía propia de los doctores en la síntesis que aquí se presenta. Sin ser concluyentes, estos son algunos de los asuntos que destacan en su estudio preliminar tanto en el país nórdico del continente como en casi todos los demás:

Se recomienda moral y luces. O, para decirlo con palabras de Don Samuel Robinson: a inventar o a seguir errando. De donde se colige que mejor será inventar de manera ecuánime, asertivamente,hasta alcanzar la luz al final del túnel, la proa del horizonte o lo que se cruce primero, con la certeza de que siempre amanece, como bautizó Jesús Rosas Marcano a un poemario suyo. O con la convicción, como lo ha dicho el también poeta oriental Enrique Lafontaine, de que bajo el pesado manto de sombras también se esconde el seguro camino de la aurora”.