Desde el 28 de julio, tras el golpe de Estado que consolidó el régimen de Nicolás Maduro, la oposición venezolana ha enfrentado una serie de fisuras y debilitamientos significativos. Este proceso ha estado marcado por la brutal represión ejercida por el gobierno, que ha limitado las oportunidades para que figuras como María Corina Machado desarrollen estrategias efectivas en defensa de su triunfo electoral.
La situación ha llevado a un aumento de las críticas hacia Machado, incluso desde sectores que alguna vez le ofrecieron apoyo. La combinación de una falta de respuesta contundente ante la represión y la incapacidad para cohesionar a la oposición ha resultado en un desmoronamiento del respaldo popular hacia la figura de María Corina, así como hacia la oposición en general. El régimen ha utilizado la fuerza y el terror como herramientas para desarticular cualquier intento de resistencia.
A través de un análisis detallado de este proceso, he llegado a la conclusión de que la oposición no solo ha sido víctima de la represión, sino que también ha fallado en articular una respuesta unificada y efectiva, lo que ha agravado su situación. La necesidad de una estrategia renovada y un liderazgo sólido es más urgente que nunca en este contexto político adverso.
La División en la oposición venezolana y su impacto en la opinión pública
La oposición venezolana atraviesa un momento crítico, caracterizado por una notable fragmentación que afecta su capacidad de influir en la opinión pública. Diversos grupos emergen con estrategias y dinámicas propias, lo que complica la búsqueda de una solución unificada contra el régimen de Nicolás Maduro.
Grupo de Juan Guaidó
El grupo de Juan Guaidó, a pesar de mantener cierta presencia, ha visto disminuido su poder desde su desalojo de la Asamblea Nacional. Representan a partidos políticos con conexiones internacionales; por ejemplo, Julio Borges mantiene diálogos con el Partido Popular en España y Ramos Allup con la Internacional Socialista. Sin embargo, su capacidad de influir es limitada, con posts en X que raramente superan las 30.000 vistas. Además, han enfrentado críticas por casos de administración cuestionable, como el de Citgo. La reciente victoria de María Corina Machado en las primarias ha intensificado la pérdida de relevancia de este grupo.
Grupo de María Corina Machado
María Corina logró convencer a los chavistas descontentos en las elecciones, obteniendo un respaldo significativo. Sin embargo, su estrategia frente al régimen tras el golpe de Estado del 28 de julio ha sido insuficiente. Su enfoque se ha centrado en el fraude electoral, afirmando que ganó las elecciones, pero su falta de una respuesta clara ha generado dudas sobre su liderazgo. Aunque ha denunciado el golpe, lo hizo con un retraso notable, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su comprensión de la realidad política. Su salvación podría depender de una intervención externa, particularmente de Estados Unidos.
Aunque ha logrado mantenerse a flote en las redes sociales a través de algunos influyentes que generan contenido para ella, su poder comunicacional ha disminuido. Antes, sus posts eran vistos por millones, pero ahora han caído a cifras de 40.000 o 50.000 vistas. Esto indica una reducción significativa en su capacidad de influencia.
Grupo de Henrique Capriles y Manuel Rosales
El tercer grupo, encabezado por Henrique Capriles y Manuel Rosales, reconoce el golpe de Estado, pero busca negociar con el régimen para participar en las elecciones regionales. Esta postura puede ser vista como una forma de legitimación del régimen, y muchos los consideran cómplices. La falta de opciones ha llevado a algunos venezolanos a ver en este grupo una solución viable en medio de la crisis política. Sin embargo, su influencia en redes sociales como X es casi nula; un post de Capriles puede llegar a solo 2.000 reproducciones o incluso menos.
Frente Democrático Popular
Un cuarto grupo, integrado por ex chavistas agrupados en el Frente Democrático Popular, incluye a figuras como Juan Barreto y Manuel Isidro Molina. Este grupo ha sido consistente en su denuncia de la ruptura constitucional. Aunque critican a Maduro, su objetivo final no está claro y podrían estar buscando posicionarse como una nueva oposición. Además, tienen muy poca influencia en redes sociales.
Grupo de académicos
Un quinto grupo, compuesto por académicos como Zair Mundaray y Andrés Caleca, también reconoce el golpe de Estado. Sin embargo, son cautelosos al abogar por la desobediencia, conscientes de que podrían ser perseguidos. Su influencia sobre la población es limitada, ya que no tienen el mismo reconocimiento que María Corina.
Crítica al liderazgo
Finalmente, existe un grupo crítico que no confía ni en Guaidó ni en María Corina. Compuesto por personas activas en redes sociales, especialmente en YouTube, critican constantemente a ambos grupos, llamándolos traidores. Sin embargo, su enfoque se basa en la crítica sin ofrecer soluciones concretas, lo que los deja en una posición de impotencia.
Edmundo González
Edmundo González, como presidente electo, también enfrenta críticas por su falta de acción decisiva. Se espera que, una vez reconocido internacionalmente, pueda tomar medidas más firmes para avanzar hacia una resistencia activa. Dado que en dictadura no hay oposición real, lo que hay es resistencia, una palabra que debe ser reconocida en la lucha actual.
En resumen, la oposición venezolana se encuentra fragmentada y sin un liderazgo unificado. Es esencial que la comunidad internacional reconozca esta situación y apoye a quienes luchan por la libertad en Venezuela. Estoy interesado en conocer tu opinión sobre este tema, puedes dejarnos un comentario.
Nos seguimos leyendo en un próximo artículo en El Nacional.
@estebanoria