Por Lorena Fuentes Spooner
Hace varios años atrás me topé con un libro que captó mi atención en una librería e inmediatamente lo compré. Tenía por título: Episteme de una civilización inteligente: teoría del conocimiento trialéctico. Cuando lo comencé a leer me di cuenta de que hacía referencia a un nuevo paradigma. Lo interesante es que el carácter integrador que muestra no se ubica solo en el terreno de la epistemología, sino que brinda una visión práctica sobre cómo aplicar esta teoría en la resolución de los problemas.
La trialéctica se presenta como un nuevo paradigma concebido desde una visión integradora, pero adicionalmente aporta la metodología para lograr su implementación. Es una alternativa factible y original para recuperar la noción de totalidad que aún está extraviada y que no permite al ciudadano venezolano-planetario alcanzar la calidad de vida que se merece como ser humano de este planeta-patria. Lo relevante de la teoría trialéctica es que describe sus componentes filosóficos, epistemológicos y técnicos para abordar cualquier proceso social.
Hoy, dadas las circunstancias tan particulares que afronta la educación en Venezuela, se me ocurre pensar: ¿Será posible que entre las organizaciones comunitarias como los consejos comunales y las instituciones educativas se pueda lograr una sinergia que contribuya a superar las dificultades educativas y a la vez impulsar el desarrollo comunitario? Creo que esto es posible, pues como actores inmersos en esta unidad/diversidad, tanto educativa como comunitaria, podremos dar la respuesta ante tan importante reto en nuestra sociedad.
En este sentido, a pesar de que no soy una experta en el enfoque trialéctico, comparto grosso modo, los elementos fundamentales para aplicarlo en un consejo comunal o cualquier tipo de organización comunitaria, donde la pluralidad sea el norte, pues necesitamos aprender a lograr el consenso y alcanzar la unidad.
En la praxis, desde la trialéctica, para que se pueda concretar la visión integral de los problemas con un carácter interdisciplinario, cada vez que se diagnostique un problema global se debe observar la realidad desde varias perspectivas o sectores, los cuales son como ventanas que se abren y a través de las cuales los voceros de cualquier organización comunitaria pueden mirar el problema, analizarlo de forma integral y buscarle solución.
La idea es que el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias permita abordar la problemática educativa y se produzca una sinergia que, al mismo tiempo, facilite el impacto de la educación en la comunidad para contribuir en la resolución de los problemas.
Enfocándonos un poco más en la practicidad de esta teoría, será necesario, entre otros aspectos, concebir la totalidad de las actividades y conocimientos que conforman la realidad, dividida en doce (12) sectores: salud, ecología, social, educación, promoción, planificación e inteligencia, política, normativa, administración, economía y finanzas; producción, comercio y servicios; infraestructura y mantenimiento (Manzanares, 2011).
Me parece relevante la propuesta de estos 12 sectores, los cuales, desde mi perspectiva, inicialmente estarían representados por profesionales de cada una de esas áreas de la realidad que vivan en la comunidad, quienes ayudarían progresivamente en el proceso de sensibilización y formación del resto de la comunidad. Los responsables se reunirían en un espacio determinado o sala situacional (Dávila, 2008) para abocarse a la búsqueda de soluciones en materia educativa.
En consecuencia, desde allí se definirían objetivos, espacio, tiempo, acciones y presupuesto, entre otros aspectos. Todo esto desde una visión integral, donde se produzca la plena interacción entre los actores involucrados para ayudar a solucionar el problema educativo, pero que, igualmente, desde la educación y en plena interacción con los otros factores, se ayude a la comunidad a superar sus debilidades en cuanto a alimentación, calidad de los servicios, ingresos económicos y recreación, entre otros aspectos que, desde una visión compleja amerita que asumamos la educación como un propósito de todo ser humano y como la vía para tener una mejor calidad de vida en todo sentido.
Sigo pensando que la educación constituye la llave que nos abre la puerta al conocimiento, al aprendizaje y al desarrollo de los valores.
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