Una renuncia de Olga Sánchez Cordero a la titularidad de la Secretaría de Gobernación de México deja en claro tres cosas:
El presidente López Obrador comienza a tener una especial preocupación por su sucesión presidencial, ya han pasado casi tres años se acerca el ocaso de su gobierno, teme perder el control de su gobierno (y su partido) al final de su sexenio. De ahí estos movimientos que se irán dando conforme nos acerquemos al 21 de marzo de 2022 o posterior a esa fecha, que es la que él ha fijado para que se efectué la denominada revocación de mandato. ¿Y por qué digo esto? Es claro que, al mantener un pleito declarado con los medios de comunicación, con los empresarios y con la clase media “aspiracioncita”, se la han ido tres años que ya son imposibles de recuperar, a estas alturas su gobierno ya debería estar dando resultados, tener los índices de la violencia por debajo de lo que estuvieron con Peña Nieto, o la economía estable, y cuando las remesas son tu fuerte y se depende tanto del extranjero, y tus obras anunciadas pareciera que no estarán para tu sexenio, algo sucede, y antes de que su gobierno sea una “chunga”, mejor asegurar políticamente el barco. Y de aquí se desprenden los dos puntos siguientes.
El tema Ricardo Monreal se le ha salido de las manos, el senador ya dijo que estará sí o sí en la boleta electoral del 2024, pero eso AMLO no lo quiere, no por lo menos para Morena, y el zacatecano ya dijo que estará con Morena o sin Morena, pero contenderá por la presidencia, y si bien él es el coordinador de los senadores, operador político de AMLO, y un astuto político a modo para los intereses del gobierno en el poder, él bien podría comenzar a operar para sus “causas”, de ahí que ahora la exministra Sánchez Cordero regresa al Senado para aminorar el poder de Monreal, meterlo al redil y operar en pro de los intereses de López Obrador, y mandarle un mensaje a Monreal y prepararse desde Palacio Nacional para lo que viene en este segundo tramo de gobierno e intentar desarticular el poder de los Monreal en el Senado.
Afianza al Grupo Tabasco, con la llegada de Adán Augusto López, los tabasqueños ya son seis en puesto de primer orden del Gobierno, y otro tanto en puestos claves detrás de ellos. Javier May Rodríguez, Octavio Romero, Audumaro Martínez, Juan Antonio Ferrer, Carlos Ruiz Abreu y ahora el aún gobernador de Tabasco. Andrés Manuel López Obrador está diversificando muy al estilo PRI, creando un grupo como en su momento el Grupo Atlacomulco.
Lo preocupante es que no llegan al gabinete funcionarios públicos de primer orden que sepan decirle no al presidente mexicano, que sepan dirigir una secretaria de Estado, pero sin terminar siendo solo una cara política o un florero sin toma de decisiones propias.
Tiempo al tiempo.
@plumavertical