OPINIÓN

Reinventar el liderazgo político

por Omar Ávila Omar Ávila

En los momentos de crisis e incertidumbre surge una necesidad imperiosa: la formación de un nuevo liderazgo capaz de guiar a una nación hacia la renovación y el progreso. Venezuela, un país rico en historia y diversidad, se encuentra en una encrucijada que requiere un liderazgo fresco, innovador y comprometido con el bienestar de su pueblo.

Los desafíos políticos, económicos y sociales exigen una dirección sólida y una visión clara para enfrentar los problemas arraigados en nuestra sociedad. En medio de este panorama, la formación de un nuevo liderazgo se presenta como una oportunidad ineludible para trazar un mejor rumbo.

La base fundamental para cualquier liderazgo reside en la educación y la preparación, razón por la cual, los líderes del futuro deben estar equipados con un conocimiento profundo de los problemas que enfrenta el país, así como de las soluciones posibles. Esto implica una formación académica sólida y comprensión empática de las realidades cotidianas de los ciudadanos.

Un nuevo liderazgo en Venezuela debe aprender a ser audaz en su enfoque; la innovación y la creatividad son habilidades esenciales para poder abordar los problemas de vieja data con nuevas perspectivas, esto implica pensar más allá de las soluciones tradicionales y aceptar algunas medidas alternativas poco convencionales, ya que nuestros desafíos son bastante complejos.

Es importante destacar que la integridad es el corazón de un liderazgo auténtico y confiable. Los líderes deben demostrar una conducta ética en sus acciones, y ser un ejemplo inspirador a seguir para una sociedad que reclama transparencia y honestidad para reconstruir la confianza perdida en las instituciones.

El nuevo liderazgo debe estar en sintonía con las necesidades y aspiraciones del pueblo venezolano: escuchar, comprender y empatizar con las experiencias de los ciudadanos, son habilidades fundamentales para establecer un vínculo fuerte entre los líderes y su comunidad.

Además, es importante aceptar que los desafíos complejos de Venezuela requieren esfuerzos conjuntos, el nuevo liderazgo debe ser capaz de trabajar en equipo, colaborar con diversas voces y construir nuevos consensos cada vez que sean necesarios. La formación de líderes no es un proceso estático, debemos estar preparados para aprender y adaptarnos con facilidad a los nuevos entornos que están en constante cambio. La formación continua, la búsqueda de conocimiento y el desarrollo personal son herramientas esenciales para enfrentar la incertidumbre.

Es claro que expresamos este deseo por un nuevo liderazgo en momentos en que el sistema educativo ha sido casi totalmente desmantelado. La ausencia de una educación de calidad impedirá en el mediano y largo plazo no solo comenzar a ver una falta de profesionales calificados, sino que también será difícil encontrar líderes políticos con una formación académica de calidad. Tenemos que hacer un esfuerzo urgente para retomar estándares educativos adecuados a las demandas de la globalización. Es tarea de todos volver a hacer el país atractivo para los profesionales que se gradúan y tienen su vista puesta en otras latitudes. Conscientes de esto nosotros seguiremos aportando nuestro granito de arena, sembrando la semilla en cuanto espacio sea posible.

Nuestro trabajo en Unidad Visión Venezuela es educar e informar, no dividir, ni manipular. Trabajamos en el empoderamiento de un nuevo liderazgo y otras visiones que ofrecer al país, para nosotros, la gente es primero, ofrecemos  hechos y no palabras, lo cual hemos demostrado a través de nuestro programa Visión Solidaria. También estamos en contacto directo con otras regiones para escuchar de primera mano diversos planteamientos, ideas y sugerencias, así como las denuncias y problemas que los afectan.

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