El oro es un elemento cuyo símbolo es Au y su número atómico es 79, lo que significa que tiene 79 protones o cargas positivas en el núcleo y 79 electrones o cargas negativas en las capas externas del átomo.
Este metal ha sido muy estimado por la humanidad en todas las culturas desde la antigüedad, debido a su: brillantez, color, escasez, conductividad eléctrica y no se corroe ni reacciona químicamente con otros elementos, siendo esas las razones para ser usado como: joyería, componente en circuitos electrónicos de misión crítica y también como dinero en forma de monedas o de respaldo para los billetes emitidos por gobiernos y particulares a través de la historia.
Hace siglos existió una protociencia llamada alquimia, donde se buscaba convertir metales como plomo o mercurio en oro, objetivo que nunca se logró por los alquimistas, pero hoy con el avance de las ciencias se ha demostrado que aunque ellos no poseían la tecnología requerida, sí estaban bien enfocados, debido a que si se quita un protón al mercurio o tres protones al plomo, ocurre una transmutación de esos metales obteniendo oro, aunque los altos costos hacen inviables estos procesos que implican fisión nuclear.
Venezuela es un país con: climas moderados, acceso al Atlántico, ríos, lagos, lagunas, tierras fértiles, petróleo, carbón, gas, hierro, aluminio, coltán, mezcla de razas, gente laboriosa y minas de oro, que en condiciones normales sería un paraíso, donde el denominador común debería ser el bienestar y la prosperidad de sus habitantes y no la tragedia de Tántalo, por el uso de malas prácticas económicas y políticas.
En 1918 el general Juan Vicente Gómez estableció una ley de la moneda, para emitir el bolívar-oro, anclando la moneda de curso legal al establecer una equivalencia de 0,29 gramos o sea 290 miligramos de oro por cada bolívar emitido y el ciudadano podía cambiar en los bancos sus billetes por oro físico, debido a que esos entes estaban autorizados para imprimir billetes, siempre que mantuvieran en sus bóvedas las reservas de oro para respaldar el papel moneda, porque aún no existía un banco central y había suficiente oro en el país, no solo extraído de las minas, sino también producto de la exportación del crudo nacional, que sirvió para que los aliados pudieran ganar la Primera Guerra Mundial y después el país también fue un proveedor de crudo, para ganar la Segunda Guerra Mundial.
Además de la pacificación y la unificación de la nación, la construcción de infraestructura, la creación de empresas e instituciones y el gran acierto con el signo monetario, don Juan Vicente Gómez pagó las deudas externa e interna, algunas de las cuales venían desde tiempos de la independencia y evitó endeudarse, con lo cual logró una primera independencia económica, que sentó las bases de la futura democracia y el progreso en el país, apalancado por el principal recurso natural que era el petróleo y asesorado por lo mejor de la intelectualidad de su época y según cuentan las anécdotas, cuando le recomendaban devaluar el bolívar, con su prudencia ancestral andina respondía: “Chito, no me jorunguen la moneda”.
Con la creación del Banco Central de Venezuela (BCV) en 1939, la emisión del papel moneda y la acuñación de monedas de metal, pasaron a ser responsabilidad exclusiva del BCV, quien también estaba obligado a mantener las reservas en oro en sus bóvedas, requeridas para respaldar las emisiones de billetes de manera estricta y cumplir con sus objetivos que son: mantener la estabilidad de precios y el valor de la moneda nacional.
En 1974 el presidente Carlos Andrés Pérez reformó la ley del BCV y asesorado en materia monetaria, quizás por funcionarios como don Pedro Tinoco y don Gumersindo Rodríguez, tomó la decisión de cambiar el anclaje del bolívar –que había sido el oro desde 1918- al dólar, que para ese momento era dinero fiduciario, después del repudio de los acuerdos de Bretton Woods en 1971 y a partir de ese momento, a pesar del incremento del precio del barril de crudo, después de la crisis petrolera de 1973 y aunque se nacionalizó el petróleo en 1976, se comenzó a relajar la relación existente entre las reservas en divisas en el BCV y la cantidad de moneda nacional emitida y así empezaron a aparecer los primeros síntomas de la alta inflación, que ha arruinado al país y a su gente hasta hoy, producto de: devaluaciones, endeudamientos y emisiones de dinero sin respaldo ni medida, que los “supuestos expertos keynesianos” recomendaron a todos los gobiernos sin excepción y que estos aceptaron independientemente de su pensamiento político, siendo que a partir de 1974 esos supuestos expertos e intelectuales no han cesado de recitar mantras tales como: la moneda está sobrevaluada, hay que hacer devaluaciones competitivas, el exceso de liquidez no genera inflación, si eliminamos el control de cambios nos tumban, etc. y es posible que si esos ciudadanos no son tontos útiles que repiten mantras como loros, entonces responden a intereses ocultos que no son los intereses supremos de la nación.
Durante el período entre 1918 y 1973 la inflación promedio anual fue de 1,3 %, el PIB era creciente y había: trabajo, paz, progreso, bienestar y prosperidad, pero además la fortaleza de la moneda hacía al país atractivo para los inmigrantes que venían desde otras latitudes a establecerse, pues estaban enfermos y arruinados por guerras civiles, mundiales y malas praxis monetarias en sus naciones de origen, siendo que Venezuela era una sociedad feliz, pero muchos ignoraban que esa felicidad era producto de la existencia del bolívar-oro.
La inflación promedio anual entre 1974 y 2011 fue de 27,3 % y entre 2012 y 2020 la inflación promedio anual fue de 16.007,6% y para el 14 de febrero de 2021 el tipo de cambio era de 173 billones latinos de Bs/dólar relativos a 1983, cuando la tasa de cambio era fija de 4,30 Bs/dólar y se empezó la praxis devaluatoria.
Con estas malas experiencias monetarias y cambiarias el país padece actualmente: hiperinflación, recesión, emigración, inestabilidad, quiebra de empresas públicas y privadas y por todas estas razones es necesario entender se debe regresar a una moneda honesta y estable como la implantada hace un siglo, para poder recuperar la economía, remunerando a todos los factores de producción con una moneda que conserve su valor, siendo que también debe existir absoluta libertad cambiaria en el manejo de las diversas divisas, que a pesar de estar también enfermas por las burbujas especulativas y de liquidez a nivel global, aún sirven para poder adquirir bienes y servicios producidos en los países emisores de esas monedas.
Basado en las cifras disponibles de las estadísticas del BCV al 5 de febrero de 2021, actualizaré y analizaré un ejercicio teórico, que indica la factibilidad de fortalecer al bolívar con el oro nacional, como lo hicieron los ancestros en el pasado, en vez de estar vendiendo en noble metal a precios de remate a las bancas de inversión o a otros entes, como ha venido ocurriendo desde 2012, cuando el país contaba con casi 400 toneladas de oro físico en sus reservas, de las cuales quedan actualmente menos de 100 toneladas y pienso que el objetivo de los especuladores era adquirir todo el oro venezolano que pudieran, usando diversas estrategias de manipulación como los bloqueos, debido a que este es el único dinero que posee valor intrínseco, del cual carecen todas las demás divisas.
Ejercicio actualizado para regresar a una moneda nacional respaldada con oro en Venezuela | ||
Rubro | Monto | Unidad |
Liquidez monetaria (M2) | 673,62 billones latinos | Bs |
Tasa de cambio | 1.837.423,46 | Bs/Dólar |
Liquidez monetaria en dólares | 366,61 millones | Dólares |
Precio del oro en dólares | 1.876,40 | Dólares/Ozt |
Precio ton. de oro en dólares | 60.334.298 | Dólares/Ton |
Reservas intern. en dólares (RI) | 6.358 millones | Dólares |
RI expresadas en oro | 105,38 | Toneladas |
M2 expresada oro | 6,08 | Toneladas |
Relación % M2 vs RI | 5,77 % | Porcentaje |
Fuente de datos: Estadísticas BCV al 5 febrero de 2021. El precio del oro es un promedio del mes de enero de 2021 |
El análisis del ejercicio anterior permite concluir lo siguiente:
Toda la liquidez monetaria se puede recoger con 366,61 millones de dólares, lo que indica una severa descapitalización real a nivel nacional.
Las reservas internacionales expresadas en toneladas de oro son 105,38 lo cual implica que, en las bóvedas del BCV queda menos de esa cantidad en oro físico, teniendo en cuenta que parte de la liquidez está en divisas y aún hay 31 toneladas retenidas por el Banco de Inglaterra, que se ha negado desde el año 2011 a devolver ese activo y que ¿mantiene en custodia?
Con 5,77 % de las reservas internacionales que son 6,08 toneladas de oro y al quitarle 6 ceros a la moneda para crear una moneda nueva, se podría respaldar y redimir al nuevo bolívar con 9 miligramos de oro y la tasa de cambio sería de 1,84 Bs/Dólar.
Nota final: con este ejercicio aún quedaría disponible 94,23% de las reservas internacionales, lo que indica que el bolívar a la tasa vigente al 12 febrero de 2021, que es de 1.837.423,46 Bs/Dólar está subvaluado y que su tasa de cambio real implícita debería ser el resultado de la relación:
Tasa de cambio implícita = Liquidez / (Reservas Internacionales):
673.624.300.000.000 Bs. / 6.358.000.000 Dólar = 105.949,09 Bs/Dólar
Esto significa que, si se usaran todas las reservas internacionales para respaldar la moneda nacional actual, sin quitarle los 6 ceros sugeridos, la tasa de cambio es de 105.949,09 Bs/Dólar, lo que implica que el dólar oficial se está vendiendo 17,34 veces más caro de lo que debería ser y esta es una pregunta que alguien debería responder. ¿Por qué se mantiene una moneda superdevaluada? Y si hay alguna razón racional para ello, ¿quiénes se benefician con esta praxis?
En mi modesta opinión, estas prácticas monetarias y cambiarias permanentes, con expansiones exponenciales de liquidez y una moneda superdevaluada, no benefician a Venezuela ni a sus ciudadanos como se ha demostrado con los hechos.