Algunos personajes que se identifican como opositores siguen con su petición de levantar las sanciones a la tiranía. Argumentan que esas medidas aplicadas por decenas de gobiernos del mundo libre “son la causa de la tragedia económica, social y política que acusa nuestro país”. Ese análisis parte de premisas absolutamente equivocadas y de pretextos que no aguantan la mas leve sacudida.
Todo cuanto hoy sufre Venezuela y desde luego los ciudadanos que son impactados por esos desajustes tan profundos, tiene su origen en el modelo equivocado que se han empeñado en imponer en Venezuela las mafias que han secuestrado sus instituciones públicas. Ese esquema anacrónico basado en controles de precios, manipulaciones monetarias, con tasas de intereses fuera de lugar, con medidas policiales sobre el mercado laboral, más la destrucción del Estado de Derecho que nos deja como una nación en donde no se respira ni un soplo de seguridad jurídica, en donde no existe estabilidad gubernamental y en consecuencia es imposible que se sienta una pizca de confianza, es la verdadera y única razón de la catástrofe que experimentamos en todos los órdenes de la vida nacional.
Es insólito que haya dirigentes que se exhiben como voceros de los venezolanos en resistencia clamando para que “dejen tranquilo a Maduro” y a sus capos del narcotráfico, porque, según esa visión equivocada, “las sanciones impiden que en Venezuela haya gasolina, luz eléctrica o escasez de alimentos”. ¿Se olvidan esos promotores del levantamiento de las sanciones que Chávez y Maduro se han encargado de destruir nuestra industria de hidrocarburos? ¿Qué tienen que ver las sanciones con aquella locura de Chávez de despedir a miles de trabajadores de Pdvsa? ¿Qué relación de causa-efecto tiene la escasez de luz eléctrica con las sanciones, si desde muchos años antes de que esas medidas se pusieran en práctica ya los socios de Chávez y de Maduro habían comenzado el latrocinio de miles de millones de dólares que es la verdadera razón de la crisis de los sistemas hidroeléctricos y termoeléctricos del país?
¿Se puede ser tan colaboracionista de Maduro para llegar a defender, con los mismos argumentos de los artífices del régimen que la economía está desplomada por culpa de esas sanciones? No señores, para nada. Esa caída del producto interno bruto es la consecuencia de las expropiaciones, de la monetización del déficit fiscal, del atropello al principio de propiedad privada, al mal uso de las reservas internacionales, al endeudamiento indiscriminado con el que han hipotecado el futuro de Venezuela y a la regaladera de nuestro petróleo. Esa es la verdad de todo cuanto pasa y padecemos ahora en nuestro país.
La verdad, aunque duela, hay que hacerla resplandecer. Hoy Venezuela es la lavandería más grande del planeta. En nuestro país se está acomodando una clase corrompida, enclaves del narcotráfico de todo, de drogas, de oro, de lo que sea, y que tienen en nuestro territorio la madriguera para esconderse ellos y sus capitales de procedencia oscura. En Venezuela ya no funcionan las refinerías, ni las cementeras, ni las fincas agropecuarias ni los complejos lácteos, pero sí están a “toda máquina” los centros de producción de drogas, por eso llegan a Venezuela, procedentes de México los “altos gerentes” de esa corporación internacional a controlar a sus franquicias.
¿Van a seguir haciéndole el coro a los publicistas de la tiranía que vende el humo de que Venezuela se está arreglando? A la vista permanece ese 94% de la población en condiciones de pobreza. Siguen los hospitales en crisis, igual las plantas físicas de las universidades y escuelas de todos los estados, el transporte público es un desastre y sin embargo ¿esas calamidades las pretenden maquillar con las fotografías de unos restaurantes de Las Mercedes y de unos bodegones que son fruto de las inversiones de muchos de esos delincuentes asociados con la tiranía? Venezuela es tierra libre para los que tengan como importar, ahora sin barreras de IVA, sin definiciones de aranceles. O sea que le están dando un puntillazo a lo que sobrevive de la producción nacional.
¿Es en serio eso de que Venezuela se está arreglando porque devolvieron un centro comercial robado? Y qué me dicen de las 9.000 empresas quebradas. ¿Cómo se remedia la muerte de millones de venezolanos en esta etapa de la satrapía chavomadurista? ¿Y qué pasa con los millones de hectáreas de tierras asaltadas?
Es desde todo punto de vista repudiable que ahora también se pongan en acción maromas politiqueras para blanquearle ese sistema judicial purulento que le ha servido a esa tiranía para convertir a Venezuela en el más grande campo de concentración de la tierra. Porque un país sin seguridad jurídica termina siendo eso. Maduro busca acomodar sus piezas en el alto tribunal que sigue siendo el más bajo estrado para desarrollar la más feroz persecución política contra los venezolanos que experimentan la conversión del derecho de opinión en un delito. Maduro se desvive por sabotear el proceso en la Corte Penal Internacional y tiene como treta desmontar, al precio que sea, el principio de complementariedad, simulando que en Venezuela se está arreglando el problema de la falta de justicia.
¿Quiénes se están prestando para semejante trastada?
@alcaldeledezma