Es preocupante que estamos próximos a cerrar el año y el Estado no ha hecho nada por garantizarle al pueblo un aumento de salarios y aguinaldos dignos con los que pueda cubrir algunos artículos de la cesta básica en la época decembrina para la tranquilidad en sus hogares ya sufridos.
Pero peor aún es que ante esa situación, una crisis que golpea los estómagos de la familia venezolana, se siga impregnando al país de debates políticos, en esta oportunidad promocionando un referéndum consultivo para preguntar al pueblo si el Esequibo es o no nuestro, cuando todos sabemos que siempre nos ha pertenecido. Lo importante aquí es que el Estado convoque a los mejores juristas para diseñar una buena defensa ante la Corte Internacional de Justicia, que es donde se debe pelear.
Ignorar el bienestar social y la calidad de vida de los venezolanos es inhumano. Parece que el Estado nuevamente solo les garantiza navidades felices a los poderosos.
No pueden usar la consulta por el Esequibo para sacarle provecho político y dividir nuevamente a la población entre «patriotas» y «realistas», como en la lucha por nuestra independencia.
Es la hora de la unidad nacional sin colores políticos.