En mi más reciente artículo de opinión, el cual titulé “Medidas económicas indispensables”, planteaba entre otras cosas la reducción del Estado, no en cuanto a sus responsabilidades con el pueblo sino dirigiendo su esfuerzo a funciones esenciales como seguridad, educación, salud e infraestructura.
Se trata de privatizar un conjunto de empresas que no son estratégicas para el funcionamiento del país y formular un plan de austeridad en todos los niveles de gobierno, reducir la burocracia eliminando ministerios y asumir el uso más eficaz y eficiente de los recursos del Estado.
¿Para qué sirve por ejemplo el llamado Viceministerio de la Suprema Felicidad? Existen otros ministerios y viceministerios que se deben fusionar, cargos que se pueden suprimir y nóminas que se deben revisar; esto forma parte de las propuestas que presentaremos en los próximos días al Ejecutivo Nacional, principalmente a los responsables del área económica.
Desde Unidad Visión Venezuela tenemos claro que en el país nadie gana sueldo mínimo, a excepción de los jubilados, a quienes el año pasado a propósito del Día del Trabajador, Nicolás Maduro prometió pagarles a un grupo un bono de 10.000 bolívares por partes, que a la fecha era el equivalente a 2.222 dólares; 8 meses después desde el gobierno nacional nadie dice nada, pero además al momento de escribir este artículo producto de la devaluación ese monto representa apenas 487 dólares. Este ofrecimiento ocurrió como una medida compensatoria de las prestaciones sociales, para quienes fueron jubilados entre los años 2018 y 2022. El problema sigue siendo la devaluación constante que termina pulverizando cualquier salario.
Ojo, quiero dejar claro que un bono –sea del monto que sea– no resuelve el desastre causado por este gobierno a los trabajadores en general, especialmente a los de la administración pública, pero más agravante que ofrecer una bonificación compensatoria para salir del paso, es no pagarla. Favorecer a un grupo en detrimento de otro cuando todos somos perjudicados por la misma realidad económica es como tirar sal al mar. Desde este humilde espacio, reciban nuestra solidaridad todos los empleados públicos (activos y jubilados) de nuestra patria.
Pero al final, a toda la administración pública le ha incumplido el gobierno nacional, pues el primer mandatario nacional prometió que los salarios estarían anclados al petro. En resumen, ante la ausencia de recursos, el Estado debe ser más pequeño y despilfarrar menos para que el dinero que percibe el país llegue hasta los bolsillos de la población.
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