Desde Unidad Visión Venezuela nos parece irrelevante que teniendo tantos problemas la ciudad de Caracas, los concejales del Polo Patriótico hayan tomado como prioridad el cambio de emblemas que identifica desde 1567 a la capital de nuestro país; además, es de poco interés para la gente, por ello a nuestro juicio, un sector de la oposición sigue cayendo redondito en la estrategia de los oficialistas –incluyendo ofensas-, pero también es hipócrita por parte del gobierno justificar el cambio de los símbolos por una supuesta “reivindicación” a los indígenas, cuando es el gobierno el que propicia la destrucción de sus hogares, permitiendo la explotación del arco minero y su hábitat natural.
Como bien reza el dicho: “El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas”, y como desde nuestra organización política siempre actuamos con base a la realidad, es que nuestra invitación va a seguir enfocada a lograr construir ese movimiento transformador, que solo puede construirse alrededor de una idea amplia y representativa.
Urge a las cúpulas entender que seguir bajo la inacción o solo con una reacción visceral es insuficiente. Nosotros somos optimistas, porque en esa Venezuela profunda a la que pocos llegan, con la que tenemos contacto a diario, hay factores moviéndose que lo tienen claro, y aunque por ahora seamos incipientes y poco visibles, esas bases del país las estamos ayudando a organizarse, a moverse y a pensar con objetividad desde la acción, no desde la queja y la crítica.
En lo particular, y desde nuestro movimiento político-social, vamos a seguir actuando con integridad, haciendo lo correcto; aun cuando mediáticamente muchos traten de ocultar nuestro trabajo.
Siempre dispuestos a debatir sobre la política y su eficacia en cualquier terreno, con respeto y altura, es decir, con argumentos. Por ejemplo, las tan cacareadas sanciones al país. Nuestra posición es que una consecuencia inmediata e indiscutible del levantamiento de las sanciones sería que el gobierno de Nicolás Maduro no pudiera continuar excusándose en estas para tratar de tapar y justificar el desastre cometido a lo largo de más de dos décadas.
Recientemente pudimos ver en otra exhibición del extremismo opositor un ataque desmedido contra quienes expresaron su opinión a través de una carta, manifestando que las sanciones no sirvieron para alcanzar los objetivos que buscaban, por ende, solicitaron a las autoridades estadounidenses que levanten las mismas para disminuir el sufrimiento del pueblo, y que en mi artículo de la semana anterior titulado “Un poco de sindéresis, por favor”, comentaba con mayores detalles.
Es inaudito escuchar como argumento central de este sector de la oposición que con el levantamiento de las sanciones contra Venezuela, “Maduro se haría más fuerte e imposible de derrotar en elecciones”, en otras palabras, esa parte de la oposición se siente tan débil, al punto de no ser capaces de hacer política para lograr aglutinar y movilizar a los electores.
Ante lo antes expuesto, debemos comenzar por dialogar entre nosotros, pensemos y trabajemos en la forma para reconstruirnos, diseñemos un plan que incluya a todos, en vez de estar pensando en candidatos, tracemos estrategias serías y ejecutables pensando en un país próspero donde realmente podamos decir con orgullo que estamos recuperando a Venezuela.
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