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Realidad, real y verdad

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¿Qué es la realidad? Es una de las interrogantes que siempre ha despertado el interés de la humanidad

¿Qué es la realidad? La metafísica es la parte de la filosofía que estudia al Ser como centro y su relación con él, lo absoluto, Dios, el Universo, el alma, su sentido y final. Recurrentemente nos extendemos en disertaciones donde nos planteamos preguntas relacionadas con la comprobación de la existencia y la comprensión de lo que es lo real, la realidad y la verdad. El hombre, desde los albores primitivos, ha examinado y evaluado su rol como parte de la vida. En el presente, cuando pareciera que los parámetros de nuestra especie se desdibujan y la relación del  individuo y su entorno parece enfrentado con su naturaleza, es importante emprender una revisión de la interpretación sensorial con la que estructuramos nuestros conceptos. En los nuevos paradigmas con los que debemos proyectar a la nación, llevar esta discusión al plano educativo es fundamental ya que el entendimiento de esto impacta a la lingüística, la antropología, la psicología, las materias económicas, la historia y  a los campos de la ciencia.

De acuerdo con lo establecido podemos identificar cuatro modos en los que las cosas puedan existir. Lo Posible: es lo que no existe todavía pero se han dado las condiciones necesarias para que sea real. Ilustremos esto de esta manera: si criamos a unas pollas ponedoras dando los cuidados necesarios, estas se desarrollarán como gallinas y producirán alimento, por lo que estamos creando las posibilidades para que tengamos huevos, pero no existen todavía. Lo Contingente: es lo que existe pero pudo o no haber existido; está condicionado a las causas y estas causas a unas leyes. Es todo aquello que no existe por necesidad, que puede dejar de existir o no existido nunca. A pesar del esmero nuestras pollas murieron por enfermedad o resultaron diezmadas por depredadores, por lo tanto nunca se convirtieron en gallinas y,  por ende, no pusieron huevos. Lo Necesario: es lo que existe y jamás puede dejar de existir, lo que es y no puede no ser. A diferencia de lo contingente, no se rige por unas causas ya que existe en sí mismo. Si abordamos esto desde la fe, tenemos que Dios es perfecto y es la causa de las demás existencias, pero, para los pensadores materialistas, la existencia necesaria son las leyes que rigen al Universo, lo absoluto y real necesariamente. Lo Virtual: es una representación de la realidad que se propone transmitir lo que existe –redes sociales, videollamadas, grabaciones, etc.– o mostrar algo inspirado en la realidad pero desplegado en lo imaginario –películas, videojuegos o escenarios virtuales–.

René Descartes (1596 -1650) es uno de los eruditos que tiene la necesidad de preguntarse sobre la existencia, por eso reflexiona profundamente sobre esta interrogante y amplía sus preguntas en torno a ello: ¿qué es la existencia?, ¿es posible la nada?, ¿existir sin pensar? o ¿pensar sin existir? A lo largo de la historia, los pensadores afirman que lo real y la realidad no son lo mismo. La realidad parte de la percepción del individuo y lo real es lo que es concreto, sea o no percibido por el sujeto. Si lo real es fundamental para la realidad, no deja de ser la percepción individual lo que se reconoce como la valoración de lo verdadero. Para Emmanuel Kant (1724 -1804)  lo real es la esencia misma de las cosas, el conocimiento último, el objeto  en sí, mientras la realidad es lo que la mente humana codifica mediante los sentidos. El filósofo alemán lo recogió en dos conceptos: el noúmeno, que es aquello puramente racional que existe independientemente de cualquier representación, y el fenómeno que es la impresión de nuestros sentidos, la apariencia que se recrea en un primer contacto con esa realidad de lo externo.

Desde hace siglos los pensadores vienen debatiendo en torno a lo que significa la verdad. Ese complejo tema nos conduce a preguntarnos reiteradas veces una serie de interrogantes buscando clarificar este tema: ¿la verdad la alcanzamos exclusivamente por medio de la razón?,  ¿el ser humano posee conocimientos innatos o son exclusivamente adquiridos?, ¿conocemos la verdad gracias a los sentidos?, ¿con qué criterio podemos definir la verdad?, ¿la verdad se nos revela?,  ¿hay distintas formas de la verdad?

La definición más aceptada es la que dio Santo Tomás de Aquino con La Teoría Correspondiente de la Verdad. Es aquella que consiste en una  adecuación o concordancia entre el entendimiento que se conoce y lo real, junto a lo que expresamos con el lenguaje.  Si decimos que el caballo corre en la pista, esto es cierto solo si hay un caballo y una pista y que este este animal se encuentre relacionado con esa superficie (correr); la inexistencia de alguno de los tres elementos  –el equino, la cancha y la acción–  nos permite comprobar que esta preposición no es verdadera.  Sin embargo, el idealismo metafísico se contrapone a la anterior teoría,  “todo lo que existe es producto de la idea de una mente”,  en consecuencia, la verdad es la concreción del conjunto de percepciones mentales.

Santo Tomás de Aquino, René Descartes y Emmanuel Kant dedicaroon trabajos a explicar sobre la verdad, lo real y la realidad

En la filosofía existen cuatro tipos de verdad. Verdad subjetiva: depende del sujeto y  de lo que conoce, es la veracidad con la que estamos más estrechamente vinculados al ser generada por nuestra experiencia; una proposición subjetiva puede ser cierta o errada, como por ejemplo: dos individuos se encuentran en una habitación, uno siente frío y el otro no.

La verdad objetiva: Porque la información es imparcial y se expresa sin ambigüedades. Los hechos la demuestran como se corresponden a la ciencia o la lógica. Siguiendo con la situación anterior, hacemos uso de un termómetro para comprobar la temperatura en la habitación. A pesar de esto, debemos fijar atención ya que lo real y la realidad no son obligadamente sinónimos, por lo que,  como seres humanos, estamos limitados por el factor tiempo -espacio; por lo tanto, a pesar de contar con equipos, tecnología, conocimientos y experiencia,  no tenemos las repuestas absolutas de todos los hechos.

La verdad relativa: Todas las verdades siempre son relativas al ser dependientes de  factores inherentes a cada individuo. Prosiguiendo con el patrón antes planteado, podríamos hacer una medición de la temperatura y determinar que la habitación se encuentra a 20 grados centígrados pero, aún así, ¿cómo definimos qué es el frío? Uno de los individuos proviene de una zona cálida y el otro es de una región fría, en tal sentido la sensación térmica distará entre uno y otro.

La verdad absoluta: Es una certeza que es asumida por todas las personas, las distintas culturas y todas las circunstancias. Es lo absoluto, como las leyes del Universo, la esencia misma del hombre o la creencia en Dios.  En esa habitación, en un momento concreto y en el lugar determinado, existe una temperatura especifica aunque los dos individuos no puedan sentirla ni nadie la compruebe mediante una medición. La verdad absoluta y la objetiva se complementan y nos permiten trazar un esquema donde no existan evidencias aisladas (la tuya, la de él o la nuestra), lo que tenemos son opiniones y la verdad.

Lo real no solo es aquello que es tangible, nuestros pensamientos y sueños también son reales, la negación de lo real supone la supresión de todo aquello que sabemos que damos como cierto pero que no hemos experimentado y nos llega a través del estudio, el lenguaje o parte del saber consuetudinario. Para avanzar en la búsqueda del conocimiento hay que cubrir cada rincón de nuestra mente y confrontarnos constantemente con la razón, en procura del saber. La comprensión de la autenticidad nos ubica y nos permite marcar puntos de partida hacia el raciocinio.

Nuestro futuro debe estar marcado por una profunda comprensión del pensamiento

Es significativamente positivo que desde la infancia se estimule la necesidad de generar respuestas y someter a nuestra conciencia a escudriñar lo cierto. El desarrollo del razonamiento social se logra alcanzando niveles de profunda introspección, esto nos otorgará herramientas que, una vez puestas en práctica, redundarán en altísimos beneficios económicos, culturales y cívicos.  Una de nuestras carencias como sociedad es que en Venezuela se evidencia  constantemente la poca capacidad racional de los principales actores políticos; no se puede ser un líder si los pensamientos están comprimidos a una distorsión cognitiva desconectada de lo real y de la realidad. La auténtica verdad es que para alcanzar el bienestar en un futuro tendremos que construir ideas absolutas en un país que reclama el nuevo patrón del pensamiento.

 

 

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