Desde el 28 de julio el señor que ocupa el Palacio de Miraflores anda rabioso por la paliza que Edmundo González y María Corina Machado le dieron.
Desde el 28 de julio, ese señor anda ladrando y ladrando; casi le sale espuma por la boca cuando habla de las elecciones. Y, a pesar de todas sus mentiras, él sabe que perdió.
En su retorcido empeño de enterrar la verdad debajo de un lodazal de improperios, hostigamiento y miedo, Nicolás Maduro le soltó la correa –de nuevo– a sus radicales.
Por tal razón, nombró nuevos ministros para fortalecer todos sus mecanismos de represión, espionaje y de acoso en contra de los sectores democráticos.
Y es que, a todas luces, esto es lo único que le queda a Maduro; pues, mientras él se atrinchera en su ilegitimidad e ilegalidad, el presidente electo, Edmundo González Urrutia, es recibido en La Moncloa por el presidente del gobierno español; y cada vez más presidentes y gobiernos democráticos le reconocen su triunfo en las presidenciales con el apoyo de la líder de los venezolanos, María Corina Machado.
Y mientras Nicolás Maduro se inventa congresos donde gasta millones de dólares para traer devaluados cómplices socialistas, el mundo democrático reconoce con varios premios el liderazgo y la lucha de María Corina Machado.
A nuestra “Dama de Hierro” le han otorgado los premios “Bruno Leoni”, el «Premio Internacional de Derechos Humanos» y el «Premio a la Libertad de Expresión», todos muy meritorios y pruebas de que reconocen el papel y el esfuerzo que María Corina está haciendo por la libertad de Venezuela.
Mientras ladran sus mentiras, mientras salen cual sabuesos de presa a buscar a los disidentes, la fuerza del cambio sigue intacta en el corazón, en la conciencia y en el ánimo de la inmensa mayoría de los venezolanos.
Pues, no solo se trata de los más de 7 millones de venezolanos que votaron por Edmundo González, se trata de los millones de venezolanos que están en el exilio que también quieren un cambio de conducción política en Venezuela.
Y a pesar de los ladridos y los mordiscos rabiosos del régimen de Maduro, cada vez la figura del canino bravo se va reduciendo y causando menor temor, pues su fuerza se ve disminuida diariamente.
El régimen está de salida –así lo quieran admitir o no–, su fuerza se reduce y cae vencida por el peso de la realidad, su presencia real en el país está en alrededor del 10% y cayendo; pues los mismos oficialistas están desconcertados por lo ocurrido el 28 y el 29 de julio.
Sin duda, el futuro de Venezuela tiene dos nombres: María Corina Machado y Edmundo González Urrutia. Así de claro.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.
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