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¿Quiénes son los sediciosos?

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El pueblo venezolano no tiene dudas de las mentiras del régimen. Son tantas las mentiras y farsas del gobierno, que se convirtió en habito del madurismo.  A cada momento montan supuestas conspiraciones y magnicidios, para reprimir a los disidentes, sin prueba auténtica los llevan a juicio. Son tan repetidos estos teatros que la sociedad venezolana e internacional perciben a los personeros del gobierno como cínicos. Esto es, no tienen escrúpulos para mentir, es permanente y sistemática la desvergüenza para mentir (RAE). Entienden a Maduro, Padrino, los hermanos Rodríguez, Amoroso, Diosdado, como personas que actúan y hablan con falsedad, haciéndolo de un modo descarado y desvergonzado.

En los días siguientes a las elecciones del 28 de julio, en las cuales hubo una soberana paliza al régimen, para justificar el robo descarado del triunfo de Edmundo González, los personeros de gobierno se desataron a divulgar mentiras, aparte de la inmensa represión desencadenada. En su afán de ocultar el fraude y no presentar los auténticos resultados, se inventaron diversos cuentos, tan mal montados, que en los mismos se nota la falacia. Mentiras como el ciberataque y por eso no dan los resultados. Todos sabemos que al finalizar el acto de votación se cuentan los votos de la urna y se levanta un acta. Cada junta entrega el acta a la junta municipal y así sucesivo. Así pues, a otros con tales mentiras.

Pero el peor de los cinismos ha sido el de acusar a María Corina y a Edmundo de dar golpe de Estado. Es mayúsculo descaro hacer una acusación de esa naturaleza. Los únicos golpistas, con antecedentes, son ustedes, los del gobierno, o ¿se olvidan del golpe fallido de febrero de 1992 contra CAP? ¿Quiénes han dicho ante los medios “ni por las buenas ni por las malas, si gana la oposición habrá un baño de sangre”? Esto es un anuncio de consumar un golpe de Estado, por supuesto, con respaldo del general de oropel. ¿Quiénes inhabilitaron a líderes opositores? ¿Quiénes han implementado intensa represión contra los medios de comunicación social y contra dirigentes políticos opositores, sociales y sindicales? ¿Quiénes desconocieron a la Asamblea Nacional electa en 2015 y acosaron a los diputados? ¿Acaso no es golpe de Estado la designación de magistrados “exprés” del TSJ para tener su control y excluir la designación de los diputados de Amazonas? ¿Acaso no es golpe de Estado cuando el propio gobierno atenta contra el Estado para cambiar las reglas a su favor y perpetuarse en el poder, como fue la de elegir a su gusto una Asamblea Nacional Constituyente? ¿Acaso no es golpe de Estado designar un CNE violando las normas constitucionales? ¿Acaso no es golpe de Estado desconocer la soberanía popular al no aceptar los resultados electorales?

El general de oropel, para avalar el golpe de Estado, en farsa mediática habla de la unidad monolítica de las fuerzas armadas. Es una mentira del tamaño del Salto Ángel. Hay una vigilancia extrema, permanente, que no se sabe quién puede ser espía o soplón. No obstante, sabe Padrino y su camarilla que 65% del componente rechaza a Maduro y votó en contra. En las fuerzas armadas hay fracturas de diversa naturaleza. Un grupo participa y disfruta del poder, se han enriquecido escandalosamente con comisiones de compra de armas de chatarra, disposición de los recursos de la hacienda pública y los negocios a las sombras del poder. La mayoría de ellos incursos en delitos que conoce la CPI, por tanto, imprescriptibles y no objeto de amnistía o acuerdos de impunidad. Otro grupo, si bien no participa del poder público, para que no entorpezcan al primero, se les permite que hagan sus negocios: contrabando, algo del oro, lavado de dinero, algo en la droga. Estos delitos no figuran en el Estatuto de Roma, pudiendo ser negociados, bajo un criterio muy amplio del principio de oportunidad, siendo posible la amnistía e impunidad. Un tercer grupo, no comprometido con el gobierno, institucionalista y profesional, marginado de las principales posiciones de mando y destinado a cuarteles o comandos sin importancia. La verdad es que hay fracturas, el problema es que no han existido coyunturas reales para que broten.

85% del componente de las Fuerzas Armadas que no votó por Maduro (lo hizo por la tarjeta de la Unidad o nulo) pueden entrar en diálogo sincero con Edmundo González, quien obtuvo el voto mayoritario del pueblo venezolano, es el presidente de la República y deberá asumir, conforme a la Constitución, el ejercicio en enero de 2025. No se trata de sedición sino, simplemente, del acatamiento de la ley y rechazo al fraude. No se trata de ir contra el orden constitucional, por el contrario, se exige es que se aplique lo establecido en la Constitución y las leyes. En estos momentos se trata de que la ley someta a los sediciosos que han patrocinado y avalado el fraude electoral. Llamar a todos los venezolanos, a todos los factores, en apoyo a la transparencia no es sedición, es la vía democrática para exigir obediencia a la Constitución y a la ley.


Rodrigo Rivera Morales es doctor en Derecho Procesal y Constitucional. Bloque Constitucional Capítulo España

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