“…el príncipe cuyo gobierno descanse en soldados mercenarios no estará nunca seguro ni tranquilo, porque están desunidos, porque son ambiciosos, desleales, valiente entre amigos, pero cobarde cuando se encuentran frente al enemigo…” N. Maquiavelo. El Príncipe (1532). Por supuesto que este axioma aplica a Venezuela, en donde el ejército está a punto de transformarse en tales, luego de tanto combatir al lado de estos mercenarios.
Nada más fácil que prever que la duma rusa. Todos, sino todos, son hombres, independientemente de que en su pasado político haya existido Catalina la Grande, fallecida en 1796 y quien fue sucedida por otra Catalina. Igualita a la duma iraní.
El objetivo del alzamiento wagneriano era remover al ministro de Defensa General Serguei Shoigu y al general Valeri Gerásimov, ambos mostrando la cara sobre una carta de situación, de acuerdo con los cánones.
Un candidato a ocupar el trono es Mikhail Mishustin, primer ministro y quien apareció en tv trabajando afanosamente frente a los problemas con los que lidiar esa noche, mientras Putin se movía a una aldea cerca a Valdai, lejos del Kremlin.
Otro candidato es el alcalde de Moscú, Serguev Sobayin, que tiene fuerzas armadas propias y se mencionaba como un eventual seguidor de Putin, lo que plantea una sucesión inmediata y seguida por un método directo y eficiente.
Y qué decir del secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nicolai Patrushev y su hijo, Dimitry, que oficia como actual ministro de agricultura, quienes demostraron gran diligencia durante la emergencia.
Prigozhin puede tener un acuerdo con el general Aleksei Dyumin quien, según Prigozhin era “…gobernador de la región de Tula (…) quien solía estar a cargo de la seguridad de Putin y en un momento fue considerado uno de sus posibles sucesores”. Negoció con Lukashenko en nombre de Prigozhin, prometiéndole a este último un cargo en Min Defensa.
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, está comprometido con Putin hasta en las armas nucleares tácticas que este último le acaba de enviar, a lo que Alexander explicó: “Los protegerán los rusos y los bielorrusos. Trabajaremos juntos. Nosotros no tenemos esa experiencia. El mantenimiento correrá a cargo de los rusos. Nosotros ayudaremos”. En el aspecto nuclear, la entrega de armamento de este tipo a ese país plantea la posibilidad de reventarlos en Ucrania.
Alexsei Navalny no es mucho lo que pueda decir, pues está preso y condenado detrás de barrotes. Ha sido penado a diecinueve años en una «colonia penal de régimen estricto»
Las otras preguntas son ¿qué harán los nuevos desmovilizados? ¿A quién entregarán los rebeldes el armamento pesado? ¿Al ejército regular?
China no tiene un papel preponderante. Su penetración en Latinoamérica, por ejemplo, ha sido más mañosa que brusca, tipo Moscú, y a menos que explote el mundo los sionistas seguirán calmados. Las FARC y el ELN están llenos de ecuatorianos y venezolanos. Recuerden el caso de «Gedeón».
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