OPINIÓN

¿Quién fue el mayor héroe alemán de la Segunda Guerra Mundial?

por Carlos Balladares Castillo Carlos Balladares Castillo

El joven piloto Erich Hartman derribó 352 aviones y es el mayor as de la historia de la aviación, pero él no es. El mariscal Erwin Rommel es reconocido como unos de los grandes estrategas militares de todos los tiempos, pero no lo es; porque seguramente tendría la competencia de otros mariscales como como Erich von Manstein. Hay soldados que tuvieron un impresionante desempeño y valentía, pero tampoco lo son.

Pienso en Oskar Schindler, y en tantos que arriesgaron su vida para salvar a judíos y perseguidos; sin duda son héroes pero ¿hay uno más importante? Sería injusto afirmarlo. No dudo que el mayor héroe es un mártir que ofreció su vida para detener la maquinaria asesina del Tercer Reich. Él sabía que a una culebra no se le pisa la cola porque termina mordiéndote, tal como le ocurrió a tantos miembros de la Resistencia alemana; por tanto él se ofreció para pisarle la cabeza.

Su nombre fue Claus von Stauffenberg, y este 20 de julio se cumplieron 80 años del intento de asesinar a Adolf Hitler con una bomba.

En los últimos años, me atrevería a afirmar, la conmemoración de la fecha en Alemania ha tomado una mayor importancia. No he realizado un estudio al respecto, pero es evidente que con relación a la Segunda Guerra Mundial es un punto de honor para la nación germana. Una prueba contundente de que el espíritu democrático y de resistencia contra la tiranía estaba más extendido de lo que se piensa. Es por ello que el canciller Olaf Scholz dijo en los actos en conmemoración del 80 aniversario, en el mismo patio que fusilaron a Stauffenberg (actual Memorial de la Resistencia Alemana en el Bendlerblock, sede del Ministerio de Defensa): “Nuestra democracia depende de nuestros incansables esfuerzos, del compromiso de todos y cada uno de nosotros (…); porque ella prospera oponiéndose a todas las formas de misantropía y extremismo”.  Agregó que a pesar del fracaso del atentado no lo hicieron los “objetivos unificadores de la Resistencia”.

El intento de tiranicidio se ha dado a conocer a través de muchas películas y documentales, pero considero que los más famosos y mejor elaborados son respectivamente: la de Hollywood con Tom Cruise como Stauffenberg: Valkirye (Bryan Singer, 2008) y la alemana: Stauffenberg

(Jo Baier, 2004), y quizás para aprovechar el éxito de la primera a finales de 2008 salió un excelente documental en Estados Unidos que recrea con modelos tridimensionales la explosión y sus efectos: Operation Valkyrie: The Stauffenberg Plot to Kill Hitler (Jean Pierre Isbouts). Estas tres producciones mantienen el protagonismo del autor material y su proceso de convencimiento y preparación del atentado. Valkyrie y el docudrama muestran de algún modo la coordinación y lo extendido que estaba el movimiento de Resistencia dentro del Ejército y el Estado.

El primer filme sobre el hecho es el biopic alemán: Canaris (Alfred Weidenmann, 1954), sobre el espía Wilhelm Canaris que era parte del complot; y al año siguiente se produce otra versión alemana, pero esta vez con el famoso director de la República de Weimar, George Wilhelm Pabst: Es geschah am 20. Juli/ Sucedió un 20 de julio. Importante es señalar que este mismo director dirigió ese mismo año la primera película alemana que representa a Hitler: Los últimos diez días; y también se realizó un docudrama que buscaba explicar históricamente los hechos: Der 20 Juli/ El complot para asesinar a Hitler (Falk Harnack). Existen otros títulos realizados para la TV en 1990 y La noche de los generales (1967) que es más ficción policial que reconstrucción histórica, por no hablar del famoso asesinato de Hitler por el personaje que representa Brad Pitt en la magnífica Inglorious basterds (Quentin Tarantino, 2009).

Al examinar la historiografía considero que la extensa obra del historiador alemán Peter Hoffmann (1930-2023) es la más importante porque dedicó su vida académica al estudio de la resistencia alemana contra el nazismo. Este afirma en su libro de 1995: Stauffenberg: A Family History, 1905-1944 que el conde era un devoto católico, patriota convencido y esposo fiel y cariñoso padre de cuatro hijos pequeños para el momento del atentado. La formación humanista cristiana le permitirá al conde superar el juramento de fidelidad al Führer que hizo como oficial. En el documental que señalamos varios testigos afirman que su condición de católico le hacía ver que había algo superior al jefe del Reich alemán, y al cual sí le debía absoluta fidelidad: un Dios padre de toda la humanidad que condenaría las masacres de los nazis. Y aunque consideraba que el juramento era sagrado, tal como la mayoría lo asumió, la conciencia estaba por encima de este y en consecuencia debía actuar. Existían otros argumentos como la doctrina del tiranicidio, y la resistencia al mal, pero también al hecho de que el juramento se había invalidado cuando el propio Hitler lo violó.

Stauffenberg (en el extremo izquierdo), Hitler (al centro) y Keitel (extremo derecho) en la Guarida del Lobo (Wolfsschanze) el 15 de julio de 1944

Al examinar las razones del fallo en el atentado y posterior golpe de Estado usando la “Operación Valquiria”, no han surgido nuevas hipótesis que lo expliquen, además de los cambios de últimos minutos: realizarla en un lugar de madera y con ventanas abiertas (facilitó la dispersión de la explosión), y que la bomba fue cambiada de lugar accidentalmente reclinándola sobre una robusta pata de la mesa la cual protegió a Hitler. Dos oficiales que estaban cerca fallecieron, de manera que si no se hubiera cambiado de lugar seguramente se hubiera logrado el tiranicidio. Sin este primer objetivo todo lo demás se detuvo. El mesianismo inherente a todo totalitarismo se reforzó y la lucha hasta el trágico final fue inevitable.

Los planes de los conspiradores eran claros: negociar un armisticio. El país se libraría del combate en su territorio, pero no de la ocupación y división en sectores tal cómo se había establecido por los Aliados. Tantas vidas que se pudieron haber salvado. Queda su ejemplo y sacrificio. La semana que viene trataremos varios temas: la muerte del escritor Antoine de Saint-Exupéry en el frente italiano, el holocausto gitano y la captura por la Gestapo de Ana Frank junto a su familia y otros escondidos.