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¿Quién es el legítimo: el electo o el proclamado?

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Fotos: EFE

 

Antes de desarrollar esta columna, quiero invitarles a leer en mis cuentas de Facebook: rafael augusto López y tuto lópez, los artículos que publiqué desde enero hasta el 27 de julio de este año, más que especulaciones, es el resultado del estudio y análisis del comportamiento y de las declaraciones de los voceros oficialistas.

Espero, que este artículo no conduzca a que se me impute por el Ministerio Público por inducir al odio, al terrorismo o cualquier otro tipo de delito, porque hasta hoy decir la verdad no es presupuesto para incurrir en la comisión de un delito. Como abogado no puedo quedarme callado y por temor no denunciar el robo del que hemos sido víctimas. No quiero ser redundante, pero es imperativo recordar que en la gran mayoría de centros de votación, independientemente de su ubicación geográfica, se produjeron de manera espontánea bulliciosas manifestaciones de alegría cada vez que se conocía el resultado de la o las mesas que allí funcionaron y que le daban la victoria en su gran mayoría aplastante a Edmundo González Urrutia. Fueron muy pocos los centros donde se tuvo conocimiento del triunfo de Nicolás Maduro, en el caso de Mérida, en el centro que funcionó en las Residencias estudiantiles Domingo Salazar, donde Nicolás aventajó a Edmundo por 40 votos, donde casi siempre la oposición recibía zapatero.

En la medida que transcurría la noche, la certeza que se tenía a lo largo y ancho del país era la elección de Edmundo González Urrutia como nuevo presidente de la República Bolivariana de Venezuela, convencimiento que se mantiene intacto dentro y fuera del país. Pero, se impuso lo que ya habíamos alertado en mis artículos, cuando observaba el comportamiento de quien preside el CNE, y de lo que anticipaba el candidato Nicolás Maduro que en sus mítines al final de la campaña resaltaba mostrando una hoja de papel que allí tenía el resultado que sería el mismo que contendría el boletín que anunciaría Elvis Amoroso, seguramente pensando que no tendríamos testigos en todas las mesas y como era costumbre cambiarían el resultado.

No tuvieron opción que inventar lo del hackeo, para impedir la transmisión de la totalidad de las actas antes de las 10:00 de la noche, para que les diera chance de inventar la trastada de recurrir a la sala electoral, no voy a insistir en las razones por las que este recurso es inconstitucional e ilegal, ergo la proclamación es absolutamente nula, es inexistente. Esto me hace recordar que hace como 70 años regresó  a Ejido, mi pueblo, un paisano que tenía varios años en Caracas y llegó pavoneándose con un auto Buick último modelo, y conquistó a varios amigos que junto con él parrandeaban, hasta que la Seguridad Nacional lo detuvo y le confiscaron el vehículo porque el personaje formaba parte de una banda de ladrones de carros. Los jóvenes que salían con él aseguraron que ellos eran parranderos, pero no ladrones. Exactamente, lo que una gran cantidad de testigos, jefes de UBCH, jefes de calle, miembros de mesa del PSUV dicen: somos chavistas, pero no tramposos, porque ellos saben tanto como nuestros testigos qué fue lo que pasó; no se les olvida la tristeza que los embargó cuando dieron los resultados, confirmaron lo que ellos habían advertido a sus jefes políticos que pasaría, la soberbia y la prepotencia de quienes ejercen un cargo en el gobierno no les creyeron. Presumo, que estos dirigentes cuando los convocan a reuniones y los obligan a mentir, se consideran víctimas de humillación, de amenazas y de chantaje, incluida la familia.

En cambio, los integrantes de los comanditos y demás electores que no formaban parte de los mismos, pero que habían votado por Edmundo González Urrutia, no solo estaban eufóricos, sino sorprendidos de haber logrado una avalancha de votos tan grande. Nadie puede dudar que el presidente electo el 28 de julio es Edmundo González Urrutia. Por lo tanto, todos los que por él votamos tenemos el derecho a exigir que se respete lo expresado por la voluntad popular, como lo tienen quienes votaron por Nicolás maduro en 2018 de que es presidente hasta el 10 de enero de 2025, porque en esas elecciones el CNE publicó las actas que demostraban que Nicolás Maduro era el ganador. Desde el 28 de julio ha dicho que ganó, pero no ha mostrado ni siquiera un acta, en cambio Edmundo mostró de manera impecable cada una de las actas que lo convierten en presidente electo. Si no reconocen la victoria de Edmundo González Urrutia y no puede juramentarse el 10 de enero del 2025, significa que el régimen ha cerrado la vía electoral

Si usted votó por Edmundo González Urrutia, le sugiero que cada vez que se encuentre con algún funcionario, uniformado o no, pregúntele ¿Quién ganó en el centro de votación donde usted sufragó? Si le responde que Edmundo, es un ciudadano sincero, si te dice que fue Nicolás, o, piensa que usted lo está espiando o sencillamente lo hizo en uno de los pocos centros donde ganó el que perdió por paliza.

Lo que toda Venezuela y el mundo entero, se pregunta ¿y si Nicolás Maduro sostiene que ganó?, ¿por qué no permite que el CNE, muestre las actas, haga públicos los resultados mesa por mesa? Sencillamente porque lo que está registrado en los servidores del CNE y sus computadores convierten a Edmundo González Urrutia en presidente de la República. Una sentencia nula de toda nulidad no puede imponerle a este pueblo un presidente que fue y es repudiado por más de 8 millones de electores sin sumarle los que se encuentran fuera del país. La solución es fácil, sencilla y práctica, que el CNE muestre las actas y problema resuelto. 

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