En días pasados, no recuerdo si lunes, martes, miércoles, en fin no importa, un Maduro destemplado, molesto y sorprendido, por el éxito de la gira de Guaidó, se dirigía a sus militantes reunidos en alguna plaza, que bien pudiera ser el llamado “balcón del pueblo”, tampoco importa mucho, preguntaba directamente a un Guaidó que se encontraba muy lejos de dicha reunión (pues estaba de gira, y todavía lo está, por Europa y América): “¿Y quién coño te eligió a ti?”.
Días antes, también, el fiscal general designado Tarek William Saab, quien se hizo un nombre en la lucha por defender los derechos humanos y reconocimiento político de “los otros” como sujetos que deberían ser respetados y reconocidos, calificó a Juan Guaidó como la “Nada”, me supongo que lo manejó en el sentido mas ramplón, pues después de todo, Tarek William se autodefine como poeta y no filósofo (léase su breve y significativísimo poema: “Llueve… Escampa”, precursor del poema escrito, no por un poeta sino por el ex presidente Carlos Andrés Pérez: “Llueve y escampa”, que parece lo mismo, pero, es todo lo contrario, de allí la importancia de la «Y»), donde “Nada” es justamente eso, nada, vale decir, el ente que dice llamarse Juan Guaidó, casado y con una hija, con residencia en el estado La Guaira, antes llamado estado Vargas, que ocupa la presidencia de la Asamblea Nacional y que, además, es el presidente encargado de la República bolivariana de Venezuela, que se encuentra dándole la vuelta al mundo que lo reconoce como el legítimo presidente del país… no existe.
Las consecuencias de esta última afirmación son increíbles, pues la inexistencia del ser que se hace llamar Juan Guaidó implicaría la inexistencia en un mismo proceso de todo lo que rodea a Juan Guaidó, lo cual le podría acarrear a Tarek W. Saab ser acusado de haber cometido un crimen múltiple, pues con esa expresión desaparecería su esposa, su hija, incluso su perro. Peor aún, esta acusación involucraría como “cómplice necesario en grado de coautor” al presidente de la asamblea nacional constituyente, quien hizo la misma afirmación en su programa de TV, pero por ahora esta cuestión no es objeto de esta nota.
Me interesa indagar en quién es coño, que es la pregunta que un angustiado Nicolás Maduro le hacía a un ausente y lejano Juan Guaidó, con la cual entre otras cosas afirma la existencia del que se llama Juan Guaidó, pues si no existiera, tal pregunta careciera de lógica.
Ahora bien, coño, en primer lugar, designa o refiere a la vulva de la mujer, esta expresión se consagra como un registro vulgar y bastante obsceno, independientemente de que esta expresión se haya incorporado en nuestro hablar cotidiano para designar a alguien que es, por ejemplo, maloso, por ejemplo: “ese tipo es un coño de su m…” .
No creo que la intención de Maduro haya sido preguntarle a Guaidó qué vulva o vagina lo eligió, por amor de todos los dioses del universo. Tampoco creo que se haya referido a quién de toda la gente mala del país lo eligió, sabemos que es verdad que en Venezuela hay muchos “coños”, pero obviamente eso no fue lo que quiso decir Maduro.
Lo que realmente quiso expresar Maduro es su propia concepción de la política. Para él, todo aquel que piense distinto y tenga una posición contraria al régimen que él jefatura es nada, es nadie y no existe. Esto quiere decir que, dado que Guaidó fue electo en las elecciones de la Asamblea Nacional de 2015, Maduro desestima la existencia de 14 millones de venezolanos que sufragaron por los opositores, entre otros por Juan Guaidó.
Alguien afecto a Maduro podría, previo insulto, decirme que estoy hilando demasiado fino y que estoy meditando fuera del recipiente, pero, dada las cosas, en definitiva, la pregunta se le puede devolver a Maduro y preguntarle: “Maduro, ¿y quién coño te eligió a ti?”.
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