Hace cosa de un mes venía en mi carro con una amiga. Usualmente tengo fija la frecuencia en el dial 99.9 FM del Circuito Éxitos, donde trabajo, y cuyas anclas me encantan. Pero pusieron una canción que a mi amiga no le gustó y empezó a buscar otra estación. Pasaba de una a otra hasta que paró en una donde conversaban dos mujeres. “Esta es chévere”, me dijo.
Aun cuando la escuchamos un buen rato, no llegamos a entender qué decía la entrevistada… ¡Era tan vaga en su hablar que nos fue imposible adivinar el tema! Además, al menos la tercera parte de las palabras que usó eran en inglés, un inglés bastante machacado en la pronunciación, por cierto:
“Yo como community manager me especializo en el coaching para tener éxito en cualquier campaña de branding… Y fíjate que no estoy hablando de marketing, sino de branding, porque son dos cosas totalmente distintas. Y no se debe incurrir en el error de soltar un discurso en string… Tiene que ser una suerte de play and pause para que los asistentes puedan tener un understanding cabal de los goals”.
¡Yo no daba crédito a lo que estaba oyendo! Mi amiga cambió de estación y le pedí que volviera a la que estábamos. “¿Para qué si no se entiende lo que está diciendo?”, me preguntó. “¡Claro que no!”, le respondí, “pero quiero seguir oyendo este horror para ver hasta dónde llega. Me está dando tema para un artículo”. “¡Qué ganas de sufrir gratis!”, me dijo con una carcajada.
Y la verdad es que fue un auténtico sufrimiento. Puedo entender que en la era de la globalización y la influencia de la cultura anglosajona, el inglés se haya convertido en un lenguaje ampliamente utilizado en diversos ámbitos. Sin embargo, resulta alarmante la frecuencia con la que los voceros en las entrevistas de radio y TV recurren a palabras en inglés, incluso en los medios de España, que solían ser muy cuidadosos con el uso de nuestro idioma. Hoy se ha descuidado el correcto uso y enriquecimiento del español. Esta tendencia no solo afecta la calidad del lenguaje empleado, sino también la comprensión y participación de aquellos que no dominan el inglés.
“Te voy a dar un ejemplo para hacerlo más gráfico”, continuó la entrevistada. “Piensa en alguien que diseñe slips y a la vez haga footing”… “Alguien que corra”, la corrigió la conductora del programa. “Sí, claro, alguien que haga footing”, repitió y continuó, “esa persona puede decidir participar en un sports reality show y así aprovechar para promocionar los slips que diseña. Eso sí, tiene que tener un script, aunque parezca que esté improvisando y en eso radica el success del branding: en que el público no sepa que todo está perfectamente planificado: están viendo un spot de publicidad y no van a hacer zapping porque no saben que es un spot”…
En ese punto yo ya estaba a punto de un infarto y mi amiga apagó el radio. «Creo que ya tienes el artículo”, afirmó.
Es hora de reflexionar sobre el paupérrimo uso del español en estos espacios y promover una comunicación más inclusiva y respetuosa de nuestro idioma. El abuso del inglés en las entrevistas y redes contribuye a una pérdida gradual de la identidad lingüística y cultural de hablantes nativos del español. Al utilizar términos en inglés innecesariamente, se relega la riqueza de nuestro idioma y se fomenta un ambiente en el que pareciera que el inglés es superior o más sofisticado. Pero no es solamente eso: es que se excluye a buena parte de la audiencia, aquellos que no tienen dominio del idioma. Esto limita la comprensión y participación de un sector importante de la audiencia, generando una barrera comunicativa. La radio y la TV, como medios masivos, deben buscar la inclusión y garantizar que todas las personas puedan acceder y comprender la información transmitida.
Al preferir términos en inglés, se descuida la búsqueda de palabras equivalentes, incluso de neologismos en español que enriquecerían nuestro vocabulario y expresiones propias. Al final, el resultado es la pérdida de la diversidad lingüística. También se pierde la claridad y la precisión, porque la finalidad de las entrevistas es comunicar información de manera clara y precisa.
Si ya el español está golpeado de muchas maneras, no hay necesidad de dañarlo todavía más. El abuso del inglés en las entrevistas evidencia un descuido preocupante del correcto uso de un idioma tan rico y bello como el español. Es fundamental que los voceros y profesionales de la comunicación reflexionen sobre esta tendencia y busquen alternativas para promover una comunicación más inclusiva y respetuosa de nuestro idioma. Es parte de la preservación de nuestra identidad lingüística y cultural. No perdamos los pilares fundamentales para un uso adecuado del español en los medios de comunicación. A fin de cuentas, también son medios de educación.
@cjaimesb