OPINIÓN

¿Qué fue, esta niña?

por Alfredo Cedeño Alfredo Cedeño

En esa Caracas que nací y crecí si algo tenía de sabroso era el tono cantarino y casi gutural de sus mujeres. El admirado, pero no por eso menos mal hablado, Francisco Herrera Luque, que en paz descanse, decía con gesto pícaro y carcajada postrera que las caraqueñas hablaban como si lo tuvieran adentro. Mi abuela, la vieja Elvira, no era la excepción. Ella, con ese tono al que hice referencia, tenía una frase con la que ponía en su sitio o zanjaba las discusiones con alguna de las “muchachas” de la familia, o gente amiga, soltaba: ¿Qué fue, esta niña?  Y en esas cuatro palabras se encerraba todo un mundo de significados que iban desde el desconcierto hasta el desdén.

Esa expresión es la que me viene a la mente cuando veo el zafarrancho de la heredera del comandante intergaláctico con Raimundo y Segismundo. Comenzó con el ser ese que dice gobernar en Carabobo, a raíz de su última mamarrachada en la que en un “cómic” aparece junto al padre de la ya citada hija del piache de Sabaneta y el bigote salsero.

Ella escribió en su cuenta en la plataforma del pajarraco azul: Simple: “La mejor manera de honrar al comandante Chávez, es siguiendo su ejemplo de vida, de humildad y entrega. NUNCA haciendo un grotesco video de unos tontos superhéroes. Es una falta de respeto a la memoria de mi padre!! CHÁVEZ VIVE EN EL ALMA DE SU PUEBLO!!” No había pasado mucho rato cuando el prófugo Rafael Ramírez, aquel de voz ceceante y atiplada que  en octubre de 2006 se inmortalizó al decir en uno de sus vacuos y somnolientos discursos que Pdvsa era “doja, dojita de adiba abajo”, saltó cual poseso a desmelenarse y anunciar en la misma plataforma social: “Cuenta con todo mi apoyo @Maby80 en la defensa de la memoria y obra del Comandante Chávez, a nosotros nos han perseguido y exiliado por hacerlo, pero él vive en su ejemplo y obra revolucionaria siempre al lado del pueblo. No pueden convertir su imagen en una grotesca mercancía”.

No había pasado mucho cuando la hija del gañán ripostó: “No quiero ni necesito el apoyo de un delincuente como usted. De mi opinión como hija no se guinde para sus proyectos personales. Defender la memoria de Chávez, USTED? Jajaja por favor!!!”. Gracias a los acuciosos, o entrépitos, como solían decir los viejos en mi casa, se han salvado las palabras del ilustre señor Damidez, porque ahora cuando usted busca en las redes el mencionado trino solo se encuentra: “Lo sentimos, ese tweet ha sido eliminado.”

Han surgido sesudos análisis de los que ven en esta pelea de lavanderas, y pido perdón a estas esforzadas –y muchísimo más honradas– trabajadoras, el fin de la unidad chavista. Aseguran los más pontificales que este resquebrajamiento “bien puede costarles el poder”, y siguen a la deriva en unos razonamientos que permiten entender por qué la peste roja se mantiene con las pezuñas más que afincadas, diría atornilladas, en el ejercicio del gobierno. Buenas intenciones y pésimos resultados.

Al final, todo esto ha quedado en una versión de mal gusto, como todo lo de ellos, de aquella canción de la Sonora Matancera en la que Songo le dio a Borondongo, y este a Bernabé, quien luego le dio a Muchilanga, quien la remato dándole a Burundanga porque se le hinchan los pies.

 

© Alfredo Cedeño

http://textosyfotos.blogspot.com/

alfredorcs@gmail.com