OPINIÓN

¿Qué es un sistema democrático?

por Salvatore Giardullo Russo Salvatore Giardullo Russo
Elecciones Costa Rica

Foto: EFE

Un sistema democrático es una forma de gobierno en la que el pueblo tiene el poder de tomar decisiones sobre cómo se debe gobernar. Esto se lleva a cabo a través de elecciones libres y justas, en las que los ciudadanos pueden votar por sus representantes. Los delegados elegidos están facultados, por tener legitimidad de origen, para tomar decisiones sobre las leyes y políticas que afectan al municipio, a la región o al país en general.

Hay diferentes tipos de sistemas democráticos, pero todos comparten algunos principios comunes, como los siguientes:

Lo anterior nos indica que los sistemas democráticos tienen muchas ventajas, es decir, proporcionan un medio para que los ciudadanos expresen sus opiniones y participen en el proceso político. También ayudan a garantizar que el gobierno sea responsable ante el pueblo. Además, los sistemas democráticos suelen ser más estables y prósperos que los sistemas autoritarios.

Sin embargo, las democracias también tienen algunos desafíos. Pueden ser lentas y difíciles de hacer funcionar, vulnerables a la influencia de los intereses especiales. Además, los sistemas democráticos no siempre son capaces de proteger los derechos de las minorías.

A pesar de sus desafíos, la libertad y el pluralismo, siguen siendo la forma de gobierno preferida por la mayoría de países en el mundo. Proporcionan un medio para que el pueblo tenga voz en las decisiones gubernamentales y para los que ejercen el poder, sean responsables ante sus votantes.

Pero para que un sistema democrático funcione es importante la existencia de partidos políticos. Estas son organizaciones que tienen como objetivo participar en el gobierno y alcanzar el poder. Para ello, los partidos políticos presentan candidatos a las elecciones y elaboran programas de gobierno.

Estas organizaciones partidistas tienen una serie de funciones importantes en una democracia, entre ellas las siguientes:

Es importante destacar que los partidos políticos son un elemento esencial de la democracia. Sin ellos, no sería posible que los ciudadanos participaran en el gobierno y expresaran sus opiniones sobre los asuntos públicos.

Para ello, para elegir los candidatos de un partido político, que representen al pueblo, se realizan elecciones primarias, para así participar en procesos electorales. Las primarias se llevan a cabo antes de cualquier evento comicial, y los votantes de un partido determinado pueden elegir al candidato que creen que tiene más posibilidades de ganar la elección en la cual va a participar. Este proceso ayuda a que las organizaciones políticas sean más representativas de sus miembros, ya que los votantes pueden elegir a los postulantes que creen que mejor representan sus intereses.

Para entender este proceso, se resalta que hay dos tipos de primarias: abiertas y cerradas. En las primarias abiertas participan todos los votantes, independientemente de su afiliación a un partido político. Las primarias cerradas están abiertas solo a los votantes que están afiliados a un partido político.

Las primarias son una parte importante del proceso electoral. Ayudan a garantizar que los candidatos que se presentan a las elecciones son los que tienen más posibilidades de ganar, y también ayudan a que los partidos políticos sean más representativos de sus miembros.

Una vez escogidos los candidatos entra en juego el sistema electoral, un conjunto de reglas que determina cómo se llevan a cabo las elecciones y los referendos y cómo se determinan sus resultados. Los sistemas electorales tienen una gran influencia en el funcionamiento de la democracia y en el tipo de gobierno que se elige.

Hay diferentes sistemas, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. Los más comunes son los siguientes:

Hay que resaltar que el sistema electoral de un país suele estar determinado por su Constitución Nacional o por leyes electorales. En algunas naciones, el sistema electoral puede cambiarse por referéndum o por decisión del parlamento. En este punto es bueno resaltar que el sistema electoral es un elemento importante de la democracia, que sea justo y equitativo, y que permita que la voluntad del pueblo se exprese de forma clara y efectiva.

Para garantizar la legitimidad de un sistema de libertades, los votos son la expresión de la voluntad del pueblo y son el fundamento de la democracia. Es la manera en que los ciudadanos participan en el proceso de toma de decisiones y eligen a sus representantes.

Pero para que los votos sean legítimos depende de una serie de factores, como la transparencia del proceso electoral, la participación de los ciudadanos, la libertad de expresión y la ausencia de fraude.

Cuando los votos son legales se convierten en una herramienta poderosa para promover la democracia y el desarrollo. Sin embargo, cuando los votos no son legítimos, pueden ser utilizados para socavar la democracia y la estabilidad política.

Por esta razón, en una elección democrática, el ganador es el candidato que obtiene la mayoría de los votos. En algunos casos, puede haber una segunda vuelta entre los dos principales candidatos, si ninguno de ellos obtiene la mayoría absoluta en la primera vuelta. El ganador de la segunda vuelta, entonces, es el nuevo gobernante.

El ganador de una elección democrática es elegido por el pueblo y, por lo tanto, tiene el derecho de gobernar en nombre del pueblo. El ganador también tiene la responsabilidad de representar los intereses de sus ciudadanos y de trabajar para mejorar su vida. De modo que, el vencedor de un proceso electoral, es un símbolo de la voluntad del pueblo y de la democracia en acción.

Por eso, es importante que los resultados electorales sean válidos, pues consolidan la democracia, la paz y la estabilidad. Cuando respetamos los resultados electorales, estamos enviando un mensaje de que la democracia está funcionando y que la gente tiene voz en su gobierno.

La consolidación de un sistema de libertades es un proceso continuo que requiere un esfuerzo constante de todos los actores involucrados. No existe una fórmula mágica para garantizar la democracia, pero los factores mencionados anteriormente pueden ayudar a crear las condiciones necesarias para que el pluralismo, la libertad y la tolerancia prosperen.

A su vez, los gobiernos pueden y deben establecer reglas y normas claras y justas, que regulen el proceso electoral, como un sistema de votación secreta y universal. Al mismo tiempo, los partidos políticos pueden fortalecerse a través de la formación de cuadros, el desarrollo de programas políticos y la participación en el debate público.

A su vez, la sociedad civil puede promover la democracia mediante la organización de eventos educativos y de sensibilización, la defensa de los derechos humanos y el apoyo a los movimientos sociales.

Es precisamente en este punto, en el cual entra un elemento esencial en todo sistema democrático, que son los ciudadanos, en el cual deben participar en la vida política votando, asistiendo a reuniones públicas e intervenir en actividades de voluntariado.

Los elementos antes mencionados favorecen la consolidación de la democracia, que a la larga allana el camino para construir sociedades justas, pacíficas y prósperas.