La trágica muerte de Pablo Leiva Inzunza, estudiante de Medicina en Chile, ha puesto en evidencia una problemática global que afecta a los profesionales de la salud: el suicidio asociado al estrés, la presión y el maltrato durante la formación médica. La realidad es que, más allá del dolor y el duelo, es imperativo considerar soluciones prácticas que aborden esta crisis silenciosa y creciente en el ámbito de la salud.
La presión constante en los internados y prácticas profesionales, sumada a un ambiente de trabajo donde el maltrato puede ser confundido con la disciplina, está generando un impacto negativo en la salud mental de los futuros médicos. Como mencionaron los estudiantes de la Universidad de Valparaíso, “las prácticas clínicas son un lugar donde el maltrato se disfraza de docencia”. Esta afirmación no puede ser ignorada.
Urge la revisión exhaustiva de las políticas institucionales que abordan el maltrato y el acoso en los entornos clínicos. Las universidades deben evaluar si estos protocolos son efectivos y si verdaderamente protegen a los estudiantes.
Las instituciones deben implementar sistemas de reporte más accesibles y confidenciales, que permitan a los estudiantes denunciar cualquier forma de abuso o maltrato sin temor a represalias. Además, se requiere una política de tolerancia cero ante cualquier forma de acoso, acompañado de sanciones claras para los infractores.
Es crucial entrenar a los supervisores y tutores en inteligencia emocional y liderazgo positivo. Estos formadores deben estar preparados para reconocer señales de agotamiento emocional o sufrimiento psicológico en sus alumnos y actuar de manera proactiva.
Las universidades deben incluir en sus programas módulos de gestión emocional, mindfulness, y técnicas de reducción del estrés. Estas herramientas no solo ayudan a los estudiantes a manejar las presiones inherentes a su formación, sino que también son habilidades cruciales que utilizarán a lo largo de su carrera profesional.
Siempre hablo en las conferencias acerca del personaje legendario de Quirón (el centauro herido) que dio origen a la palabra quirófano. Que esas heridas que ayudan a curar los médicos sean las únicas a las que tengan que enfrentarse los profesionales de la salud.
Esta semana se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y como sociedad, debemos comprometernos a generar un cambio real que no solo reduzca los casos, sino que también construya un sistema de salud más humano, empático y solidario.
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