OPINIÓN

Putinismo grosso modo

por Alicia Freilich Alicia Freilich

Definirlo en forma didáctica para inmediatos efectos mediáticos que requieren los millennials de todas las edades es muy difícil, pero el intento, inicial y precario, resulta urgente, como sea, por la criminalidad putinista de su guerra bestial mostrada en vivo. En el mundo ciber aún libre ya no valen pretextos como aquel “no sabíamos” o silenciarla mirando para otros lados.

Para resumir en este privilegiado breve espacio se requiere utilizar chocantes neologismos que concretan evidencias y conceptos.

1.- El milenario zariato ruso se sustentó en la fusión del poder clerical ortodoxo, sus intocables dinastías monárquicas, el conquistador imperialismo militarizado y las derivadas burocracias hoy presentes en oligarquía del capitalismo estatal federativo ruso dirigido por Vladimir Putin.

2.- Esa tradición de autoritarismo sanguinario pasó a la revolución sovietista, Lenin transfirió los latifundios zaristas al Estado comunista de partido político único, nuevo dios; el campesino pasó a obrero miembro militante al igual que toda la sociedad obediente y ese sistema pasó al estalinismo con sus purgas eliminatorias de los sobrantes innecesarios. Combatió al nazismo en la acción bélica unido “por ahora” a democracias occidentales, pero mientras tanto absorbió a través de espionaje otros modelos de eliminación poblacional. Uno de sus protagonistas en esa tarea complementaria fue el agente Putin.

3.- Así los guetos, campos de concentración y exterminio de adversarios y demás seres desechables pasaron al más discreto fuego lento siberiano del campo de trabajos forzados, pestes y hambruna programada que liberaron a la expansiva imperial roja Madre Rusia de los prescindible. Un recurso también genocida llamado gulag.

4.- Hoy la izquierda populista latinoamericana copia al pie de la historia muchas de esas prácticas y las ejerce a la vista sin necesidad de anteojos en la Cuba castrista con sucursal en Cubazuela, donde ambas propician el putinismo tropicalizado con crueles leyes usurpadoras de la las democracias, matanzas, masacres, emigración y expulsión de los rebeldes y molestos de sus territorios para repoblar su Estado delincuencial con sumisos mendigos, empleados públicos esclavizados junto a los adaptables que, resignados o interesados, aceptan elecciones fraudulentas a mediano y extensos plazos bajo absoluto control de la cúpula militar narcomercializada.

Es el putinismo revolucionario, antillano, caribeño, proyectado hacia las Américas que destruye instituciones, personas y propiedades privadas y públicas o las roba en continuo saqueo.

5.- Cuidado si el trumpismo conspirador se inspiró y lo copió parcialmente hipnotizando a masas nada o mal educadas y ahora por petróleo y sin muchas distinciones partidistas bastante por encima de la mesa.

Es la muy amoral real politik presente en muchos sistemas políticos aunque no con el violento proceder aniquilador maoísta, estaliniano y nazista que se fusiona en el putinismo. La tardanza en reaccionar frente a totalitarismos es una forma de autodestrucción, por ignorancia o por diplomáticas tolerancias a convenir para evitar, se afirma, una tercera guerra mundial como si esta ya no hubiera comenzado a la moda, acabando con la civilización primaria de la convivencia legalizada, a fuerza de repetidas mentiras y misiles cortos o de alcance sin límites.

La guerra de Putin acelera la debilidad, cambios o anulación del actual imperialismo ruso, pero queda el habilidoso chino, un putinismo de larga y oriental paciencia invasiva capaz de neutralizar hasta el logro del servilismo global mediante un diestro dominio tecnológico.

El sálvese quien pueda va mucho más allá del refranero.

alifrei@hotmail.com