La Asamblea General de las Naciones Unidas del 23 de diciembre de 1994 decidió que cada 9 de agosto se celebraría el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Este año, el tema central para conmemorar este día fue “Proteger los derechos de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial”, lo que incluye el respeto por los derechos sobre sus territorios, tierras, recursos naturales y a mantener sus sistemas alimentarios y de conocimiento.
Actualmente, alrededor de 200 grupos de pueblos indígenas viven en aislamiento voluntario y contacto inicial (PIACI), residen en bosques remotos ricos en recursos naturales en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, India, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Perú y Venezuela; separados del resto del mundo, dedicándose a la caza y la recolección, lo que ayuda a preservar sus culturas y lenguas.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que los pueblos indígenas constituyen cerca de 6% de la población mundial, abarcan 28% de la superficie del planeta y contienen 11% de los bosques del mundo, razón por la cual actúan como guardianes de la mayor parte de la biodiversidad; con altos niveles de autosuficiencia, ya que son capaces de generar entre 50 y 80% de sus alimentos y recursos.
Este grupo de la población es un gran protector del bosque y de sus derechos colectivos a las tierras, lo que contribuye a que los territorios prosperen, de la mano con sus sociedades. Su supervivencia no solo es crucial para la protección de nuestro planeta y biodiversidad, fuente de valiosos recursos naturales, sino que también es fundamental para la salvaguardar de la diversidad cultural y lingüística.
Estos pueblos tienen una estricta dependencia con su entorno ecológico. Cualquier cambio en su hábitat natural puede perjudicar tanto la supervivencia individual como la de todo su grupo, del medio ambiente y biodiversidad.
A pesar de su derecho a la autonomía, los PIACI se enfrentan a desafíos únicos, que el mundo circundante a menudo pasa por alto. Por ejemplo, el desarrollo de la agricultura, la minería, el turismo y los recursos naturales en sus territorios está dando como resultado la deforestación de franjas de bosques de los Pueblos Indígenas, alterando su forma de vida y destruyendo el entorno natural que han protegido durante generaciones. De acuerdo con estimaciones, 80% de las áreas deforestadas en el Amazonas se utilizan para ganadería o para producción de rubros destinados a la alimentación animal.
Las Naciones Unidas, y la FAO en particular, reconoce el carácter fundamental de la colaboración con los pueblos indígenas, así como la protección de sus tierras, territorios, bienes naturales, conocimientos tradicionales asociados a la conservación y el aprovechamiento sostenible de la diversidad natural, tanto terrestre como acuática.
En Venezuela, la FAO provee asistencia técnica a una serie de iniciativas en los estados Bolívar, Zulia y Amazonas, trabajando conjuntamente con entes del Estado, organizaciones internacionales e indígenas, orientadas a proteger los bosques y la biodiversidad y mejorar la calidad de vida de los pueblos indígenas incluyendo aquellos en aislamiento voluntario, a través del impulso de prácticas sostenibles, fomentando el desarrollo económico local y fortaleciendo sus capacidades, respetando fundamentalmente sus derechos y tradiciones, asegurando y promoviendo:
. Respeto a los derechos de los pueblos indígenas: garantizar el cumplimiento del consentimiento libre, previo e informado (CLPI) de los pueblos indígenas, asegurando que las iniciativas se desarrollen de manera participativa, respetando sus decisiones y adaptado a sus cosmovisiones.
. Mejora de los medios de vida: propiciar el desarrollo de nuevas fuentes de ingresos para las familias indígenas y criollas, complementando sus actividades tradicionales.
. Prácticas sostenibles: Los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas poseen la capacidad de generar cientos de alimentos en los ecosistemas de sus territorios, sin agotar los recursos naturales al fomentar la adopción de prácticas agrícolas y productivas que minimizan el impacto ambiental, preservando la biodiversidad y los ecosistemas.
. Fortalecimiento de capacidades: Incrementar y crear conocimientos para gestionar de manera sostenible los recursos naturales y desarrollar actividades económicas alternativas, como el aprovechamiento de productos forestales no maderables y el ecoturismo, incluyendo el apoyo a la creación de pequeñas empresas comunitarias.
. Equidad de género: reconocer la importancia de la participación equitativa de mujeres y hombres en todas las actividades, valorando sus roles y aportes específicos.
. Pertinencia cultural: las intervenciones del proyecto se diseñan de manera que sean culturalmente pertinentes, respetando las tradiciones y conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas.
En un mundo tan dinámico, la existencia de pueblos indígenas en aislamiento voluntario y contacto inicial es un testimonio del rico y complejo tejido de la humanidad. Este día internacional nos recuerda que los pueblos indígenas que viven bajo esta condición deben ser atendidos respetando su derecho a existir, por lo que es un compromiso de todos fortalecer sus sistemas alimentarios y medios de vida.
Alexis Bonte es el representante de la FAO en Venezuela