En estos tiempos llenos de tragedias de todos los tamaños con relación a los venezolanos emigrados y que es mucho mayor de lo que muchos desean admitir, se hace imperativo plantear una propuesta integral que atienda a todos los venezolanos en el exterior y que se active apenas se dé la confirmación de que un connacional ha abandonado el país, sea en calidad de turista o emigrante, creando un ente competente para la atención en materia de documentación, emergencias en casos de salud o detención policial y que por fin logre organizar un registro detallado de quienes están en el exterior, en que condición y en donde viven, para tener la posibilidad algún día de que los mismos, en el futuro puedan votar y elegir representantes como sucede con otros países con grandes comunidades de compatriotas en el exterior.
Por increíble que parezca, a pesar de los años que han transcurrido denunciándose el problema de los emigrantes venezolanos, no es posible obtener una cifra estimada de cuántos millones de ciudadanos hay en otros países, debido al interés de el mismo gobierno nacional en esconder los datos, que sin duda, manejan desde las oficinas del SAIME y que pueden perfectamente ajustar a través de las redes sociales que pueden detectar a los que salieron por vías irregulares o trochas.
Es en esta coyuntura, cuando se hace imprescindible la creación del Faive o Fondo de asistencia integral a venezolanos emigrados que permita establecer un organismo de carácter internacional que reciba recursos del Banco Mundial, Organización de las Naciones Unidas, Banco Interamericano de Desarrollo, entre otros que asuman las tareas estadísticas y administrativas de poner orden en el caos informativo y social en el cual se maneja la tragedia cotidiana de los emigrantes.
Se hace imprescindible montar mecanismos digitales agiles y confiables junto a la contratación de numerosos abogados, trabajadores de la salud y crear redes logísticas para la atención de los 5-6 millones de connacionales, que no se está en posición exacta de cuantificar.
Esta propuesta de creación del Faive debe tener las siguientes características y objetivos a mí entender:
- Un apartado de al menos el 10% de los recursos de atención social de los diferentes ministerios de materia de atención social en Venezuela.
- Unas políticas de convenio directo de financiamiento internacional con organismos internacionales, que asuman a su vez la rigurosa auditoria de los fondos otorgados y los proyectos aprobados.
- Una sustentación legal para tramitar en forma digital cualquier documento necesario desde Venezuela.
- A su vez, se hace indispensable que todos los ministerios competentes en materia social y económica del país, tengan una oficina de enlace con dicho fondo, dado el porcentaje de población y muy especialmente los ingresos que envían al país en materia de remesas.
- En este último apartado, se hace necesario un convenio con un grupo de bancos internacionales para crear un mecanismo seguro y rápido de movilización de remesas de los millones de emigrantes a sus beneficiarios directos, sean familiares o amigos, para lo cual se puedan crear cuentas especiales (que no puedan admitir otro tipo de depósitos o personas que deposite, a efectos de evitar el delito de la legitimación de capitales ), con tarjetas de débitos en dólares, evitando todas las “matracas” e incomodidades que acontecen en el mundo del dólar paralelo.
- Una vez conocido el número aproximado de venezolanos en el exterior, se deben crear comisiones y grupos o destacamentos de trabajo en el exterior, coordinado por los embajadores, que deben cambiar las reuniones de coctel por jornadas de trabajo en os campamentos de refugiados y en las calles donde se consigan venezolanos en situación de mendicidad.
- En países como Colombia, Ecuador y Perú, donde la cifra de connacionales se estiman en centenares de miles (más de 1 millón en Colombia), se hace necesaria la realización de las diligencias jurídicas necesarias con organismos no gubernamentales (ONG) para la atención en materia social y educativa, de estas enormes cantidades de ciudadanos. La Cruz Roja Venezolana debe realizar gestiones necesarias para abrir centros de salud para estas personas con los permisos y coordinaciones necesarias con los ministerios de Salud de dichos países.
- Los Ministerios de Salud, Educación, Trabajo y Seguridad Social, Educación Universitaria, además de organismos como el Saime, Saren, Seniat, deben adaptarse a estas realidades de nuestros millones de compatriotas en el exterior y crear portales digitales que atiendas sus necesidades e incluso crear oficinas presenciales con sus propios funcionarios en aquellos países donde existan más de 100 mil venezolanos, de forma que se pueda dar atención integral en diversas materias.
Es obvio, que este gigantesco esfuerzo logístico, administrativo y financiero se hace imposible si no existe una comprensión de que la problemática debe ser abordada desde el punto de vista de atender a los millones de ciudadanos emigrados, sin importar su orientación política y sobretodo evitando todo tipo de conductas fuera de las normas del Derecho Internacional Humanitario que tiene una amplia normativa y manuales de procedimientos de todo tipo, incluyendo normas de contabilidad muy especifica para evitar que la atención al necesitado, se convierta en un negocio de unos pocos con ningún escrúpulo.
Todos los ministerios deben colaborar en este gigantesco esfuerzo, que permitiría clasificar a los emigrados por país de residencia y sitio de origen, de forma que los municipios (alcaldías) y estados (gobernaciones) puedan armar con esta data, oficinas de atención a estos valiosos trabajadores que sostiene al país con sus remesas y a su vez crear oficinas de asistencia internacional, tal como existen en muchas alcaldías y gobiernos regionales y nacionales de América Latina.
Los emigrados son la expresión del valor de los venezolanos, que se han arrojado a buscar soluciones individuales y familiares a su entorno fuera del país y su aporte es tan grande económicamente que sus efectos sociales superan a las asignaciones sociales del gobierno nacional en centenares de miles de familias que auxilian en Venezuela.
No cabe la menor duda de que este problema de los emigrados puede crecer mucho más cuando se supere plenamente la crisis del covid-19 y millones de desesperados (especialmente empleados públicos) inicien una estampida en masa de características sin precedentes ante la cruda realidad de pretensión de una administración que pretende ponerlos a trabajar por 2 dólares mensuales, cuando en la república socialista de Cuba han ajustado el salario mínimo en 87 dólares mensuales, además de mantener congelados las tarifas de los servicios públicos esenciales, mientras que en Venezuela parece que todos los costes operativos de todos los sectores van a ser ajustados a precios internacionales.
El mejor homenaje que se le puede dar los miles que han fallecido en el exterior, lejos de su tierra natal, es darles el apoyo que se merecen con la misma solidaridad con la cual se recibió a miles de extranjeros de todo el mundo y de los cuales sus descendientes, estamos agradecidos con esta tierra de gracia.
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