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Prometeo

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Imagen: gustavocoronel.net

Prometeo enfrentó al poderoso Zeus de la mitología griega y le robó el preciado tesoro del fuego para entregarlo a los seres humanos. En represalia, Zeus lo castigó severamente: hizo que un águila le devorara el hígado, que el hígado volviera a su estado normal para que el águila volviera a devorarlo y de esta manera prolongar el suplicio.

Conocemos el fuego, es uno de los cuatro elementos benéficos y protectores, colabora con nosotros con asombrosa fidelidad, pero arrasa también con furor y aniquila y destruye lo que toca. En eso se comporta como algunos de nosotros. Prometeo se enfrentó con coraje al poder y al atreverse, siendo dios griego, a repartir el fuego entre los seres humanos se convirtió en héroe porque el fuego es luz y sabiduría, es ser uno mismo, nuestra propia voz y voluntad.

Pedirle a Prometeo que venga a la isla de Margarita y acceda a crear con su nombre una cátedra permanente de Civismo y Valores es tocar y acariciar el portento de insertar un nuevo programa académico en la Universidad de Margarita con el propósito no solo de formar profesionales capaces sino ciudadanos verdaderamente comprometidos con el país que anhelamos. Sería apoyar también el proyecto Ulises que ambiciona Gustavo Coronel de dejar de ser habitantes para convertirnos en ciudadanos.

Serán muchas las tareas que deberá cumplir Prometeo. Son 17 los objetivos establecidos por las Naciones Unidas como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible adoptada en septiembre de 2015 por todos los miembros de la ONU, incluida Venezuela. Cumplirlos significaría enfrentar y esforzarse a encontrar solución a graves, urgentes  y persistentes problemas como la pobreza, las desigualdades, la degradación ambiental, la ausencia de paz y las mentiras oficiales que se tejen a nuestro alrededor.

¿Cuáles son esos objetivos que Prometeo aseguraría alcanzar con mi decidido apoyo y comprensión?

Reforzar los valores familiares considerando que la familia es el núcleo de la sociedad. Fomentar el amor y la amistad como base de la convivencia social. Destacar la importancia del civismo y la participación ciudadana enseñando responsabilidad cívica, derechos y deberes y la importancia del voto. Integridad y honestidad, es decir, actuar con rectitud y destacar los valores de la ética en todos los campos de nuestra vidas. Respetar y aprender a ser tolerante, además de adentrarnos en el espíritu de la diversidad sexual y la igualdad de géneros y sobre todo el uso de los diversos lenguajes de inclusión étnica y racial, de capacidades, de cultura y religión, de situación socioeconómica, generacional y lingüística.

Prometeo no puede actuar en solitario y necesariamente tiene que hacerse eco en ciudades y comunidades sostenibles, sensibilizar las prácticas de consumo, saber reducir los desperdicios, buscar alianzas, establecer espacios de diálogos y de reflexión. Es como resucitar aquella Moral y Cívica, pero más acorde con los nuevos tiempos, que me tocó estudiar y aprender cuando era niño y desapareció un día de la visión escolar y el país comenzó a desplomarse y caer en el caótico e irresponsable fracaso en que hoy se encuentra. Tengo la certeza de que el proyecto Prometeo es perfectamente realizable.

En pocas palabras, Prometeo no solo beneficiará a la Universidad de Margarita sino a su alumnado que se convertirá en difusor de los cambios que anuncia. Su estadía entre nosotros estará lejos de aquel odioso y persistente Zeus que lo castigó tan cruelmente solo porque anhelaba vernos en libertad y dueños de nuestra propia vida.

¡Seré el primero en saludarlo y ofrecerle una apasionada bienvenida!

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