En la medida en que las leyes de la matemática se refieren a la realidad no son ciertas, y en la medida que son ciertas no se refieren a la realidad
Albert Einstein – Sobre la electrodinámica de los cuerpos en movimientos
I La política y la economía divididas: aislantes de lo social
Siempre ha sido la política la que presupone los caminos de los Estados sobre el desarrollo de sus economías, y mientras esta carece de autonomía, o restringida por las leyes de esas naciones, las propias leyes de la economía intentan (re)adaptarse sobre la base de principios que le permitan avanzar en su desarrollo; pero cuando la política se centra más en aspectos ideológicos radicales, que en las fuerzas que motorizan sus espacios de producción de bienes y servicios, en sus llamados niveles, primarios, secundarios y terciarios, y ahora todos ellos articulados por una incesante tecnología que se orienta desde y hacia sus periferias con infraestructuras, maquinarias y equipos, así como la permanente sujeción de éstos con programas y aplicaciones que conjugan sus funcionamientos en los aspectos productivos, comerciales, financieros, y entronizados con sus conjuntos de trabajadores, así como espacios educativos e informativos, quienes no comprendan que con la aparición de la Internet, así como la llamada inteligencia artificial, y que tanto la política como la economía no pueden desviarse de sus cauces naturales, es porque pretenden condenar a sus sociedades en ser una jauja que sólo podría caber en sus pensamientos, cuando resultaría lo contrario, en términos de bienestar absoluto.
En la actualidad resulta irrisorio continuar hablando del marxismo o el capitalismo en los términos en que estos fueron planteados en El capital o La riqueza de las naciones cuando el mundo permite que el control de ese capital en sus ámbitos económicos pueda ser materializado con un botón, es no comprender que los tiempos de aquel dinero y aquellas monedas, así como la (d)evolución de las acciones humanas fueron superadas por una época posindustrial, y esta a su vez, marcada incisivamente por la suprageocomunicacionalidad como factor esencial de los gobiernos que se mueven entre los neototalitarismos y las democracias.
O sea, cuando la política no se debate con la economía en respeto de sus propias leyes de (re)adaptación financiera y tecnológica, salvo para mecanismos de control y sujeción de la segunda sobre la primera, sólo habrá un aislante social, que terminará convirtiendo a las naciones en mayor o menor medida, en prisioneras de su propio sistema político, pudiendo acarrear severas consecuencias económicas, y por ende, generar a través de ese aislamiento social, pobreza, miseria, emigración y violaciones de derechos humanos; y sobre ello, la distorsión económica, se convierte en el principal desequilibrante de esas sociedades.
En tal contexto, un grupo de (seudo)organizaciones que se han construido a partir de las contradicciones ideológicas, no por generar en sí mismas debates de contenidos filosóficos, históricos, epistemológicos o pragmáticos, sino por mostrar a partir de la desinformación – propia de la contemporaneidad tecnológica – el afán de sus “verdades”, o sea, un ambiente de post-realidad, que no admite otras realidades que no sean las que ellos pregonan, y en donde cualquier espacio, incluso negativo para ellos, es aplicable una semántica y una sintaxis de “realismo” positivo, impactado en lo que pudiera ser negativo, con lo que se ha denominado fake news.
II Progressive Internacional: una seudoorganización que manipula el discurso de la pobreza para desestabilizar gobiernos “no progresistas” y ataca las ZEDE y economías que no comparten sistemas neototalitarios
A partir de la nomenclatura anterior, la principal industria del rumor, la mentira, los fake news, y sobre todo en la desestabilización de los gobiernos “no progresistas” a escala mundial, ha sido “Progressive International” {1}, la cual fundada en 2020, en plena crisis del covid-19, y cuya directiva está encabezada por David Adler y su operador político Guillaume Long –exministro de Rafael Correa, y quien sería su operador principal desde Bélgica–, el primero con residencia en Estados Unidos y el segundo en Inglaterra, y con un consejo “asesor” donde también aparece el propio expresidente de Ecuador, así como Andrés Arauz, quien también fue parte de su gabinete, y el actual presidente de Colombia, Gustavo Petro, y sin obviar a Baltazar Garzón {2}, quien fue condenado en España por interferir ilegalmente en las comunicaciones, y de quien irónicamente nadie de esta “organización” jamás mencionó tema alguno cuando Garzón, en sus funciones como juez, condenó al entonces exdictador de Chile, o sea, jamás hablaron de injerencia sobre la “soberanía de los pueblos”.
En semejante clima de pensamiento, muy hostil, porque solo está integrado en su mayoría por radicales del neototalitarismo, y donde a pesar que tal página habla de ser una organización practicante de lo “democrático y lo igualitario” {3}, ni siquiera en su portada de “informaciones” fue posible ver las declaraciones de Gustavo Petro sobre las inhabilitaciones de Venezuela, entre ellas la de María Corina Machado, sobre la cual calificó como “golpe antidemocrático” {4}.
Al contrario, tal “organización” mantiene como “actual” en su despliegue mediático una información del pasado 22-3-2024 sobre Honduras, donde “85 economistas” apoyan la salida de la nación centroamericana del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas con Inversiones (Ciadi), sin obviar su ataque contra las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), las cuales califican de “crimen de colonialismo” {5}, lo cual no solamente coloca a “Progressive International” como una estructura de propaganda, sino que además su coordinador general es el asesor principal de Honduras contra las ZEDE –Próspera, Ciudad Morazán y Orquídea– y quien también ha manifestado públicamente sus ataques ante y después del ascenso de Javier Milei a la presidencia de Argentina {6}; y en la misma medida esa ha sido su conducta con naciones contra Ecuador, gobernada por Daniel Noboa {7}; mientras callan las violaciones de derechos humanos como en la mencionada Venezuela.
Lo irónico de esta situación es que el silencio de “Progressive International” sobre lo que ocurre en naciones como Venezuela y Honduras está en que sus fuentes de financiamiento, además de estar sustentadas en los “gobiernos progresistas”, también reciben cuantiosos recursos de Estados Unidos o la Unión Europea, con su falso discurso de luchar contra la pobreza o los males sociales, o precisamente “violaciones de derechos humanos”; cuando la realidad demuestra que mientras su directiva y asesores viven en naciones desarrolladas o capitales de alto nivel de vida, ninguno de ellos se resguarda en naciones pobres de América Latina, a saber, Cuba, Nicaragua o Venezuela, o incluso estar en la Rusia de Putin, la China de Xi Jinping, o la revolucionaria de Corea del Norte. O sea, tienen una palabra y acciones completamente hipócritas sobre sus planteamientos “socialistas”. En concreto, Progressive International es una estructura para saquear el dinero de las naciones en desarrollo y la institucionalidad colaborativa de Occidente a través de los impuestos de los ciudadanos.
III Desmintiendo el “progresismo” de Progressive International ¿Clacso, institución académica o fachada para tal seudoorganización?
Todo lo señalado es apenas una ventana abierta de la protervidad de una seudoinstitución que como “Progressive International” no tiene nada en favor de los pueblos y sus Estados. Son un conjunto de individuos quienes, al salir del poder de gobiernos como el ecuatoriano, han creado una maligna red de estructuras de desinformación en el ámbito mundial, que sólo juega a la desestabilización de naciones que no complementan su radical ideología, y lo que es peor, contra inversionistas que sólo han multiplicado sus obras y empleos como ha sido el caso de las ZEDE en Honduras.
Por otra parte, más grave resulta conocer que “Progressive International” pareciera tener una alianza con el prestigioso Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), siendo la primera una organización transdesestabilizadora de gobiernos democráticos en América Latina y el resto del mundo sobre lo que ellos consideran serían gobiernos «no progresistas».
En tal sentido, además de que esta seudoorganización ha callado todas las violaciones de derechos humanos en Venezuela, pareciera que Clacso le marca los pasos; algo que nos negamos a creer. Por consiguiente, Clacso además de confirmar o no, si son una institución académica o política; tendría que emitir palabras de desvinculación, máxime cuando parte de quienes son el consejo «asesor» de «Progressive International» son prófugos de la justicia en sus respectivos países. Ante ello, la directiva de Clacso no puede omitir sus supuestos lazos con esta seudo organización, que para nosotros es una organización del crimen internacional organizado, y que además se asocia con una membresía del referido Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales {8}; pero lo más grave está en acusar a instituciones como las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) en Honduras que han generado miles de empleos en la nación centroamericana incluyendo a los trabajadores, en su concepción de llamarlos –como ya mencionamos– criminales del «neocolonialismo» {9}. ¿Quién es el autor arbitrado de tal «definición» ante estos espacios del debate sobre derechos humanos?
Y si algo faltaba en el portal de “Progressive International”, se habla de una «investigación reaccionaria», colocando imágenes de quienes no profesan la ideología «progresista» en unión con Clacso {10} y entre las cuales destaca en sus vistas iniciales la del escritor Maria Vargas Llosa; algo que por muchas diferencias ideológicas que existan, merecen nuestra condena y rechazo, y que complementan el artilugio de tan nefasta estructura de calumnias y propagandas políticas que nada tienen de sentido con lo que dicen profesar en sus términos de orientación hacia el “bien”. Es decir, «Progressive International» –¿y también esta institución académica?– buscarían conformar una especie de tribunal paralelo a la Corte Penal Internacional, para comenzar en sus «investigaciones» que esas personas “violarían derechos humanos”; pero que en situaciones como las que ocurren a diario en Venezuela, y hasta denunciadas por sus “asesores”, no pasa nada; y de allí que el tema ni se menciona en tal portal, ni tampoco en las discusiones y foros de Clacso.
Lamentable, pero si Clacso no emite un comunicado académico, dejará de ser una institución de ciencia, investigación y conocimiento, para convertirse en otro apéndice de «Progressive International» como un conglomerado estructural que es parte de la desestabilización política y violación de derechos humanos que ocurren en naciones como Cuba, Nicaragua y Venezuela, o en la negación de derechos económicos y sociales como el caso de Honduras con las ZEDE ¿La conjugación de la impunidad detrás de fachadas académicas?
IV Conclusión
“Progressive International” desde su fundación en 2020, cuyo cerebro de tal organización está controlado fundamentalmente, por Rafael Correa, quien transfiere las órdenes a David Adler y Guillaume Long, solo ha levantado una red de desinformación y fake news a escala mundial, sobre esa mal llamada definición de “Internacional Reaccionaria”; o sea, mientras en países como en Venezuela, gobiernos “progresistas” encabezados por Gustavo Petro (asesor) y Lula da Silva son tildados por Nicolás Maduro de “izquierda cobarde” por salir en defensa de los derechos humanos de la oposición venezolana, “Progressive International” calla sobre tales hechos, y solamente queda en evidencia que sus palabras sobre “democracia” y defensa de las naciones, sólo es una monserga, constreñida al mejor postor; menos hacia los pobres y el desarrollo de los pueblos.
En síntesis, “Progressive International” es una trasnacional de la calumnia, la mentira, y la desinformación en contra de los pueblos de América Latina, Unión Europea, Asia y África en un contexto de articulación global de seudo periodistas y otras “instituciones” que sobre la base del “trabajo por los pobres y los pueblos”, reciben millones de dólares para seguir aumentando la criminalidad organizada, bajo la fachada de ser parte del “Congreso de los Pueblos”, y que amparados en el poder de la suprageomunicacionalidad han construido una infame red de corrupción y obstáculos contra el desarrollo de las naciones donde ellos no controlan el poder político; o no pueden interferir en las leyes de la economía, o en su defecto imponer su retrógrados controles.
¿Qué harán la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea ante esta barbarie de la “comunicación” que desestabiliza Estados y gobiernos de América Latina y Europa, e inversiones económicas como las ZEDE en Honduras, Reino Unido o sus similares del antiguo continente? “Progressive Internacional” es la principal construcción del crimen organizado que actúa en servilismo a otras como en los países árabes, y toda vinculación desestabilizadora contra lo que ellos consideran son “gobiernos no progresistas” en el resto del mundo. No es la lucha entre ideologías de izquierdas y derechas. Progressive International es la representación de los regímenes neototalitarios en el planeta contra las democracias.
Seguiremos comentando el tema.
@vivassantanaj_
Javier Vivas Santana es doctor en Educación. Cursante de memorias históricas y derechos humanos en Clacso
{1} https://progressive.international/
{2} https://progressive.international/council
{3} https://progressive.international/about/es
{6} https://twitter.com/vivassantanaj_/status/1737585944914526642
{7} https://twitter.com/vivassantanaj_/status/1747997410876416254
{8} (https://progressive.international/members)
{10} (https://act.progressive.international/reactionary_es/)