OPINIÓN

¿Problemas de potencia sexual? Revisa tu suelo pélvico

por Luis Montel Ramírez Luis Montel Ramírez

La debilidad del suelo pélvico puede causar problemas de salud recurrentes. Situaciones como cistitis e infecciones urinarias, estreñimiento, problemas para realizar el acto sexual por falta de potencia, aumento de la grasa abdominal, lumbalgias, pérdida de masa muscular y fuerza en piernas y glúteos y escapes de orina, son síntomas frecuentes de la debilidad del suelo pélvico, tanto en hombre como en mujeres.

El suelo pélvico es un grupo de músculos, ligamentos y una red de tejido conjuntivo que cierra al abdomen en su parte inferior. Es decir, es la base donde se apoyan las vísceras abdominales.

Es crucial que esté fuerte para una buena calidad de vida. Cuando somos más jóvenes presentamos una musculatura pélvica tonificada y equilibrada, lo cual nos posibilita el control de los esfínteres (ano y vejiga). Además, en unión con los rectos abdominales, cierra el abdomen por delante, hace que tengamos menos barriga y que los intestinos estén en posición correcta. Por detrás, el suelo pélvico está unido a la columna vertebral, lo que le da apoyo y sostén. Un suelo pélvico fuerte y equilibrado es sinónimo de elegancia, juventud y buena salud.

¿Cuándo hay situaciones de riesgo de debilidad del suelo pélvico?

¿Cómo podemos mantener el suelo pélvico en condiciones óptimas?

La vida estresada, con una mala alimentación y poco ejercicio, es terreno fértil para que aparezca esta debilidad. Debemos comer más verde que rojo. Es decir, que al menos el 50% de la dieta diaria sea de vegetales, hortalizas y frutas. Además, consumir carbohidratos integrales no refinados para eliminar los depósitos de grasa intramuscular.

Realizar gimnasia del suelo pélvico al menos una vez a la semana es muy importante. Basta con sentarse encima de un balón de fútbol y moverse de lado a lado, adelante y detrás, sin dejarse caer, durante al menos dos minutos, y descansar un minuto. Se repite tres veces.

También debemos contraer y soltar todos los esfínteres, orinar en tres tiempos (dividir el proceso en tres momentos) para activar la musculatura, caminar al menos 5-8 kilómetros diarios, a paso rápido y contrayendo el abdomen, y recibir fisioterapia del suelo pélvico con personal entrenado.

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