Por si acaso. Mi conocimiento de María Corina Machado es de vista y escucha por el televisor y los medios digitales.
Hace días una persona partidaria del G4 comentó en reunión privada numerosa que la preparada, valiente y tenaz dirigente podía llenar si acaso medio autobús pequeño con activos militantes de su partido político Vente Venezuela.
Vale subir a ese bus luego de que múltiples y sesudos análisis sobre la materia político- electoral han copado esta semana la prensa nacional e internacional con motivo de los resultados obtenidos en la triunfante Barinas, exterritorio dinástico de los Chávez. Y vale después de auscultar los contra y pro que implica esperar a que se organice la opción constitucional de un referéndum revocatorio, conociendo la tradición mafiosa del tramposo electoralismo castrochavista, sabiendo eso y más, pues ahora los guardianes de los procesos electorales serán colectivos nativos con añadidos rusos, como lo avisó el jueves el vicecanciller de Putin, si la OTAN impide que se apropien de Ucrania.
¿Asumir el riesgo de estar en ese bus así sea en calidad de comunicadores y votantes eventuales para secundar o no la propuesta de una urgente consulta popular a fin de elegir al candidato que represente a toda la oposición electora y de este modo adelantar la fecha de un legítimo sufragio presidencial? Dioses, el G4 y soldados putinescos lo permitan.
A primera vista su propuesta luce como la más racional y convincente, pero se requiere con suma urgencia que “la Machado», profesional seria de larga trayectoria política disidente, detalle su proyecto. Es de recordar por igual motivo cuando el abortado revocatorio de 2004, el chavismo la acusó de conspiradora porque se entrevistó sin secretismo con el presidente George W. Bush para solicitar su necesaria atención al caso venezolano.
¿Quiénes y cómo accederían a los postulados para la candidatura única? ¿Solo uno por cada partido del G4? ¿Los dirigentes exiliados, civiles y militares huidos y expulsados por el régimen tendrían acceso individual o también seleccionan una sola figura que los represente? ¿O no cuentan? ¿Se pondrá un límite de 4 o 6 candidatos o serán aceptadas otras decenas de partiditos para que la dispersión acabe de una vez con la unidad?
¿Cuál equipo perito en mecanismos electorales apegados a la Constitución será el que diseñe, organice la votación? ¿De dónde provendrá el dinero limpio para sostenerlo económicamente incluido un imprescindible grupo de agentes versados en seguridad individual y grupal que los proteja del acoso físico y detecte al oficialista espionaje tecnológico?
Porque sin la menor duda desde siempre y ahora mismo el castrista G2 y sus obedientes discípulos de Fuerte Tiuna graduados en exterminio con la venia moscovita a través de sus padrinos y sus ahijados que llaman cuerpos de seguridad del Estado, son grupos delincuenciales forjados para comprar adictos, reprimir, perseguir, encarcelar, torturar, ejecutar y desaparecer a todo disidente. Evidenciaron su eficaz carrera persecutoria pública el citado 2004 que culminó en la discriminatoria Lista Tascón, fraude que avaló el Centro Carter invitado para el evento.
¿Cómo se podrá evitar la infiltración de votantes oficialistas que dañen objetivos legales tantas veces interferidos?
Históricamente el venezolano promedio es inmediatista y esta condición resulta ambivalente. Su solidaridad arriesgada se destacó sobremanera durante el deslave en Vargas, donde salvó con improvisados, primitivos instrumentos, a muchos pobladores atrapados y demostró generosa capacidad creativa para resolver de inmediato los peores peligros. Pero esa cualidad llevada a su conducta política no va por la misma vía y sus enormes esfuerzos durante dos décadas por destronar al totalitario régimen castrochavista desde gigantescas caminatas y concentraciones, constantes votaciones no electivas, gestaron el vacío civilista que mantiene al militarismo en el poder. Y deriva hoy en su apatía, desconfianza, hartazgo y conformidad limitada a la sobrevivencia. A su vez, la trampa que viola los tiempos electorales constitucionales facilita cada vez más su cohabitación con la dirigencia usurpadora que los victimiza y de facto los anula.
Por eso mismo, el positivo Barinazo no basta, es por ahora una feliz excepción.
La presente convocatoria de María Corina Machado quizás permitiría revertir esa fatal costumbre repentista con la ayuda material abierta de países demócratas que afirman reconocer al interinato y a la legítima Asamblea Nacional. Solo falta que María Corina Machado la describa con pelos y señales, tenga el apoyo de funcionarios probadamente demócratas que la secunden, sólidos expertos en actos electorales inmunes a toda clase de injerencia y sobornos.
La difícil materialización de su idea, por ahora luce como la mejor alternativa que permitiría el acceso a la salida del laberinto en el posible menor tiempo. Pues lo de aguantar hasta diciembre de 2024 es la consolidación de la mafia muy armada y adornada con medallitas ganadas en narcotráfico y terrorismo estatal ha logrado infiltrar a los dispersos partiditos que cohabitan a la manera que dispone la dictadura prologando su tiempo usurpador.
Las otras opciones constitucionales llevan a Casa Tomada, como la tituló Julio Cortázar desde su famoso cuento publicado en revista literaria de 1964 y donde advertía lo que no fue ni es cuento pues en ese año todavía gobernaba el presidente Arturo Illia bajo absoluto control de la Fuerza Armada que lo derrocó el año 66 iniciando la muy larga pesadilla militarista. Cortázar, radical militante izquierdista se refiere en esta obra al poder invasivo de esa fasciodictadura derechista argentina que luego lo exilió de por vida. Su talento narrativo permite la interpretación en contrario de esa metáfora. Porque ahora la tiranía fasciocomunista del siglo XXI también vacía sistemáticamente a las casas propias Cuba, Venezuela, Nicaragua y las por tomar, imponiendo su reino criminal.
Para recuperar la libertad el tiempo es oro.
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