La oposición venezolana busca fórmulas más convenientes para elegir a su candidato o candidatos presidenciales. La oposición está dividida y no tiene una visión ni criterios compartidos en la temática electoral presidencial. El contexto político electoral se mueve en lo complejo, emergen posturas y antiposturas que solo obstaculizan el logro del objetivo, cambio político.
La Plataforma Unitaria está convencida de que las primarias es el mejor método para la elección de su candidato presidencial, mientras que algunos partidos de la Alianza Democrática a través de sus voceros no creen en las primarias sino en el consenso, esto revela diferentes posiciones que pueden derivar en graves consecuencias electorales si no se logra un candidato único, es decir primarias o consenso se están deslizando hacia diversos nudos críticos. La experiencia de Barinas debe ser un referente significativo a la hora de las decisiones que se puedan tomar en la búsqueda de un único aspirante con posibilidades de triunfo. No obstante, algunos opositores están convencidos de los «consensos».
La Plataforma Unitaria ha anunciado que las primarias se podrían realizar en el mes de junio de 2023. ¿Lograrán con ellas la validación de un liderazgo capaz de unir a toda la oposición y disputarle el poder al chavismo en 2024? Para darle respuesta a esta interrogante hay que construir diversos escenarios y comprender la fragmentación actual de toda la oposición venezolana y sus antecedentes. Esta vía democrática no consiste en una estrategia política o un medio para escoger una “visión de país” o un “liderazgo nacional”, sino una herramienta de coordinación tan solo para decidir quién va a competir contra Nicolás Maduro en los comicios presidenciales de 2024.
Ante la crisis de liderazgos políticos, para la Plataforma Unitaria la ruta más clara para escoger al candidato opositor es a través de las primarias, donde todos participen con el mismo derecho y recorran la geografía nacional con sus respectivos discursos para, como es obvio, conseguir la mayor cantidad de adeptos y ganar en la contienda. Además, es la vía para motivar a los electores indecisos que más de la mitad del electorado no cree en los que llevan años participando en elecciones, aún sin mostrar el debido liderazgo, pero se mantienen en la palestra pública nacional.
Mientras, los creyentes en el consenso consideran que mientras Venezuela sufre un daño es urgente construir un pacto político, económico y social, que enrumbe el consenso, con todas las organizaciones políticas que hacen vida en la oposición, incluyendo a sectores fundamentales de la sociedad, como los empresarios, la Iglesia, los trabajadores y los medios de comunicación social, comprometidos con la democracia. Es decir, la gran tarea de la oposición es lograr la reunificación necesaria para construir, organizar y movilizar a esa inmensa mayoría que, dentro y fuera del país, clama por un cambio de gobierno nacional.
La oposición no debe caer en las diversas tentaciones perversas del gobierno, en un juego de egos y vanidades, ni debe caer en las trampas financieras, que promueven la división opositora, para el gobierno perpetuarse al precio que sea en el poder central, mientras los millones de venezolanos están sin poder adquisitivo para disfrutar sus navidades y careciendo de todo tipo de seguridad social.
El reto de la oposición venezolana es contar con un candidato único producto de primarias o consenso, este líder político suprapartido debe comenzar por construir un movimiento amplio, inclusivo e innovador que conecte con la sociedad civil, y empatice con las necesidades de los ciudadanos, para generar esperanza perdida, y con ello motivar la movilización masiva requerida para un cambio en el futuro cercano 2024… todo enmarcado dentro de una unidad monolítica.
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