«La Casa Blanca no tiene planeado levantar sanciones contra el Ggobierno de Nicolás Maduro… Trabajaremos con la UE para aumentar la presión». Eso fue lo que dijo en febrero Juan González, director del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para el hemisferio occidental. Sin embargo, qué pudo pasar para que se produjera este cambio tan repentino en el que ahora el gobierno de Estados Unidos empezó desde este lunes a relajar las sanciones impuestas por el expresidente Donald Trump, al permitir que las compañías exporten gas propano a Venezuela. Muchas interrogantes se abren. ¿Hasta dónde llegarán estos ajustes sobre las sanciones y cuáles serán las repercusiones?
El verdadero alcance de las sanciones contra Maduro es parte de un debate internacional. Para entender su importancia es urgente empezar por desmitificar que están vinculadas con la suerte de la oposición venezolana?
Ciertamente, durante la administración Trump se hizo bastante hincapié en apoyar a Guaidó como una forma de implementar y aumentar las sanciones a Maduro; naturalmente que esta triangulación Trump -Guaidó -sanciones estaba dejando por fuera el principal actor, que es el mismo pueblo venezolano. Las sanciones se convirtieron en una suerte de ariete que usaron dentro de una estrategia política que servía principalmente a los intereses electorales de buena parte de la derecha mundial, restándole participación a actores de la izquierda, que son bastante necesarios a los fines de una mejor estrategia con acciones colegiadas. Fue de ese modo que las sanciones, pese a lograr resultados en la contención de Maduro, también se convirtieron en una visión sesgada y partidista que al final terminan siendo un camino cuando hay cambios de gobiernos.
Recientemente, la administración Biden ha permitido operaciones de Pdvsa, una empresa que está sancionada. Pienso que lo que está ocurriendo es que esta medida forma parte de una visión de la política exterior norteamericana que está retomando el principio de no intervención, pero además puedo interpretarlo como una forma de deshacer la herencia partidista de Trump sobre el proceso vinculado a Maduro y Venezuela. Lamentablemente para nosotros, los venezolanos, prescindir de las sanciones va a ser un terrible error. Aunque se entiende que estén evaluando la situación con Venezuela, lo cierto es que hay que entender la naturaleza política de Maduro para comprender por qué es necesario preservar el sistema de sanciones.
Las sanciones no dejan de ser útiles para contener al régimen chavista, quien diga lo contrario conoce poco de las capacidades que tienen para sacar provecho de cualquier ventaja y debilidad con el fin de perpetuarse en el poder a costa del hambre y el sufrimiento de los venezolanos. Esta gente de Maduro, además, va a crear muchos problemas a los patrocinantes de la tesis de la no intervención, los dejarán muy mal ante la opinión pública porque no cumplirán su palabra, simplemente no habrá elecciones libres ni transparentes en Venezuela.
Ahora, me gustaría conocer qué dicen los defensores de la tesis de la remoción de las sanciones. Ellos argumentan que no afectan a Maduro sino a la población civil, que le están causando penurias. Yo voy a poner en perspectiva estas conjeturas. En principio, fue el mismo Maduro cuando llegó al poder en 2013 el que decretó terribles sanciones económicas que afectaron directamente a la población vulnerable, medidas confiscatorias que violaban derechos consagrados en la Constitución. El resultado de todas esas medidas fue el empobrecimiento acelerado de la población, que luego con el transcurrir de los años, hasta llegar a 2016, derivaron en protestas y manifestaciones masivas, que el mismo Maduro reprimió sangrientamente.
En esos 2016-2017 el régimen asesinó a cientos de manifestantes, hizo que sus tanquetas atropellaran a los participantes de las marchas. Estos videos y fotografías existen, todas esas denuncias están debidamente documentadas y siendo procesadas. No conforme, asaltó la Asamblea Nacional, utilizó turbas armadas para golpear con cabillas a diputados y funcionarios. Ahora esas personas violentas se sientan como parlamentarios y presidente del Parlamento. Maduro no solo ha reprimido marchas, sino que ha utilizado su policía para encarcelar a opositores y asesinar extrajudicialmente.
No es del todo cierto que las sanciones de la comunidad internacional contra Maduro tengan origen en la relación Trump-Guaidó, ya la comunidad internacional conocía de los crímenes del régimen por los reportes de organismos internacionales. Fue esa actuación la que generó medidas para contener el avance de las atrocidades, para evitar más derramamiento de sangre en Venezuela, las que pusieron un freno a la política represiva del régimen; pero además esa fue la forma en que los países democráticos demostraron su rechazo a la represión de Maduro.
Las sanciones fueron incrementándose en la medida en que algunos gobiernos tomaron una posición beligerante con relación a Maduro, fue el caso de Canadá y Estados Unidos, principalmente la política exterior del expresidente Trump. Esa administración le imprimió un sello personal a la lucha contra la dictadura que originó muchas matrices de opinión e hizo visible la crisis venezolana. Pienso que lo que intenta hacer la nueva administración es borrar ese legado de Trump, pero pensar en las sanciones como un patrimonio de la política del exmandatario puede acabar en su suspensión y hacer más daño al pueblo venezolano.
Lo cierto es que el régimen había creado todo un sistema de represión alimentado con el dinero de las empresas del Estado, que son precisamente el objetivo de las sanciones económicas. Maduro es el verdadero artífice de las penurias que vive el pueblo venezolano, las sanciones internacionales lo que han hecho es frenarlo para que no continúe causando dolor.
Maduro es un hábil e inteligente jugador político. Se vale de su franquicia en la izquierda para introducirse en los gobiernos, principalmente en la centroizquierda, y lograr algún tipo de solidaridad y simpatía. Así que solo necesita excusas para facilitarles a estos gobiernos el quiebre de las sanciones.
La primera gran excusa del sucesor de Chávez es que estas sanciones son parte del arsenal político de la derecha, luego expone otras razones más vinculadas con denuncias por confirmar, tales como la falta de transparencia de la administración Guaidó sobre los bienes recuperados y sobre la ayuda humanitaria. También está el hecho de que algunos actores reconocidos de la oposición, tal es el caso de Capriles, han manifestado su negativa a las sanciones económicas.
La administración Biden ha mostrado su disposición a la negociación y pide elecciones libres, pero Maduro exige el fin de las sanciones como paso preliminar a toda negociación. Al final, todo es una vil mentira y manipulación de Maduro. Lo que quiere es dar entrada a dinero fresco para realimentar su maquinaria de crímenes. Quien debe dejar de implementar sanciones contra los venezolanos es el propio Maduro, quien es el verdadero responsable de la miseria de los venezolanos y no las sanciones, que lo único que hacen es sujetarlo para no siga robando y financiando su maquinaria militar.
Quiero cerrar este artículo reflexionando sobre las mentiras de Maduro acerca de las sanciones. Fue él quien demolió todo el aparato productivo nacional dejando a millones de venezolanos sin empleo, fue él quien continuó y amplió las expropiaciones de muchas empresas privadas, continuando el legado de su predecesor. La estatización ocasionó el cierre masivo de otras fábricas. No conforme con expropiar, también encarceló a empresarios acusándolos de enriquecimiento y usura. Muchos salieron huyendo de esta epidemia confiscatoria y persecución de Maduro y naturalmente se llevaron sus dólares.
Estas fueron realmente las primeras sanciones económicas contra la población y las implementó el señor Maduro al llegar al poder en 2013. Recuerdo que esa política de expropiaciones vino acompañada de mucha violencia. Ya en 2015 Maduro, sus militares y funcionarios del Seniat irrumpían en las tiendas y negocios, levantaban un acta donde acusaban al dueño de usura, los detenían y después permitían que las mercancías fueran saqueadas por la población chavista. Así empezó toda esta historia de las sanciones contra la sociedad venezolana, nacieron como producto de la política económica de Maduro.
Luego de las confiscaciones y los saqueos de tiendas vinieron las quiebras de las empresas del Estado. La historia es que el régimen de Maduro asaltó, dilapidó y quebró la principal industria generadora de divisas para Venezuela, me refiero a Pdvsa. Luego de que se robaron todos sus ingresos en dólares, el régimen de Maduro ya no tuvo dinero suficiente para sostener los programas sociales heredados de Chávez, así que empezó a cerrar todos los programas sociales. La gente que acudía a los CDI para tratamiento médico ya no tuvo medicinas porque simplemente no había dinero para comprarlas.
El sistema cambiario de Maduro fue otra de las herencias que recibió de Chávez, ya venía inundado de corrupción con miles de denuncias de empresas de maletín que recibieron dólares preferenciales para importar productos básicos que nunca llegaron a Venezuela. Maduro lo que hizo fue recibir lo que dejó Chavez y continuar con la corrupción. Recordemos que lo primero que hizo Maduro cuando llegó al poder fue remover los cupos de viajeros y demás mecanismos cambiarios a los que tenían acceso los venezolanos comunes, luego introdujo variantes a la política cambiaria con el fin de desviar la otorgación de los cupos en dólares para los empresarios amigos.
El dinero de Pdvsa y de todas las empresas del Estado, así como de los impuestos, se lo han robado literalmente personeros del régimen de Maduro. Todo lo roban y nadie hace contraloría porque son ellos mismos, la familia de Maduro, quien administra la Contraloría General.
Lo que ha ocurrido es que la economía se deterioró de tal manera que empezaron interminables colas para abastecerse de comida, eso era en 2016, mucho antes de que la comunidad aplicara sanciones contra el dictador Maduro. Los venezolanos no estábamos acostumbrado a esta vida miserable, ya no había medicinas debido a la gigantesca deuda que contrajo el Estado con las farmacéuticas, Maduro es quien ha aplicado sanciones a los venezolanos y no la comunidad internacional. Luego surgieron las manifestaciones de los opositores y la historia que ya conocemos de represión y crímenes del régimen.
Las sanciones han sido la única forma material de contener al dictador de Maduro, lo que va a suceder después de retirarlas es que con los ingresos de los nuevos dólares provenientes de la reapertura de operaciones de Pdvsa, el régimen va a realimentar nuevamente su complejo militar. Ellos van a buscar la forma de pagar la deuda –principalmente por compra de armas– a los rusos y chinos, que son hostiles con Estados Unidos y Europa. Toda esta iniciativa de relajamiento de las sanciones no luce una vía correcta para llevar al régimen de Maduro a una salida negociada y pacífica.
Créanme, arremeterán contra la población. De hecho, el régimen actúa impunemente cuando desaparece a opositores. Este martes secuestraron al diputado Guevara, acusándolo de conspiración, luego de haberlo indultado. También atacó a tiros el auto que transportaba al presidente interino Guaidó y secuestró a su chofer. Si esto ocurre con personeros y figuras conocidas, no quiero ni imaginar lo que pasará con la población civil: usará ese dinero de los negocios de Pdvsa para financiar la esclavitud de los venezolanos, pero además para financiar la desestabilización política en la región.
Señores de la administración Biden, pedimos que no relajen las sanciones, sino que busquen otra forma de alcanzar algún nivel de negociación con Maduro. Las sanciones es lo único a lo que él le teme y son el principal instrumento para lograr la libertad de los venezolanos.
Finalmente, quiero hacer llegar mis mejores deseos de solidaridad con el hermano pueblo cubano, a quienes les deseo libertad y vida. ¡Viva Cuba!.
@estebanoria
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