“Giselle ha salido poco de su casa”. Así escribió la investigadora de la danza Belén Lobo en su ensayo acerca de los desempeños del ballet venezolano publicado en Venezuela siglo XX. Visiones y testimonios (Ediciones Fundación Polar), en el que enfatiza sobre la intermitente presencia del repertorio romántico-académico del ballet universal en los escenarios nacionales.
Los registros históricos indican que la frágil e introspectiva heroína romántica fue conocida inicialmente por un selecto público a finales de 1917, a través de la interpretación que hiciera la célebre Anna Pavlova junto a su compañía de bailes rusos en el Teatro Municipal de Caracas. Luego hizo apariciones esporádicas en los primeros tiempos de la profesionalización de la danza clásica venezolana a partir de los años cincuenta, mayormente gracias a las escenificaciones realizadas en el mismo foro capitalino por el Ballet Alicia Alonso de Cuba, el Ballet Nena Coronil y el Ballet Nacional de Venezuela.
Con mucha más asiduidad fue vista desde la década de los setenta, a través de las producciones integrales o fragmentadas llevadas a cabo por el Ballet Clásico Venezolano Nina Novak, Ballet Teresa Carreño, Ballet Nacional de Venezuela, Ballet de Maracaibo, Ballet Metropolitano, Ballet Clásico de Cámara, Ballet Arte de Lidija Franklin y Conjunto Coreográfico Nina Nikanórova del estado Carabobo.
Durante 1980 y l981 el Ballet de la Fundación Teresa Carreño presentó sus primeras producciones de Giselle, que contó con las actuaciones en el Teatro Municipal caraqueño de las celebridades Rudolf Nureyev, Ekaterina Maximova y Vladimir Vasiliev, así como de las figuras de renombre internacional Fernando Bujones, Verónica Tennat y Dominique Khalfouni.
A finales de esa década e inicios de siguiente decenio, Zhandra Rodríguez -quien debutara en el rol titular de Giselle con el American Ballet Theatre de Nueva York, junto a Michael Denard, bailarín estrella de la Ópera de París- propició una reedición del Ballet Nacional de Venezuela, que ofreció en el Teatro Teresa Carreño y el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela una versión del encumbrado título, según la puesta en escena de José Parés.
En 1983, dentro de la amplia programación cultural presentada en el Teatro Municipal con motivo de la conmemoración del Bicentenario del Natalicio del Libertador Simón Bolívar, y en 2000, en una temporada cumplida en el Teatro Teresa Carreño, el Ballet Nacional de Cuba escenificó la universalizada versión de Alicia Alonso, la cual retornó en 2008 a la Sala Ríos Reyna a cargo del conjunto cubano y el Ballet Teresa Carreño, bajo la supervisión personal de la mítica primera bailarina.
Giselle escenificado por el Ballet Bolshoi en el Teatro Teresa Carreño resultó una cima histórica. La compañía referente moscovita en su primera y única visita a Venezuela con su elenco completo, causó el revuelo calculado y satisfizo lo que de ella se esperaba: profunda tradición y sólida escuela. Llegó al país en agosto de 1991, justo en momentos de la muy reciente crisis política en el seno de la Unión Soviética. Arribó junto a las figuras de renombre Galina Ulanova, legendaria figura en ese entonces ya maestra honoraria, Yuri Grigorovich por muchos años al frente de la dirección artística del influyente conjunto, además de la primera bailarina Natalia Bessmertnova en el rol principal. Al lado de ellos, apareció una generación emergente del Bolshoi, representada por solistas sobresalientes y un sorprendente cuerpo de ballet rigurosamente estructurado.
Primeras figuras venezolanas o extranjeras radicadas en el país, hicieron de la interpretación del personaje principal femenino de Giselle instantes elevados de sus carreras en producciones memorables. Entre ellas, las precursoras del ballet profesional nacional Graciela Henríquez, las fundamentales figuras Nina Novak y Zhandra Rodríguez, así como las reconocidas intérpretes Sasha Gosic, Inés Rojas, Eva Millán, Paula Nuñez, Cristina Gallardo, Adriana Suárez, Ivana Ruscitti y Cristina Amaral.
2023 trajo una nueva aparición de Giselle en los escenarios venezolanos enmarcada dentro del Tercer Festival de Artes Escénicas Franco Venezolano. En la Sala Ríos Reyna, el Ballet Teresa Carreño recobró la que ha sido una obra emblema de su repertorio, bajo la dirección escénica de la maestra internacional Martha Iris Fernández y la dirección musical de Christian Vásquez, conductor venezolano de ascendente carrera en Europa, al frente a la Orquesta Sinfónica Juan José Landaeta. Los valores de esta producción pueden sintetizarse en lo elevado de su producción artística, la notable adecuación de sus bailarines principales y solistas, así como el remarcable crecimiento expresivo de su cohesionado cuerpo de baile.
La exposición documental Giselle en Venezuela, conformada por fotografías, carteles, catálogos, programas de mano y facsímiles de prensa, en exhibición actualmente en los espacios del Centro Documental del Teatro Teresa Carreño, ha servido de idóneo complemento a este hecho teatral trascendente. La muestra propone una aproximación inicial a la presencia y la influencia del título emblema del romanticismo, en los orígenes y el desarrollo del ballet venezolano.
Las nuevas bailarinas del Ballet Teresa Carreño que recientemente ofrecieron sus visiones de Giselle en la Sala Ríos Reyna, ya forman parte del apasionante relato aquí contado.