La democracia es el peor de los sistemas políticos, excluyendo a todos los demás. Estas palabras de Winston Churchill no son solo ocurrentes, sino que tienen más profundidad de lo que en principio puede parecer.
Cualquier sistema político implica coacción por parte de los que detentan el poder. En principio esta coacción es por el bien común, pero ¿qué ocurre si los que ostentan el mando se extralimitan y usan sus atribuciones con otros fines?
Vivimos en sociedades grandes y complejas. Hoy en día casi todos estamos de acuerdo en que la democracia es, en este caso si, el mejor de los sistemas políticos. Pero, ¿qué es realmente una democracia?
En general se asume que si se vota y hay distintas opciones políticas entre las que elegir (normalmente entre la izquierda y la derecha), habiendo la posibilidad de que haya alternancia en el poder, hay democracia. Y esto no es así.
Democracia significa, como es sabido, que el poder reside en el pueblo. Y para que haya democracia, entendiendo por democracia a la democracia representativa, hay más requisitos que la simple facultad de votar y poder elegir entre varias opciones políticas.
Básicamente, ha de haber un mecanismo de control a los representantes políticos, por el cual, además de poder elegirles se fiscalice sus actuaciones. Y esto se consigue a través de la separación de poderes y de la representación ciudadana.
La separación de poderes implica que los tres poderes tradicionales en las democracias representativas (Legislativo, Judicial y Ejecutivo) tengan poder independiente. Para ello debe haber elecciones separadas al Ejecutivo y al Legislativo, y el Poder Judicial no debe ser elegido por los poderes Ejecutivo o Legislativo.
De esta manera el poder político queda dividido y se vigilan unos poderes a los otros. Al ser tres los poderes ninguno se hará hegemónico sobre los otros dos, ya que no tendrá poder suficiente para controlarle. La cuestión es quien guarda al guarda, y la única manera de hacerlo es dividir el poder político.
En la mayoría de los sistemas democráticos vigentes no existe una separación de poderes. En España, por ejemplo, el Poder Legislativo elige al Ejecutivo, habiendo solo elecciones al Congreso. El Poder Judicial está también controlado por el Poder Ejecutivo-Legislativo. Lo que existe es una separación de funciones legislativa, ejecutiva y judicial.
La otra condición que debe tener una democracia es la representación ciudadana, que se consigue a través de la elección directa de diputados de distrito mediante el sistema mayoritario uninominal. De esta manera se genera una vinculación entre el diputado y los ciudadanos del distrito que lo eligen. Esto da poder al diputado, pues ha sido elegido directamente por el pueblo. Y también hace que el pueblo pueda seguir las actuaciones de su diputado.
Hoy en día, en España, por ejemplo, los diputados votan en bloque, siguiendo las instrucciones del partido al que pertenecen, sin ninguna independencia. Esto les hace estar alejados de los ciudadanos.
El voto por distrito uninominal haría que las deliberaciones en el Congreso fueran más vivas y menos disciplinadas. Pero es que las leyes necesitan de cuanta más discusión mejor y deben tener en cuenta todos los puntos de vista, ya que es mejor que haya pocas leyes que duren mucho, que muchas y autoritarias.
La Constitución que cumple con los requisitos que la hacen una verdadera democracia es la Constitución de los Estados Unidos de América. En su redacción tuvieron mucha influencia las ideas de la ilustración en el sentido que se ha descrito en este artículo y así idearon el sistema de “check & balance” (Controles y contrapesos) que ha hecho que perviva la democracia en este país durante más de doscientos años.