OPINIÓN

Por un futuro urbano sostenible

por Alexis Bonte Alexis Bonte

En 2014, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas estableció al 31 de octubre como el Día Mundial de las Ciudades para cerrar el Octubre Urbano, una iniciativa de ONU Hábitat, que consiste en organizar actividades, actos y debates sobre las ciudades durante todo ese mes.

El Día Mundial de las Ciudades se promovió con el objetivo de estimular el desarrollo sostenible de las ciudades, y fomentar la cooperación entre países para planificar la urbanización. La vida en estos asentamientos supone una oportunidad de desarrollo para las personas, pero también plantean problemas de desarrollo sostenible, contaminación, infraestructuras y recursos.

Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades. En los últimos decenios la humanidad ha experimentado un crecimiento urbano considerable, para el año 2030 se estima que unos 5.000 millones de personas vivan en ciudades.

Estas proyecciones imprimen más importancia a la necesidad de las ciudades de generar empleo y riqueza. Las ciudades deben ser diseñadas para crear oportunidades, permitir la conexión e interacción, y facilitar la utilización sostenible de los recursos compartidos.

La urbanización representa las oportunidades y los retos más importantes de la economía de hoy. Las ciudades son centro de crecimiento económico y desarrollo, pero también se enfrentan a problemas demográficos, medioambientales, económicos y sociales.

La conmemoración del Día Mundial de las Ciudades 2023 se realizará en Estambul, Turquía, con el tema: Financiando un futuro urbano sostenible para todas las personas. La perspectiva económica global sigue siendo frágil en medio de una convergencia de crisis que amenazan con revertir aún más el progreso en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El Informe sobre la Situación Económica Mundial y Perspectivas 2023 de las Naciones Unidas proyecta que el crecimiento global se desacelerará al 1,9% en 2023.

Contribución verde

En septiembre de 2020, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) puso en marcha su iniciativa Ciudades Verdes, que tiene como objetivo mejorar los medios de vida y el bienestar de las poblaciones urbanas y periurbanas de al menos 100 ciudades de todo el mundo durante los tres próximos años, con la expectativa de que 1.000 ciudades se unan de aquí a 2030.

La iniciativa se centra en mejorar el entorno urbano y fortalecer los vínculos entre los medios rural y urbano y la resiliencia de los sistemas, servicios y poblaciones urbanos ante las perturbaciones externas.

Además de garantizar el acceso a un entorno saludable y a dietas saludables procedentes de sistemas agroalimentarios sostenibles e incrementar la disponibilidad de espacios verdes mediante actividades forestales urbanas y periurbanas, contribuirá a la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos y a la gestión sostenible de los recursos. Una red de ciudades verdes permitirá a ciudades de todos los tamaños compartir experiencias, mejores prácticas, éxitos y enseñanzas adquiridas, así como crear oportunidades de cooperación entre ellas.

Ciudades más saludables 

A medida que las ciudades continúan creciendo, aumenta la oportunidad de hacerlas más sostenibles. Una buena planificación urbana, que incluya fomentar la creación de espacios verdes y sistemas alimentarios sostenibles, puede tener un efecto positivo en la seguridad alimentaria y la nutrición. También puede ayudar a mejorar los medios de vida y el bienestar de las personas en las comunidades urbanas y periurbanas.

Para lograr ciudades más saludables y sostenibles, es necesario:

Agricultura urbana

Los terrenos agrícolas en las zonas urbanas pueden acortar las cadenas de suministro y, por lo tanto, reducir la cantidad de CO2 emitido durante el transporte de los alimentos de las zonas rurales a las urbanas. Mediante la producción y la venta de una mayor cantidad de alimentos frescos dentro de la propia ciudad se puede reducir el impacto ambiental de la distribución de alimentos, incrementar las oportunidades de que haya cadenas de suministro locales y que, además, mejoren el acceso a alimentos nutritivos, y contribuyan a crear hábitos alimentarios saludables.

Menos desperdicio de alimentos

La población de las zonas urbanas recibe hasta el 70% del suministro mundial de alimentos, pero gran parte de estos alimentos se desecha. Los residuos de alimentos que no se reciclan ni se reutilizan llenan los vertederos. Allí se descompone y genera metano, un gas más perjudicial para el planeta que el CO2. Esto implica no solo un desperdicio de alimentos, sino también de energía, dinero y recursos naturales, como la tierra o el agua que se emplea para producir y elaborar los alimentos. Las medidas encaminadas a la recuperación de alimentos inocuos y nutritivos y su redistribución a través de organizaciones benéficas y bancos de alimentos, al compostaje o a la utilización de alimentos desechados para generar energía pueden ayudar enormemente a reducir el desperdicio de alimentos.

Espacios verdes 

A medida que las zonas urbanas siguen expandiéndose, los espacios verdes desaparecen. Los árboles y las zonas verdes son esenciales para mejorar la calidad del aire, suavizar las temperaturas urbanas, fomentar el ejercicio físico y mejorar la salud general. Los sistemas alimentarios se deben planificar y gestionar junto con el entorno verde, con el fin de frenar la contaminación y fomentar las dietas saludables y el ejercicio físico.

Reconectar ciudades con zonas rurales 

Las ciudades no funcionan aisladamente de las zonas rurales. Dependen en gran medida de las zonas rurales vecinas para la obtención de alimentos y mano de obra, el suministro de agua y la eliminación de los desechos de alimentos. Esto ayuda, entre otras cosas, a garantizar el suministro de alimentos saludables, inocuos y nutritivos, al tiempo que promueve el acceso de los agricultores rurales a los mercados y genera puestos de trabajo dentro del sistema alimentario.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas evidencia que la atención al desarrollo sostenible y saludable de las ciudades es importante. Es una invitación a que todos trabajemos por sistemas alimentarios nutritivos y accesibles, para garantizar que nadie, en ningún lugar, se quede atrás.