Sigo cometiendo el error de ver los noticieros. Tengo que saber qué pasa en el mundo, aunque me duela la cabeza. ¿Qué cree usted que veo? Al presidente de Francia, a quien respetaba y creía un ser pensante, saludando a Maduro y diciéndole“señor presidente”; a representantes del gobierno americano hablando y reuniéndose con él. ¿Estamos locos? Creo que sí.
¿Por qué una psicóloga clínica, terapeuta familiar y sexóloga habla una vez más de política? Muy sencillo. Eso lo ven jóvenes y niños, y después nos quejamos de la falta de valores. ¿Qué le estamos enseñando a la nueva generación?
- Que negociar con narcotraficantes, criminales y ladrones está bien.
- Que el país que supuestamente representa la democracia en el mundo, da una orden de captura para “Masburro”, y después negocia con él, en vez de acabar de capturarlo.
- Que presidentes de grandes potencias como Francia socializan con narcotraficantes, criminales y ladrones.
- Que lo único importante en este mundo es el maldito dinero, los intereses de los políticos y el futuro de nuestra sociedad es cada día más oscuro.
- Que ya no existe preocupación por educar y dar el ejemplo a quienes serán los futuros padres, presidentes…
- Que todo se compra y se vende. Los valores, que son universales y existen antes de Cristo, son determinantes en la educación de los pequeños. Según vivieron el ejemplo de sus padres y de la sociedad, así se comportarán en el futuro. Esto explica muy bien el desastre de sociedad de hoy, y que va camino de ser peor.
Se nos olvidó que nuestros niños repiten lo que ven, son esponjitas que copian el comportamiento y la conducta de sus padres, maestros, etc. Y claro, también lo que ven en la sociedad. Escuchan la mal llamada música actual, que da asco y es premiada por las “instituciones”.
Tenemos que pelear por un nuevo mundo. Al menos, yo me niego a dejarle este desastre a mi hija y futuros nietos. ¿Cómo? Rechazando toda esta porquería, exigiendo cambios, no votando por políticos que aprueben estas barbaridades y haciendo el cambio con nuestro ejemplo.
Me niego a ser parte de la vagabundería que hay en el mundo. Use lo que tenga a su alcance para que se oiga la voz de los que queremos y demandamos volver a respetar a los niños, cuidar las letras de la música, ser leales, justos y honrados; no robar, no matar, no mentir, respetar a los envejecientes, luchar por un mundo mejor, más justo, donde se promueva el arte de verdad, el amor, la paz y la justicia social, entre miles de cosas más.
De no hacer los cambios necesarios, lo que nos espera es peor. Basta ya de tanto silencio, de no hacer nada. Quitémosle a los políticos, jueces y presidentes el poder que le damos al votar por ellos.