Siempre se ha dicho que quienes quitan y ponen a los gobernantes son los militares. En Venezuela la gente lleva años saliendo a poner su pecho, su alma y sus sueños al servicio de la libertad; son innumerables las marchas y protestas que fueron convocadas por la oposición, muchos liderazgos que las nacieron, se desarrollaron y se eclipsaron al calor de los intereses personales y por la falta de coherencia política, al tiempo que quienes salieron a las calles solo encontraron represión, torturas y en algunos casos hasta la muerte por órdenes de la tiranía. El aparato represor de Maduro sigue operando con total impunidad y pese a que la población está pasando hambre y necesidades de toda índole, el régimen se encuentra abastecido de armamentos y de funcionarios tarifados que se prestan para apagar las voces disidentes. En ese contexto millones de venezolanos nos preguntamos por qué Juan Guaidó no ha nombrado a un ministro de la Defensa que articule un plan con la fuerza armada en el exilio.
Esa interrogante tuve la oportunidad de planteársela en Madrid a Tamara Sujú, abogada penalista y especialista en derechos humanos, quien actualmente es la directora ejecutiva del observatorio de derechos humanos del Centro de Estudios para América Latina (CASLA), con sede en la República Checa y quien también fue en 2019 nombrada por la Asamblea Nacional de Venezuela como representante de nuestro país ante la República Checa, cargo que decidió entregar ese mismo año. Ella me explicó de manera clara y precisa que Juan Guaidó había sido parte de un “gobierno colegiado con el G4”.
El llamado G4 es la alianza de 4 partidos políticos, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Voluntad Popular, partidos se han visto cuestionados por la tibieza en sus acciones para combatir a Maduro.
“¿Por qué no ha nombrado a un nuevo fiscal o por qué no nombró a un defensor del pueblo?”, fueron las interrogantes que Sujú agregó a mi consulta sobre la falta de un ministro de la Defensa en el gobierno de Juan Guaidó.
“El G4 mandaba y él obedecía. Venezuela no tiene a un gobierno legislativo, no se puede gobernar desde la Asamblea Nacional, eso no existe, yo creo que ese fue el gran error de que Guaidó fuera la figura y que el G4 gobernara, creo que cuando él se dio cuenta de eso quizá fue tarde”, señaló Tamara Sujú.
En otras palabras, se podría decir que al señor Juan Guaidó le faltó iniciativa política, sentido de Estado y guáramo. Cada minuto que pasa hay un venezolano que nos necesita y está atrapado en las garras de la inseguridad, en la escasez de insumos médicos y de medicamentos, en los problemas económicos y que es víctima del hampa común o de la represión policial y militar del chavismo, entre otros problemas que aquejan a nuestra amada nación, en ese contexto es impensable que el líder de oposición que más apoyo mundial y mediático tuvo, no diera un paso al frente cuando las circunstancias requerían que estuviera a la altura del clamor del pueblo.
Entonces, si los militares son los que tienen en este momento el conocimiento estratégico y la experiencia para enfrentar o persuadir a los efectivos castrenses activos a propiciar el cese de la dictadura, ¿por qué Guaidó no ha tomado en cuenta al componente militar en el exilio? Esa es una pregunta que a todos nos interesaría escuchar de su boca algún día.
@Granttorres
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