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¿Por qué el veredicto contra Trump puede ser el bumerán que le dé la victoria?

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Un show vergonzoso, que ha querido trastocar una bagatela de supuesta trastienda sexual del pasado en una cuestión que afecta a la nación, con el objetivo de debilitar a un fuerte candidato político. Ese es el origen de este caso penal, para no pocos de carácter político y circense, que tuvo lugar este jueves en Nueva York, y donde Donald Trump, el más popular de los presidentes de Estados Unidos, fue hallado culpable de todos los cargos. La propaganda de la izquierda, que mueve los hilos del Partido Demócrata y de la administración de Joe Biden, sobre todo su ala más radical, está de fiesta. Tal vez dure 4 años. Quizás sólo 5 meses. Más adelante explicaré por qué. Antes vayamos al contexto.

Lo lógico es que los abogados de Trump entren en un proceso de apelación, que puede tardar meses e incluso años, y mientras tanto, aunque pudiera cumplir condena tras las rejas, es probable que siga en libertad bajo fianza. No olvidemos que, aunque gran parte de la prensa no lo diga, expertos legales creen que hay al menos cuatro razones de peso para que no lo encierren: Trump es un anciano, no tiene antecedentes penales, su condena es por un delito no violento y mantener en una cárcel a un expresidente, con el servicio secreto que conlleva de por vida, es una tarea muy engorrosa para cualquier institución carcelaria. De cualquier modo y como hemos visto, cualquier cosa puede suceder en este circo maquiavélico.

Aunque parezca más una serie de televisión sensacionalista que un juicio de la vida real, Trump fue declarado culpable de los 34 cargos de “falsificación de registros comerciales” en la Gran Manzana, lo cual lo convierte en el primer expresidente estadounidense que ha llegado a ser culpabilizado por cualquier delito. En su caso, los fiscales han alegado que “falsificó registros comerciales para ocultar pagos” a una actriz de películas pornográficas con el supuesto objetivo de “mantener su silencio” sobre una supuesta aventura antes de las elecciones presidenciales de 2016, las cuales ganó ampliamente, vistiendo de rojo la mayor parte del país.

No sólo los seguidores del movimiento MAGA (Make America Great Again) que Trump sigue liderando, sino también millones de estadounidenses que creen en la libertad, han mostrado en las redes sociales su descontento con el resultado del juicio y con el estado actual del sistema judicial. Importantes figuras del Partido Republicano han reafirmado su apoyo a Trump y condenado el “amañado proceso”.

Ron DeSantis, gobernador republicano de la Florida, manifestó en X que el veredicto, “producto de un fiscal de izquierda”, evidencia la culminación de un proceso legal que se ha doblegado a la voluntad política de los actores involucrados: un fiscal de izquierda, un juez partidista y un jurado que refleja uno de los enclaves más liberales de Estados Unidos, todo en un esfuerzo por “atrapar” a Donald Trump.

“El hecho de que este caso, que involucra presuntas violaciones de registros comerciales por delitos menores de hace casi una década, haya sido siquiera presentado, es un testimonio de la degradación política del sistema de justicia en lugares como la ciudad de Nueva York. Es especialmente cierto considerando que este mismo fiscal de distrito excusa rutinariamente conductas criminales de una manera que ha puesto en peligro a ciudadanos respetuosos de la ley en su jurisdicción”, expuso el político republicano y excandidato a la presidencia.

Trump, que marcha número uno en las encuestas y es nuevamente candidato a la presidencia, a lo largo del proceso ha mantenido su inocencia y calificó el veredicto como un ataque político. Al salir del tribunal Trump se dirigió a la prensa y dejó claro que el veredicto será emitido por el pueblo en las urnas el 5 de noviembre.

“Fue un juicio amañado por un juez conflictivo y corrupto (…). Todo nuestro país está siendo manipulado en este momento. Esto lo hizo la Administración Biden para herir oponentes políticos, y creo que es simplemente una vergüenza. Todo el mundo sabe lo que pasó aquí (…) no hicimos nada malo. Soy un hombre muy inocente. Nuestro país se ha ido al infierno. Ya no tenemos el mismo país. Tenemos un desastre dividido. Somos una nación en decadencia, grave decadencia. Millones y millones de personas están llegando a nuestro país ahora mismo desde prisiones y desde instituciones mentales, terroristas. Y se están apoderando de nuestro país. Tenemos un país que está en grandes problemas (…). Esta fue una decisión amañada desde el primer día con un juez en conflicto a quien nunca se le debería haber permitido juzgar este caso, nunca. Y lucharemos por nuestra Constitución. Esto está lejos de terminar”, dijo Trump.

Ante el veredicto, su hijo Donald Trump Jr. expresó: «Culpable de todos los cargos. Los demócratas han tenido éxito en su intento de años de convertir a Estados Unidos en un agujero (…) del tercer mundo. El 5 de noviembre es nuestra última oportunidad de salvarlo”.

Marco Rubio, senador republicano de Florida, catalogó el resultado del juicio como «una completa parodia que se burla de nuestro sistema de justicia (…). Un juicio político espectáculo llevado a cabo por un juez abiertamente pro-Biden, cuya hija se beneficia económicamente del caso, un jurado del condado más liberal de Estados Unidos, cargos absurdos y ridículos, e instrucciones del jurado escandalosas que garantizaban veredictos de culpabilidad. Biden y la izquierda trastornada de Trump no se detendrán ante nada para permanecer en el poder”.

Rick Scott, senador por Florida, quien también asistió al juicio de Trump. “Este fue un juicio falso y el ejemplo más claro que jamás hayamos visto de interferencia electoral. Estoy furioso y ningún estadounidense está a salvo de la persecución política demócrata (…). Joe Biden y la maquinaria demócrata fabricaron un caso legal contra Trump para ganar una elección. Fui a Nueva York para apoyar al presidente Trump y los votantes estadounidenses lo apoyarán este noviembre”.

El también congresista republicano Mario Díaz-Balart, afirmó que “el caso contra el expresidente Trump es una evidente y flagrante parodia de la justicia y una caza de brujas política (…). Esta es una amenaza directa a nuestra democracia. Este caso nunca debería haber visto la luz del día”. Muy cierto.

En medio de un país afectado social y económicamente, la administración Biden, cuya aprobación a nivel nacional es menor que la intención de voto a favor de Trump, quiere a su principal oponente político condenado, no por los 34 supuestos delitos ni por el honor de la supuesta víctima, sino como una carta de triunfo con la que apuestan, entre otras, a las siguientes posibilidades:

1-Que siendo Trump condenado un porcentaje de los electores republicanos e incluso de los menos firmes de MAGA no se animen a votar porque se sientan decepcionados del sistema judicial y no confíen en la transparencia y legitimidad de las elecciones, pues si con Trump libre en 2020 hubieron irregularidades, este año podría ser peor teniéndolo amarrado con una condena. 2-Que la importante porción de los votantes demócratas y los independientes que se sienten inconformes con los resultados de la administración Biden, crean que ya no vale la pena darle su voto a Trump y el Partido Republicano porque ha sido hallado culpable. 3-Que siendo Trump condenado, sea estando en prisión o en su domicilio, ya no pueda seguir realizando sus mítines multitudinarios, que nunca ha logrado Biden, y que ese efecto de aprobación y esperanza popular no siga creciendo en el electorado a nivel nacional. 4-Piensan que, basados en el hecho de que la memoria popular no suele ser larga ni incólume, la gente olvidará cada vez más los detalles, motivos y desarrollo del juicio, y llegará a asumir que Trump ya ha perdido y no podrá ser presidente. En fin, apuestan a que la condena diezme a su mayor contrincante.

En cambio, la campaña de Trump apuesta a que los votantes de MAGA y el Partido Republicano, al menos no la inmensa mayoría, no van a quitarle su voto a Trump, e incluso creen que su figura, ahora retocada como un héroe condenado, cause empatía entre los votantes independientes e indecisos, que son los que, increíblemente, suelen decidir las elecciones en Estados Unidos. Además de que saben perfectamente que Trump tuvo un buen primer mandato, sobre todo comparado con el desastre que han causado Biden y los demócratas. También apuestan a que una parte de los estadounidenses sienta que un juicio como este, no tiene sentido y no es bueno para el corazón de la nación, y que aprobarlo o no hacerle caso son acciones pueden afectar al presente y futuro de la república y sus procesos a nivel democrático.

El sentido común nos hace pensar que la campaña de Trump y el Partido Republicano tienen ya proyectada una estrategia con un Trump condenado. Ahora bien, su victoria depende mucho de que se mantenga de punta a cabo una excelente estrategia basada en el error y la maldad política del juicio y en lo que esto significa para la libertad y la democracia, y de que también cuiden el voto. Muchas cosas se pueden hacer a nivel de publicidad mucho mejor que en 2020 y ahora necesitan, como se dice, hilar mucho más fino y sin perder de vista las características del contexto especial. Si no lo hacen, sería el desperdicio de una oportunidad única y dañarían al electorado que decida apoyarles. Es un reto grande y una responsabilidad aún mayor.

A pesar de que el jurado, cuya identidad se ha mantenido en secreto, votase en contra de Trump, no pocos analistas y comunicadores consideramos que los efectos del juicio y el veredicto pueden transformarse en un bumerán que le dé la victoria el próximo noviembre, pues aún condenado, e incluso desde la cárcel, vale insistir, sigue siendo legal optar por la presidencia y ganarla. Y si esto ocurre, aunque no se traduciría en un indulto para todos sus cargos estatales, sin dudas podría ser una victoria política en un juicio con evidentes intenciones políticas. Ambas cosas nunca antes vistas en la historia de nuestro país.

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