Una de las características del nacionalismo es que este considera su nación como la elegida, la llamada a realizar hazañas, la que es, por distintas razones, superior a las demás.
Al decir que el español es el mejor idioma del mundo, el autor de este artículo tiene mucho cuidado de no caer en las garras del nacionalismo, sobre todo teniendo en cuenta que el español es un idioma que no está circunscrito a un solo país, sino que es utilizado en muchos países del mundo.
Cuatro son las razones por las que se puede decir que el español es el mejor idioma del mundo: se escribe como se lee, el uso de las vocales, el uso de las sílabas y el sistema de acentos para la entonación.
Se escribe como se lee: existen algunas excepciones que hacen a los hispanohablantes cometer errores de ortografía (¿cuándo usamos la b o la v? o ¿cuándo usamos la h?) pero, en general, el idioma se pronuncia de la misma manera que se escribe. No queda, pues, ninguna duda de cómo se ha de leer la escritura, lo que hace, además, que el idioma sea homogéneo a pesar de ser usado en regiones tan distantes como Cataluña de la Patagonia.
Uso de las vocales: existen únicamente cinco vocales pronunciadas, que, como se dijo anteriormente, coinciden con las cinco vocales escritas. De nuevo esto hace que el idioma sea bastante homogéneo y que haya menos dudas de cómo se debe pronunciar.
Uso de las sílabas: cada sílaba tiene al menos una vocal. Además, aunque pueda tener varias consonantes, estas son siempre fáciles de pronunciar. De nuevo, esta característica facilita la escritura y pronunciación del idioma.
Sistema de acentos para la entonación: no existe duda de cómo debe ser pronunciada una palabra en lo que a la entonación se refiere. Las reglas de acentuación dejan claro, en caso de duda, cuál de las sílabas debe pronunciarse con más fuerza.
Esta es solo una selección de las características que hacen del español un idioma tan avanzado gramaticalmente. Estas normas se deben, principalmente, a la Gramática Castellana, texto escrito por Antonio de Nebrija, humanista español, en 1492, que constituyó la primera obra que se dedicaba al estudio de la lengua castellana y sus reglas. Fue la primera de las gramáticas románicas, a las que servirá de modelo.
Nebrija coloca la ortografía en primer lugar a semejanza de los tratadistas clásicos. Toma como base la correspondencia fonética entre lenguaje hablado y escrito, que declara con la sentencia “assi tenemos de escrivir como pronunciamos i pronunciar como escrivimos”.
Estas normas pueden parecer, a primera vista, como exentas de importancia. Sin embargo, el tener un idioma bien estructurado, no solo ayuda a que su difusión sea más fácil, y su uso más correcto y homogéneo, sino que, además, incluso, hace que nuestras ideas estén, quizás, mejor estructuradas.
Tres son los idiomas que, por su difusión, tienen una pujanza especial en el mundo: el inglés, el chino y el español. Según progresa el mundo, y se consigue una mayor unificación entre países, uno de ellos se impondrá sobre los demás, o quizás, todos cooperarán. El inglés, actualmente, tiene una mayor difusión, sobre todo por su uso como “lingua franca” o idioma utilizado como lengua común entre los que no hablan inglés como lengua materna.
El español, sin embargo, puede que esté llamado a desempeñar un papel relevante en el futuro a nivel mundial. 580 millones de personas lo hablan, pero, además, tiene unas reglas gramaticales claras, donde, como decía Nebrija: “Tenemos que escribir como pronunciamos y pronunciar como escribimos”.
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