Por Víctor Álvarez R. y Davgla Rodríguez A.
La pandemia del coronavirus ha recrudecido las tensiones entre Estados Unidos y China. Voceros del gobierno estadounidense se han referido al covid-19 como el coronavirus «chino» o el «virus de Wuhan», sin medir las consecuencias que esto puede generar. El senador del Partido Republicano, Tom Cotton, levantó sospechas al insinuar que el virus podría haberse originado en un laboratorio de bioseguridad de Wuhan. A su vez, Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, dijo que el origen «podría haber sido el ejército estadounidense quien trajo la epidemia a Wuhan». En este toma y dame en el que ambas potencias se cruzan acusaciones, el mundo necesita conocer la verdad.
El vocero de Pekín mostró un video del director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, Robert R. Redfield, en el que reconoce ante el Congreso estadounidense que algunas de las muertes por gripe en el país podían haber sido causadas por el nuevo coronavirus, sin llegar a precisar fechas. Y China pregunta: «¿Cuándo se registró el paciente cero en Estados Unidos? ¿Cuántas personas hay infectadas? ¿Cuáles son los nombres de los hospitales?”. Zhao Lijian cuestionó: “Podría haber sido el ejército estadounidense quien trajo la epidemia a Wuhan. ¡Sean transparentes! ¡Hagan pública la fecha! Estados Unidos nos debe una explicación».
Según el diario hongkonés The South China Morning Post, el vocero de la Cancillería china hace alusión a los Juegos Mundiales Militares, celebrados en Wuhan, en octubre de 2019, con la participación de más de 100 países, justo antes de que esa ciudad se convirtiera en la zona cero. Luego, en febrero de 2020, un informe del Instituto de Wuhan señala que: “La epidemia, que comenzó el 12 de diciembre de 2019, había causado 2.794 infecciones confirmadas por laboratorio, incluidas 80 muertes antes del 26 de enero de 2020”. La hipótesis es que: “Este brote comenzó en un mercado local de mariscos (…) y ha provocado la infección de 33 personas en 10 países adicionales a partir del 26 de enero de 2020”.
La disputa trasciende la dimensión comercial
Estados Unidos ha puesto en marcha una matriz de opinión pública internacional para hacer creer que China tenía en mente iniciar una guerra bacteriológica con el covid-19, pero que el virus se le escapó en su propio territorio y perdió el control de la situación. Funcionarios del gobierno estadounidense sostienen que el virus se desarrolló en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV) y se escapó por un error humano en la seguridad en las operaciones.
La hipótesis apunta a una supuesta arma biológica desarrollada en el WIV, instituto que tiene entre sus instalaciones al único laboratorio P4 de Asia, que es el de máxima seguridad para manipular e investigar virus de toda clase, sin que haya escapes o fugas.
El WIV es un instituto de 3.000 metros cuadrados donde se estudian y custodian al menos 1.500 variedades de virus. Son 5 los grupos de investigación en especialidades muy específicas: el Centro de Virología Molecular; de Microbiología Molecular y Nanobiología; de Recursos y Aplicaciones de Bacterias y Virus; de Patología de Virus; y, de Enfermedades Infecciosas Emergentes.
El WIV también tiene aliados internacionales de altos estándares y exigentes protocolos con los cuales trabaja a través de acuerdos de cooperación en materia científica y están ubicados en Canadá, Francia, Reino Unido, España, Kenia y Australia. También hay varias universidades de Estados Unidos como las de Alabama, la del norte de Texas y la de Harvard, y otros institutos como el Nacional de la Salud y la EcoHealth Alliance.
Estados Unidos busca aliados para acusar a China
El gobierno de Trump cree que el brote se generó por un escape involuntario en el laboratorio P4 de máxima seguridad, antes mencionado. Aun sin contar con pruebas concluyentes, el secretario de Estado, Mike Pompeo, declaró a Fox News y a The Washington Post que: “Los cables han alimentado las discusiones dentro del gobierno estadounidense sobre si este u otro laboratorio de Wuhan fue la fuente del virus”. Ambos medios citaron fuentes anónimas que indicaron que el virus podría haber salido accidentalmente del complejo para iniciar la pandemia.
En respuesta, Yuan Zhiming, del directorio del Instituto de Virología de Wuhan, aseguró a través del canal CGTN: “Es imposible que este virus venga de nosotros. Ningún empleado ha sido infectado. Todo el instituto lleva a cabo investigaciones en diferentes áreas relacionadas con el coronavirus. Como el laboratorio P4 está en Wuhan, la gente no puede evitar hacer asociación”. Zhiming cuestionó el intento de engañar a la gente con informaciones basadas en especulaciones, sin pruebas.
En una reunión virtual, el pasado 17 de abril, Trump repitió sus sospechas ante los representantes de Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Después de la reunión, algunos mandatarios, como Emmanuel Macrón, expresaron ante el periódico inglés Financial Times sus dudas sobre cómo China ha enfrentado la crisis. Haciéndose eco de Trump, Dominic Raab, ministro de Exteriores británico, declaró que era necesaria una revisión muy profunda sobre el origen del brote. El primer ministro de Australia, Scott Morrison, y la ministra de Relaciones Exteriores, Marise Payne, también se unieron a la recriminación de Estados Unidos de iniciar una investigación acerca de los “orígenes y la propagación de la pandemia”.
A lo largo de estos 3 meses se han activado campañas mediáticas a través de diferentes medios de comunicación que cuestionan al gobierno chino por no alertar oportunamente sobre la amenaza de un nuevo coronavirus. Este tipo de insinuaciones encuentra mucha resonancia en un mundo donde los países se endeudan para contener el contagio de covid-19, millones de empresas han tenido que cerrar sin poder producir ni vender, sufriendo cuantiosas pérdidas, por lo que piden una compensación. Estados Unidos lidera la búsqueda de un “responsable” real o supuesto que sirva de “chivo expiatorio” y pague las multimillonarias indemnizaciones que las compañías exigen. Por eso China está en la mira.
La subestimación inicial de Trump a la enfermedad
Donald Trump perdió un tiempo crucial para abordar la amenaza de la pandemia con una política nacional y dejó que los gobernadores actuaran según la gravedad de cada estado. Así, el virus se propagó y el gobierno estadounidense no ha podido aún controlar la epidemia que, al comenzar mayo, supera los 1.204.475 contagiados, a un ritmo de 2.000 muertos diarios, con un total de 71.078 fallecidos.
Es Trump quien tiene que buscar la manera de encubrir su descuido inicial al no tomar las medidas que oportunamente pusieron en marcha China, Alemania y otros países para evitar una propagación masiva y acelerada de la enfermedad. Tardíamente, Trump tomó conciencia del costo político que su negligencia le puede causar en un año electoral en el que aspira a su reelección. Para distraer la atención, ha puesto a circular acusaciones sin fundamento y amenaza con aplicar represalias económicas contra China por haber “dejado correr” el coronavirus.
Según The New York Times, la Casa Blanca presiona a los servicios de inteligencia para que lleguen a conclusiones alineadas con los objetivos político-electorales de Trump; quien, aunque afirma tener pruebas de que el laboratorio de Wuhan fue el origen del virus, prácticamente fue desmentido por los propios servicios de inteligencia estadounidenses al señalar que están investigando si este centro está relacionado con la propagación del covid-19 pero no tienen evidencias al respecto.
El consenso en la comunidad científica es que, por su estructura, el covid-19 “no es de fabricación humana”, no ha sido manipulado genéticamente y se transmitió desde los murciélagos hacia los humanos, con un intermediario que podría haber sido otro animal, el pangolín. La OMS desmintió las sospechas de Estados Unidos: «Toda la evidencia que tenemos sugiere que el virus tuvo un origen animal y no sufrió manipulaciones genéticas. Muchos investigadores han podido analizar las características genéticas del virus y no han encontrado indicaciones que apoyen la idea de que el virus se haya construido en un laboratorio».
Ubicar el origen de esta pandemia sigue siendo motivo de investigación. Hasta ahora no existen pruebas de que el virus haya salido ni de los militares que participaron en los Juegos que se realizaron en China, ni tampoco del mercado de Wuhan. ¿Qué razones explican, entonces, este fuego cruzado entre ambas potencias? ¿Por qué Estados Unidos insinúa que China pretende una guerra biológica? Saque usted sus propias conclusiones.
@victoralvarezr | @davroalvarez